A Kusuo le daba vergüenza ver a la cara al médium después de aquellos sueño... Que de alguna forma le agradaba
♥︎Pareja: Reita x Saiki
♥︎Advertencia de hard :>
♥︎Los personajes no son míos, son de Shūichi Asō
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Un gemido ahogado mientras el médium seguía acariciando aquellas temblorosas piernas.
El peli-rosa mantenía su mano en el cabello del Toritsuka.
Debes en cuando apretaba cierto agarre por el hecho de recibir una embestida.
El problema para el psíquico seria que estas eran lentas, aunque no perdían el hecho de hacerlo gemir de placer.
De todas maneras, quería que el contrario fuera brusco con él.
Quería que las embestidas fueran rápidas y bruscas, que lo hagan gritar de placer.
Que lo hagan vocalizar fuertes y ruidosos gemidos.
Eso quería, y parecía que el contrario no lo iba a cumplir.
¿Acaso quería verlo rogar? Porque si era así, estaba apuntó de cumplir su cometido.
—Ngh~... — El peli-morado ahogo un gemido del contrario en su boca.
El Saiki menor trataba de tener en cuenta que hacer, quería que sin duda, el Toritsuka lo follara bruscamente.
Apretó un poco el agarre a sus sabanas al bajar sus manos de sus cabellos.
Se separaron de aquel intenso beso, uno realmente apasionado que ninguno de los dos quería dejar.
Aunque se tenían que separar.
El peli-morado lo miro totalmente sonriente, notando como el muchacho debajo suyo dejaba escapar suaves jadeos.
Era obvio, notaba como este se sentía un poco molesto, y sabia exactamente la razón.
Pero lo único que quería hacer era provocarlo, bien sabia que lo lograría cumplir en cuestión de segundos.
Aquel ambiente entre ellos llegaba a ser muy candente.
Adoraba escuchar los gemidos del peli-rosa, adoraba escucharlo suplicar.
Y este si que lo sabia.
—R-Reita... — Farfullo el peli-rosa para ser escuchado por el nombrado.
El médium elevo la mirada hacia el sumiso psíquico debajo suyo, notando como parecía sonrojarse de manera intensa.
Era claro lo que le quería pedir, y eso lograba sacarle una gran sonrisa al Toritsuka.
—¿Que sucede, cariño? — Interrogo en un tono seductor en el oído del contrario.
Notando a este tragar saliva mientras desviaba con vergüenza su mirada.
Sabia bien lo que este quería, pero especialmente quería que le rogara.
Eso sin duda le hacia soltar una gran sonrisa pícara en su rostro.
—Q... Quiero... — Titubeaba el Saiki menor, sin duda alguna empezaba a sentir demasiada vergüenza. — P... Puedes aumentar la... Velocidad? Por favor... — Kusuo miro directamen a los ojos del dominante al rogarle.
