El asesinato perfecto [No Terminado]

Capitulo 22

Contenido sensible. Este capítulo contiene pensamientos suicidas, drogas, maltrato físico y violaciones, si eres sensible puedes saltarte el capítulo.

Valentina

Otro día de mierda, lo último que quiero es volver a casa al lugar más infeliz de mi vida, todo ha empeorado desde que no me junto con Mía y Cami. Ellas no saben lo que lo que pasa en casa nunca me atreví a decirle.

Mamá está en la cocina asiendo el almuerzo y papá está en la sala observando un partido de futbol, me fui directo a mi cuarto y me encerré en el hice mis tareas y me puse a escuchar música, han pasado cinco días de que no veo a Mía, no sé qué le paso pero no me atrevo a preguntarle a Cami.

Creo que lo peor que pude hacer fue haberme alejado de las chicas por lo menos con ellas me distraía y olvida por unas horas el infierno que vivo en casa, hoy cinco de octubre fue cuando empezó todo.

¿Qué empezó? Empezaron los golpes hacía mamá por parte de papá, las auto lesiones que me cause por culpa de papá, empezó mi adicción a la metanfetamina y a fumar cigarros, las violaciones constantes que mi padre me hace desde que tengo siete años. Mis cortes y mis adicciones empezaron a los trece años, nunca encontré necesario decirle a las chicas ni ir a un psicólogo o por ayuda, además los chicas también tenían trece años tampoco es como que pudieran hacer mucho así que decidí no decirle a nadie y fingir ser feliz y tener la vida perfecta.

Con mi nuevo grupo de amigos probé distintas drogas algunas me pegaron fuerte y otras no tanto y como no pensamos bien cuando estamos drogados se nos ocurrió la genial idea de beber mientras estábamos drogados he ir a una playa a mitad de la noche y así fue como uno del grupo murió por ser atropellado.

Esta noche me entere que Mía estaba hospitalizada por una herida de bala conseguí toda la información de donde estaba y quien estaba con ella y decidí ir a verla no nos hablaremos pero no por tirar ocho años de amistad a la basura no me voy a preocupar por ella.

Estoy cagada de miedo, fue lo primero que pensé al entrar al hospital, camine por varios pasillos hasta que encontré la habitación de Mía me pase veinte minutos decidiendo en abrir o no la puerta sabía que Mía estaba sola así que no me iba a preocupar por Oliver, Tyler o Luke.

Al entrar vi a Mía durmiendo era entendible eran las diez y media de la noche me acerque a pasos lentos asía Mía y me senté en la orilla de la cama y le agarre la mano lo helada que estaba mi mano comparado con lo caliente que estaba la mano de Mía la hizo dar un escalofrió, pase unos minutos mirando y decidiendo si decirle todo lo que pasaba o quedarme callada al fin y al cabo está durmiendo.

Aquí vamos.

-Hola Mía, sé que no vas a escuchar esto así que te lo diré todo.

Y empecé a contarle todo con cada palabra que decía me ardía el pecho las lágrimas caían por mi cara como si no hubiera un mañana mi respiración entre cortada de tanto llorar en silencio y el arrepentimiento de nunca a verle dicho y de a verme alejado de las chicas quienes eran mis pilares, cuando me tranquilice me acerque a Mía y le dije.

-Te amo y siempre te amare. – le deje un beso en la frente y me fui.

Dos de la mañana

Cuando salí del hospital lo primero que hice fue fumarme un cigarro pero como aun no me sentía relajada ni tranquila tome la peor decisión de mi vida camine a un callejón oscuro donde nadie me viera abrí mi mochila y saque LSD era lo único que tenía me tome uno y espere a que me hiciera efecto y salí del callejón, estaba caminado medio mal por el efecto de la droga pero aun así me podía mantener de pie estaba casi llegando a casa cuando dos hombre me agarran por detrás y me tapan la boca.