Capítulo 25

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—Les explico

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—Les explico... —comenzó a hablar la doctora frente a ellos, acomodándose en el asiento detrás de su escritorio, justo al frente de la pareja de la consulta—, el alfa de un delta puede resurgir en presencia de su predestinado.

Yoongi y Jimin confirmaron sus sospechas. Intercambiaron una breve mirada ante las palabras de la doctora, luego volviendo a prestarle atención a la beta.

—¿Ustedes se conocían desde antes? —inquirió la especialista, recordando la historia que le fue contada por el dúo. Éstos fruncieron las cejas, confundidos por la pregunta—. Puede que no lo recuerden, pero seguramente fue así. Sólo se forja el lazo entre lobos cuando se tiene contacto por primera vez.

—¿Qué quiere decir? —se atrevió a preguntar Yoongi después de unos cortos segundos de silencio. La doctora colocó los codos sobre el escritorio, entrelazando sus dedos.

—El lazo es tan poderoso que mantiene unidos ambos lobos durante largos años, aún cuando no tienen contacto directo —explicó con voz neutra, observando los rostros confusos de sus pacientes—. Por eso algunos lobos entran en depresión ante la pérdida de su pareja predestinada. Aún sin tener contacto continuo, a través del lazo pueden sentir su ausencia.

Yoongi palideció. Eso significaba que si una de las partes muere o un lobo desaparece, el contrario puede deprimirse aunque no conozca a la persona. Era una situación tan desafortunada como escalofriante.

—En su caso, el lobo omega ha intentado llamar por un largo tiempo al alfa. Pero al no recibir respuesta alguna, se ha dado de baja. Me dijiste que tuviste citas médicas, ¿cierto? —Yoongi tragó saliva en seco, asustado, pero asintiendo a la pregunta—, ¿puedo verlas?

Yoongi estiró una carpeta blanca con todos los documentos de las citas previas en el centro médico general. Jimin notó la forma en que sus manos temblaron debido a los nervios, así que disimuladamente tomó una entre las suyas. Sintió a Yoongi tranquilizarse gradualmente.

—Oh, sí, ya veo... —la mujer examinó cada documento con cuidado, leyendo minuciosamente cada escrito en voz alta—. Ausencia absoluta del lobo. Sin aroma, épocas de celo o comunicación con el lado humano.

Yoongi se removió en su asiento, queriendo agregar algo. —En los primeros días, antes de que mi lobo desapareciera, mi cuerpo comenzó a desprender olor a tristeza... —la doctora le prestó atención a cada una de sus palabras. Yoongi frunció el ceño recordando claramente aquellos días donde Taehyung le decía que apestaba a omega deprimido—, pero yo no estaba para nada triste.

La doctora captó de inmediato el significado de aquel síntoma.

—Tu lobo ya sabía sobre el sometimiento del alfa y entró en una profunda tristeza por ello.

Jimin se sintió avergonzado por haber hecho pasar todo aquello al omega. Si él hubiese sabido que le traería tantos problemas al chico, ni siquiera habría asistido a la misma fiesta que su hermano.

Yoongi y la doctora hablaron un poco más hasta que Jimin decidió despojarse de la duda que no le dejaba descansar adecuadamente desde varios meses atrás.

—¿Podré volver a ser un alfa?

La doctora hizo una mueca con los labios, un intento de sonrisa dudosa que tensó el cuerpo del delta. Fue turno de Yoongi de apretar su mano en modo de apoyo, comprendiendo su desilusión.

—Lo dudo mucho. Puede que cuando el alfa dominante marque a otra persona, el lazo desaparezca —Jimin pensó inmediatamente en su hermano marcando a otra persona, con desesperanza. Su hermano ni siquiera tenía pareja. La doctora se llevó una mano a la barbilla, intentando desviar la atención de la maña noticia—, pero por los momentos sólo reaparecerá para las épocas de apareamiento o para comunicarse a través de la mordida. Tendremos que hacerle un seguimiento.

Mientras la beta comenzaba a hacer la ficha sobre ambos para registrar sus avances a través de los meses, Yoongi decidió seguir la acción de Jimin y liberar su propia pregunta.

—¿Qué pasará con mi lobo?

La mujer se apartó momentáneamente del papel, dividiéndose entre escribir los datos de los dos jóvenes y contestar su duda.

—Gracias a la marca, puede que vuelva a la normalidad. No hace falta ningún tratamiento —sonrió al casi sentir la manera en que el cuerpo de Yoongi se destensó por completo, aliviado por aquello—. Pero tendremos que llevarlo en observación, para que todo salga bien.

Jimin sonrió, contento por ello. Tal vez nunca recuperaría a su propio lobo, pero no quería que Yoongi sufriera las consecuencias durante toda su vida. El ver la postura tranquila de Yoongi lo llevó a entrelazar sus dedos por debajo del escritorio, demostrándole que estaban juntos en ello.

Tendrían muchas consultas que hacer y muchas dudas que resolver, pero lo harían el uno junto al otro.

Tendrían muchas consultas que hacer y muchas dudas que resolver, pero lo harían el uno junto al otro

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