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Jungwon se encontraba frente a la desgastada puerta de su casa, dudando si tocar o solo dar media vuelta y correr lo más lejos de ese lugar al que en algún momento, llamo hogar.

Decidió enfrentar la situación, por más que huir podría ser la mejor opción, sabía que solo sería momentáneo. No podría escapar toda su vida de su familia, ellos no se lo permitirían.

Dió dos golpes leves, esperando a que nadie abriera. Lástima que no fue así, y lo primero que vió al abrirse la puerta, fue el rostro enojado y demacrado de su madre, se notaba que no había quedado nada de la dulce mujer que era en su época de infante.

No fue capaz de pronunciar ni una sola palabra, al sentir un jalón de su camisa, haciéndolo ingresar en la vivienda de manera descuidada y apresurada.

La puerta se cerró de un solo golpe y el ruido que produjo en toda su casa fue escalofriante. Su cuerpo estalló contra esta, haciendo que soltara un quejido de dolor gracias al impacto.

Su mirada que se encontraba hacia al suelo, fue elevándose de a pocos y, al ver nuevamente el rostro de su progenitora. Supo que este solo sería el inicio de una larga y espantosa noche...

Golpe tras golpe, quejido tras quejido. Eso era lo único que se podía escuchar dentro de ese lugar, los gritos de dolor de Jungwon más los insultos de su madre hacia él, solo podían revelar, todo el odio y desprecio que tenía acumulado en su ser.

El chico no se quejaba, es más trataba de callar esos sollozos rebeldes que trataban de escapar de sí mismo, pero era inevitable, el dolor recorría todo su cuerpo. Él yacía en el suelo, abrazándose, para así evitar que los golpes se extendieran más.
—Eres un malagradecido, sales cuando quieres, te importa poco si este lugar se cae a pedazos, con tal que recibas tú algo, estás satisfecho, pero mira que chistoso - se rió de manera sarcástica - Veamos si luego de esto, quieres seguir haciendo lo que quieras - dijo su madre para seguir golpeándolo y pateando su abdomen
—Que es todo este ruido?! - era su padre, este se encontraba bajando las escaleras hasta llegar al lugar en donde madre e hijo estaban - Que está pasando?! - alzó la voz, la madre volteo a verlo - TE HE DICHO QUE ME DIGAS MUJER, QUE RAYOS HIZO ESTE ENGENDRO AHORA?! - gritó mientras tiraba los estantes del pasillo, su padre sufría de ataques de ira, algo que nunca supo manejar o tratar

Por el impacto de las cosas contra el suelo, Jungwon se estremeció. Esto era cada vez peor, él continuaba tirado, hasta que su padre lo levanto de golpe. Solo para proporcionarle otro golpe que casi le hace perder el equilibrio, que de por sí, le costaba mantener dado a todo el dolor que cargaba.
—Puedo encargarme yo, no tienes porqué meterte - dijo en tono enojado su madre
—Que no tengo?! - se rió su padre, pero era una risa maquiavélica - Eres una estúp*da, todo es tu culpa, mira en lo que se convirtió este - señaló al chico - Eso me pasa por meterme con alguien como tú, una ramera desubicada. Me meto, porque tú no eres capaz de hacer nada, eres una incompetente como este que es tu hijo
—NUESTRO HIJO - gritó la madre
—Eso no se sabe, podría ser de cualquiera con los que te has podido meter - mencionó el hombre con tono despectivo

Esa fue la gota que derramó el vaso en su madre, ambos empezaron una fuerte discusión, que Jungwon podía apostar que llegaría a los golpes. Así que aprovechando ese momento y junto a las pocas fuerzas que le quedaban, corrió hasta su cuarto y se encerró ahí.

Cayó detrás de su puerta y empezó a soltar las lágrimas que había estado reprimiendo. Los gritos se hacían más fuertes y él solo quería que este infierno en el que vivía, se acabara de una vez.

Con lágrimas aún en sus ojos, se puso a buscar alguna crema, pomada o venda que pudiera ayudarle a curar y tapar las heridas que suponía tener. No tenía fuerza para nada y a penas pudo dar unos cuantos pasos hasta llegar a su cama, en la que se echó y decidió dormir, ya habría tiempo después para curarse. Ahora él quería descansar y esperar a que esto fuera otra pesadilla más. Cerró sus aguados ojos y cayó en un sueño profundo.
Lo único que pensaba en ese instante, era poder desaparecer para siempre. Pero, había algo que le impedía hacelo...

𝗪𝗢𝗨𝗡𝗗𝗦 || 𝚈𝚊𝚗𝚐 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚠𝚘𝚗 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora