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-Soo-

Fin de semana ya. El tiempo pasó rápido y a veces creo que es irreal que estoy con Won, es que simplemente es un sueño. Fueron días increíbles y estoy segura que a su lado siempre lo serán. Por ahora, me termino de alistar para ir a mi consulta pendiente con el doctor Choi.

Debo confesar que mientras esperaba fuera del consultorio, el miedo se apoderaba de mí. Mis piernas temblaban sutilmente, pero lo suficiente como para que mi madre se diera cuenta y tomara mi mano. Eso me tranquilizo, pero no quitó la pizca de incertidumbre que cargaba.
—Familia Jung, puede pasar - habló una enfermera

Al instante me puse de pie y pasé con mi familia.
—Bueno, Soo, creo que todos sabemos la razón por la cual estamos aquí, verdad? - habló el dr. Choi, solo me limité a asentir - Tus resultados me llegaron ayer, y los revisé una y otra vez hasta ahora. Odio ser portador de malas noticias pero... La insuficiencia cardíaca regresó

En ese momento, mis sueños, planes, todo se derrumbó. Y el miedo se apoderó de mí. Dejé de escuchar la voz del doctor y de mis padres. Esto no tenía que pasar, por qué a mí? Ya había superado esta etapa, NO TENÍA QUE VOLVER...

Lágrimas y lágrimas caían por mis mejillas. Estábamos de regreso a casa, a penas pude escuchar las indicaciones del médico. Solo quería desaparecer, estaba siendo un daño para todas las personas que me rodean. No quería que sufran nuevamente por mí.

No hablé con nadie. Solo subí hasta mi habitación y me encerré. Los recuerdos vinieron como ráfagas. Las noches en vela, mis padres junto a mí, esperando semanas y semanas en el hospital, hasta que me dieran alguna buena noticia. Esos años que tanto ocultaba, habían vuelto a resurgir.

Le había ganado la batalla, o eso creía. Me habían dicho que podría volver, nunca imaginé que pasaría justo ahora...

Insuficiencia cardíaca, la tengo desde que nací. En esas épocas, el riesgo era evidente, pero logré superarlo. Hasta que durante mi primaria, desde los 6 hasta los 12, viví la temporada más dura de mi vida, así como para mis padres. Volvió agresiva, sufría de mucho cansancio, desmayos, etc. Lo conocíamos como Síncope. Mi corazón no quería funcionar como debía, fueron largas noches con miedo de que en cualquier momento, mi corazón se detuviese. Lo que no pasó, lo que superamos y lo que acaba de volver.

Esa fue una razón por la cual decidimos mudarnos, luego de mi última recaída, acepté que la muerte era una compañera que tendría toda la vida junto a mí, incluso más cerca que otros. Por eso mis padres me dejaron vivir a mi manera, no lo llamaban rebeldía, solo me daban libertad de vivir lo que tal vez nunca llegaría a experimentar. De ahí salió la idea de venir a la ciudad, además de que mi doctor de toda la vida, el médico Choi, también venía a la ciudad.

Mi vida estuvo llena de cambios, épocas horribles que solo quería borrar y quedarme con los buenos momentos. Lastima que no pudiera ser así.

Pero decidí ser fuerte por todos, nunca lloré, nunca me mostré débil, porque no quería ser la carga de mis padres. Siempre me admiraron por sonreír durante estos 16 años de mi vida. Así que me aferré a eso para ocultar mis verdaderas heridas, mis verdaderos miedos.

Así oculto yo mi interior, con una sonrisa y alegría. Porque de esta forma soy apoyo para todos y no una carga...

Ya era de mañana, domingo para ser específica, no había salido de mi cuarto en toda la noche, mi cabeza dolía y mi estómago también. Me puse en pie. Mala idea. Fui directo al baño a vomitar, necesitaba comida y recargar fuerzas.

Llegué a la cocina, mis padres estaban en silencio, tomando desayuno. Cuando entré en el lugar dejaron todo lo que hacían y se acercaron a mí. Me envolvieron en un reconfortante abrazo, sabían que lo necesitaba.
—A todos nos tomó por sorpresa, hija - empezó hablando mi mamá
—Aunque sabíamos que regresaría - continúo mi papá, su voz se fue apagando de a pocos, yo solo me limité a mirarlos
—Pero... El dr. Choi habló de una posible solución - mencionó mi mamá
—Solución? - hablé
—Sí, el médico dijo que... Podrías pasar por un transplante de corazón - enunció mi papá
—Transplante? Eso es posible?
—Claro que lo es, ahora es algo apresurado porque deben realizarte unos exámenes para ver si tu cuerpo es capaz de recibirlo y esperar a que haya donante. Solo recibirás el tratamiento de siempre, esta vez sin hospital a menos que lo necesites
—No queremos cargarte con muchas cosas, hija, solo continuar el tratamiento hasta ver si el transplante es la opción más factible. Y el doctor aseguró que sí, pero necesitamos de todas formas estudiarla - comentó mamá

De verdad tengo esperanza? Al parecer sí, solo necesitamos de tiempo para realizar los exámenes. Por ahora, solo estaría con el tratamiento y mi vida normal, nada cambiaría.
Aunque miedo aún había...

𝗪𝗢𝗨𝗡𝗗𝗦 || 𝚈𝚊𝚗𝚐 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚠𝚘𝚗 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora