Salvación.

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— Bien. Mañana iremos a pelear. — habló Mikey.

— ¡Keisuke! ¿t/n está bien? — preguntó Emma muy preocupada.

— Está en su casa. No quiso ir al hospital. Oh y Mikey, ten presente que no voy a tener piedad con esos hijos de puta. — dijo Baji bastante molesto.

Al día siguiente despertaste de golpe, bastante ansiosa y angustiada. Pero al ver que ninguno de tus amigos se fue te tranquilizaste.

— ¿Eh? ¿Aún están aquí? — hablaste en voz baja.
Miraste la hora y te apresuraste a vestirte.

— ¿Qué haces, t/n? ¿vas a salir? — preguntó Chifuyu.

— ¿Por qué están tan tranquilos? ¡Llegarán tarde a la escuela! — dijiste preocupada.

— Es fin de semana, tonta. — habló Kazutora somnoliento acostado en tu sillón.

Te sentaste en tu cama, estabas un poco avergonzada.

— Descuida. ¿Podría revisar los golpes en tu rostro?—se dirigió Chifuyu hacia tí.

— S-sí. — dejaste que Chifuyu se acercara a tu cara para tratar tus heridas. Cerraste los ojos dejando que se hiciera cargo.

— Te abrieron el labio, ¿te duele mucho? — dijo mientras tocaba tus labios con un algodón lleno de alcohol.

— Ahora que lo estás curando, sí, me duele un poco.

Chifuyu cambió de algodón y abriste tus ojos, él estaba demasiado cerca, pudiste ver el precioso color que adornaba sus ojos. Al hacerlo ninguno de los dos pudo evitar sonrojarse.

— E-estás muy cerca... Chifuyu... — dijiste apenada.

— Lo siento pero debo curar tus heridas, t/n. — habló desvergonzadamente. Así que volviste a cerrar tus ojos.

Chifuyu estaba siendo absorbido por tus preciosos rasgos. Le parecía bastante tierno el gesto que hacías cuando tocaba tu piel con el algodón. Tuvo que reprimir todas su ganas de recorrer tu rostro con sus manos.

— Chifuyu, de verdad estás muy cerca. Retrocede. — interrumpió Kazutora tomándolo del hombro.

— Ah... sí. — respondió Chifuyu nervioso.

— Oigan, ¿y qué pasará con aquella pandilla? ¿vamos a pelear? — preguntaste para romper la tensión.

— Al parecer sí. Baji ya habló con Mikey sobre eso, y él lo aprobó. — respondió Kazutora.

— ¡Bien! Necesito hacer pedazos a aquellos tipos. — dijiste entusiasmada.

— Nadie quiere que tú pelees. — dijo Kazutora.

— ¡¿Entonces qué se supone que haga?! — estabas molesta. — ¡Soy parte de los altos mandos! ¡Quiero ejercer mi derecho a pelear! ¡Así que no me importa lo que ustedes piensan!

— ¡Bien! ¡Entonces trata de ir en contra de Baji! ¡Él fue quien nos sugirió no dejarte pelear! — respondió Kazutora.

Te quedaste en silencio un buen rato. En parte te aterraba ir en contra de Baji, pero algo que te motivó inmediatamente fue que tú eras parte de los 3 líderes de la pandilla y lo que Baji pensara o intentara ordenarte no era obligatorio hacerlo.

— Baji no es mi líder. Si Mikey me lo prohíbe entonces lo haré. — hablaste en tono serio.

— Carajo. No creo que puedan ir contra eso.—pensó Chifuyu de forma burlona.

Kazutora solo se dió la vuelta, se le notaba molesto por tu decisión. Pero que podía hacer? estaba luchando contra tu gran orgullo.

Entonces les pediste que dejaran tu casa para que pudieras prepararte.

— ¿Consideras prudente dejarla pelear? Al haber tanta gente no vamos a poder ayudarla. — habló Chifuyu con Kazutora.

— Baji no la dejará. — respondió Kazutora.

— Pero dijo que no le importaba.

— Él la quiere demasiado como para dejar que la lastimen, en todo caso si ella va a la pelea Baji no se va a separar de su lado. — Kazutora estaba siendo muy sincero.

— No puedo entender la relación que tienen. Son amigos de la infancia nada más, pero algo se siente diferente. — dijo el rubio. — ¿Son como hermanos o algo así?

— Eres bastante idiota. — habló Kazutora en tono firme. — Es obvio que Baji la ama.

Chifuyu se quedó en silencio ante esas palabras.

— ...¿y ella lo ama a él? — preguntó temeroso.

— Yo no sé si ella lo ame. Pero pienso que si Baji se lo dice definitivamente la perderás. — respondió Kazutora. — Y yo también la perderé. — pensó éstas últimas palabras.

— ¿Cómo sabes que yo...

— ¡Hola! ¿está t/n en casa? — era Emma.

— Sí. Está en casa. — respondió Kazutora.

Emma entró a tu apartamento para ver cómo estabas; luego de conversar un rato te sugirió que lo mejor sería que por esta ocasión no participaras en la pelea. A lo cual le dijiste que no podías dejarte humillar de esa manera, querías defenderte por la emboscada que te hicieron. Emma no dijo nada después de eso, solo te abrazó; acto seguido se marchó.

Pasaron unos minutos y Takemichi llegó en bicicleta a tu edificio gritando por tí.
Te fijaste por la ventana, al verlo ahí decidiste bajar a ver qué necesitaba.

— ¿Qué sucede Takemichi? — preguntaste.

— ¡Por favor no vayas a pelear hoy! — se dirigió hacia tí con firmeza.

No entendías porqué nadie quería dejarte pelear contra los de Valhalla. Estabas a punto de correr a Takemichi de tu edificio hasta que tu mente se aclaró.

— Ésta es la segunda vez que dices algo como eso. La primera vez fue ayer cuándo dijiste que algo podría salir mal si me relacionaba contigo. ¿Qué eres? ¿un espía? ¿un falso aliado? — te acercaste a él lo suficiente para intimidarlo.

— N-no te lo puedo decir... pero por esta vez confía en mí... si peleas saldrá todo mal... — Ah, carajo... ella no puede seguir muriendo... tengo que hacer que no peleé hoy... — pensaba Takemichi muy ansioso.

Te diste la vuelta y subiste a tu motocicleta dejándolo atrás.

— ¿Eh? ¿ya te vas? ¡espera! — gritó Chifuyu.

— ¡Chicos! ¡por favor no dejen que ella esté allí! —suplicó con todo su ser. — ¡P-podría incluso morir!

Chifuyu y Kazutora lo voltearon a ver al mismo tiempo. Su desesperación era bastante notoria, no tenían tiempo para cuestionarse el porqué quería con tantas ganas evitar que pelearas.

— Date prisa y llega al lugar de la pelea. — le dijo Chifuyu a Takemichi mientras él y Kazutora partieron de camino al sitio de encuentro.

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𝑳𝒂 𝒕𝒓í𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 | ᴮᵃʲᶤ˒ ᶜʰᶤᶠᵘʸᵘ ʸ ᴷᵃᶻᵘᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora