Hogar.

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— qué manos tan cálidas... — abriste los ojos reaccionando a aquel tacto tan gentil.

— ¡Ah! ¡t/n! ¡despertaste! — era Emma, quien no dudó en abrazarte.

— ... ¿Emma? ¿dónde estoy?

— En el hospital. Te golpeaste muy fuerte la cabeza y estuviste durmiendo por un día entero.

— ... ¿y Keisuke?

— No quería irse a casa, pero lo convencí de que tenía que irse a preparar algunas cosas para cuando te dieran de alta. Estuvo aquí hasta hace un par de horas. Me sorprende que él te haya traído hasta aquí cargandote en bicicleta.

— ¿Kei hizo eso? — preguntaste sorprendida.

Luego de tu pequeña conversación con Emma una enfermera te revisó, al parecer debías quedarte un par de días más en el hospital, el golpe había sido fuerte y podías tener secuelas del impacto.

— Emma, gracias por haber estado aquí. — le dijiste con una sonrisa cálida en el rostro.

— No es nada. Veré si puedo acompañarte a casa, o si no puedo entonces iré a verte ¿de acuerdo? — dijo mientras dejaba tu habitación.

Al voltear viste en el mueble junto a tu cama unas flores, así que pasaste el resto de la tarde imaginándote quien te las habría traído.
Después de imaginar demasiado te quedabas dormida en momentos, dormías un par de horas y te despertabas.

— Diablos, quería ser el único que le trajera flores. — una voz te despertó. — ¡Hola! — era Chifuyu.

— ¡H-hola! — le respondiste con una voz ronca, ya que te despertó.

— Lamento no haber podido venir antes. Créeme que quería hacerlo, pero como Baji no se iba no me dejaban pasar. ¡Oh y te traje flores! No sabía cuáles eran tus favoritas y me daba vergüenza preguntar. Así que solo busqué las que se adecuaran más a tí.

— ¿Tulipanes morados?

— Sí, jaja. Creo que simbolizan orgullo y éxito. Cómo sea, yo no sé mucho de flores, pero alguien me dijo que el morado es tu color favorito. — dijo mientras se sonrojaba.

— Es un gran detalle, Chifuyu. Gracias. — le dijiste amablemente. — ¿Puedo saber que fue lo que pasó después de que me golpearon? — cambiaste el tema rápidamente.

— Oh... bueno. Baji, Kazutora y yo no paramos hasta encontrar a todas esas chicas. Quien te arrojó la botella desapareció, las demás fueron encontradas por Kazutora. No sé muy bien que sucedió pero dijo que ya no te harían nada malo.
Creo que fuí el único que no hizo nada para protegerte, lo siento.

Tomaste la mano de Chifuyu haciendo que te mirara a los ojos. Él se calmó y supo que no era necesario que hiciera algo al respecto, aún así ibas a apreciar que estuviera ahí contigo.

— Tengo que irme ya. Mikey dijo que quería venir a verte, así que le dejaré libre la visita. — Chifuyu tomó sus cosas, se despidió y salió de la habitación.

Un par de horas después llegó Mikey, quien te llevó comida deliciosa. Comenzó a platicarte acerca de Takemichi; Mikey planeaba meterlo a la ToMan, pero quería que fuera su decisión, así que te contó que estuvo invitándolo a varias reuniones.

— Así que en verdad de interesaste por él ¿cierto? Se ve agradable, tiene pinta de líder. — hablaste.

— Sí. Espero que se una pronto.

Los días faltantes para salir del hospital se terminaron. Sinceramente no sabías si iba a haber alguien afuera esperando por tí, ya que nadie te había dicho nada, así que asumiste que todos estarían ocupados. Pero al salir del hospital lo primero que viste fueron a varios miembros de la pandilla en sus motocicletas esperando por tí.

Una sonrisa inmensa invadió tu rostro. Estaban casi todos los capitanes de las divisiones. Te acercaste a la moto de Baji y subiste detrás. En cuanto lo hiciste todos aceleraron directo a tu casa, todos querían celebrar que estabas bien y que por fin saliste del hospital.

— ¿Qué te pareció la sorpresa? — te preguntó Baji.

— Muy conmovedora, Kei. Gracias por estar aquí. — recargaste tu cabeza sobre su espalda haciendo que se sonrojara un poco.

Cuando llegaste a casa todos bajaron de sus motos y caminaron detrás de ti a tu apartamento. Antes que cualquier cosa cabe aclarar que Emma te había ayudado a limpiar y ordenar tus cosas. A pesar de que no pudo ir por ti para llevarte a casa te ayudó con todo lo que pudo, además de que ella ya estaba ahí esperándote.

Esa tarde fue bastante agradable. Aunque no conocieras muy bien a todos los presentes estabas feliz de que te mostraran su apoyo de esa manera. Fue ahí cuando te diste cuenta de las increíbles personas que formaban parte de tu familia. Estabas ansiosa por forjar lazos con todos.

¡He vuelto! Prometo darles la mejor historia

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¡He vuelto!
Prometo darles la mejor historia. <3

𝑳𝒂 𝒕𝒓í𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 | ᴮᵃʲᶤ˒ ᶜʰᶤᶠᵘʸᵘ ʸ ᴷᵃᶻᵘᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora