Final 3: Baji

937 109 5
                                    

Quizá debería decirle de una buena vez a t/n lo que siento... es doloroso verla con alguien más... pero... de algún modo no me siento molesto con Chifuyu por pasar tiempo con ella, o con Kazutora por ser sincero, estoy molesto conmigo por no hablar a tiempo... — Pensaba Baji cuando iba de camino a la reunión.

Cuando llegó al lugar lo primero que hizo fue buscarte, te vió con Takemichi, estaban hablando de una forma diferente, Baji notó que era algo malo por el modo en que tu expresión cambió.

— t/n, quisiera hablar contigo cuand— Baji se detuvo al ver que te alejaste.

— ¡¡¡Kisaki!!! — gritabas en busca de aquel sujeto.

— ¿Kisaki? — se preguntaba a sí mismo. — Takemichi, ¿Kisaki le hizo algo?

— E-es algo más complicado que eso... D-deberías detenerla... — Takemichi se notaba sorprendido y asustado por tu reacción.
Entonces los golpes comenzaron a destatarse inevitablemente.

Baji solo se limitó a observar, era la primera vez que te veía así; no estabas siendo tú misma, la ira te cegó por completo.

Kisaki te logró quitar de encima para poder huir, así que la persecución inició. El único que reaccionó rápido fue Baji, subió a su motocicleta y se mantuvo cerca de tí.
Atrapaste a Kisaki de nuevo, los golpes continuaron, Baji te había perdido, ya que te habías metido en un callejón.

— ¡¡¡t/n ya detente!!! — gritó desesperado al ver la intensidad de tus golpes aumentaba. Baji decidió que tenía que separarte de Kisaki, entonces tomó impulso y se lanzó contra tí para apartarte de tu enemigo.

— ¡¡BAJI QUÉ CARAJOS HACES!! — gritaste y diste algunos golpes para que te dejara ir.

— Tranquila... ésto es lo mejor... Kisaki dejó de moverse desde hace rato... — tus pataleos se detuvieron.

— ¿... qué?— preguntaste con la voz entrecortada.

— Debemos huir, si nos quedamos podrían arrestarnos.

— ... L-lo maté... — continuaste con tu tono débil.
Baji te cargó y te puso en su espalda para después subir a su motocicleta.

— Siempre tengo que estar a tu rescate, ¿verdad? supongo que así debe ser. — hablaba intentando desviar tu atención de lo que habías hecho.

No salió ni una sola palabra de tu boca durante todo el camino; volvieron al templo solo para avisar que debían retirarse todos antes de que la policía llegara. Tus amigos vieron la expresión vacía que tenías, no le diste la cara a ninguno de ellos, te quedaste todo el rato detrás de Baji.

— ¿Estás bien? — Chifuyu se acercó a tí para preguntar.

— Ahora no, Chifuyu, está algo aturdida. — respondió Baji.

En silencio te quitaste el brazalete que Chifuyu te había dado, extendiste tu mano y se lo devolviste.

— Pero... ¿por qué me lo das? fue un regalo que te dí con mucho—

— No lo merezco. — interrumpiste. De nuevo escondiste tu mirada y esperaste a qué Baji te llevara a casa.

— Llévate la moto de t/n, Chifuyu, te veremos en casa. — pidió Baji.

El tiempo pasó, quizá una semana o dos, pero aún seguías atrapada en aquel día, Baji y los chicos te visitaban muy seguido para animarte, pero la felicidad solo era momentánea, de algún modo ya no te sentías parte del grupo.

— ¡Baji! — gritó Chifuyu al verlo cerca de su apartamento. — ¿Cómo está t/n?

— ¿Por qué no vas a verla? — preguntó de vuelta Baji.

𝑳𝒂 𝒕𝒓í𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 | ᴮᵃʲᶤ˒ ᶜʰᶤᶠᵘʸᵘ ʸ ᴷᵃᶻᵘᵗᵒʳᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora