— Takemichi... ¿cómo supiste que Hina era la indicada para tí?
— Vaya... t/n debes tener mucho en qué pensar... pero ¿sabes? Hina siempre estuvo ahí cuando la necesité. Puede que en su momento no supe valorarla... pero ella me demostró que yo soy su persona ideal... entonces ahí supe que con ella quiero pasar el resto de mi vida... porque a su lado me siento genuinamente vivo. Aunque cada día que pasa mi vida peligra créeme que no me asusta, porque ella es la razón por la que hoy estoy aquí.
— ... eso... suena precioso...
— No deberías cargar con el peso del futuro ahora, aún no hacemos nada, tenemos un momento para planear nuestro siguiente movimiento. Así que... mejor ayúdame a sacar a Kisaki del juego.
Las palabras de Takemichi caían como copos de nieve delicados sobre tu rostro. Entendiste que entre tú y él definitivamente quien tenía más cosas en la cabeza era el viajero del tiempo que recurrió a tí por la gran fuerza y dedicación que tienes.
Takemichi te acompañó hasta tu casa, había un silencio inmenso en todo el edificio.
— ¿t/n? — Chifuyu estaba subiendo las escaleras a su apartamento cuando te vió. — ¿Takemichi? ¿Están bien?
Evitaste su mirada, pero te acercaste a él y lo abrazaste como si llevaras tiempo lejos de él.
— Perdóname... por favor perdóname... es... es mi culpa... — comenzaste a llorar en sus brazos, él te tomó fuertemente.
— Tranquila... no me has hecho nada... sigo aquí para tí... — esas palabras te tranquilizaron.
Takemichi se despidió de ambos y te pidió que te cuidaras.
Mientras eso pasaba Baji los estaba viendo desde la plata baja. Esta vez no tuvo una reacción violenta, simplemente sintió como su pecho se estrujaba de dolor, pues pensó que ya te había perdido.
Chifuyu no dijo ni una palabra más sobre lo que había pasado la noche anterior. Te acompañó a tu apartamento y te ayudó a ordenarlo. Quizá en tu apartamento había demasiado silencio, pero dentro de tu cabeza un montón de pensamientos te estaban atormentando.
— Chif-
— Iré a buscar algo de comer, no tardo. — y salió tan rápido como pudo. — ¡Mierda! tengo tanto miedo de lo que me vaya a decir... — pensaba mientras dejaba el edificio.
— ¿Qué hago? ¿Cómo se lo digo? No quiero... definitivamente no quiero que por mi culpa él muera... — alguien tocaba la puerta, al abrirla viste a Baji con el cabello atado y una curita en su labio.
— Tengo que hablar contigo. — dijo. Lo dejaste pasar sin decir nada. — Lamento mucho lo que sucedió, no quería lastimar a nadie, pero creo que me pasé de la raya con todos, en especial contigo y Chifuyu. Antes que nada ustedes dos son mis amigos, deseché esa amistad al portarme como un idiota... ¿podrías perdonarme?
Suspiraste y te recargaste en la pared.
— Está bien, Keisuke. Ya no importa, mientras mantengas lejos de mí tus actitudes posesivas todo saldrá bien. — querías preguntarle qué era exactamente lo que quería decirte cuando fue a buscarte la noche anterior, pero no tuviste el valor.
— Entiendo. Me iré antes de que Chifuyu regrese, creo que hablaré con él después. — salió del apartamento rápidamente.
Pasaron varios días y no podías dormir; todo lo que te había dicho Takemichi causó un mal efecto en tí. No dejabas de pensar y preguntarte en lo que pudo haber pasado para que terminara así.
En clases te quedabas dormida, lo cual era bastante malo porque era temporada de exámenes. Un profesor llamó tu atención pero no respondiste, así que se acercó solo para notar que te habías desmayado. Tenías una fiebre brutal, así que con ayuda de varios compañeros fuiste llevada a la enfermería.
Kazutora vió cómo te sacaron del salón a rastras, a pesar de que quería acercarse para ayudar mejor decidió quedarse lejos, aún se sentía extraño porque no pudo hablar contigo respecto a sus sentimientos, además de que las palabras de Baji lo dejaron pensando demasiado. Así que mejor optó por ir a buscar a Hina. Cuando despertaste ella estaba a tu lado.
— ¿Hina? ¿qué pasó?
— Te desmayaste, al parecer te has estado exigiendo demasiado estos días, ¿es por los exámenes? — su voz era bastante relajante.
— S-sí... es por eso...
— Kazutora fue quien me pidió que viniera, estaba muy preocupado. ¿Debería decirle que ya puede venir a verte? — la tomaste del brazo antes de que se levantara.
— ¿Crees que sea buena idea?
— Él en realidad se preocupa por tí... y no tienes que hablar de eso si no quieres, solo deja que él mismo vea que estás bien. —la soltaste para que pudiera llamarlo.
Kazutora se adentró a la zona donde están las camillas y tomó asiento a un lado de la cama. Estaba evitando completamente tu mirada.
— ¿... cómo te sientes? — preguntó muy nervioso.
— Estoy bien, gracias. ¿Tú cómo estás? hace tiempo que no te veo.
— Es que... no quería verte... tenía mucho en qué pensar... — estaba jugando con sus dedos al hablar.
— Ya veo... lamento todo lo ocurrido... pensé que podía manejar algo así pero... salió todo mal...
— ¿Estás aquí por eso? ¿Es decir que fue mi culpa por hablar de lo que siento?
— ¡N-no! es porque los exámenes me estresan demasiado. — que mentira de mierda, solo quiero que alguien me asegure que todo estará bien... el peso de mis acciones... traerán grandes consecuencias.—tu mirada se perdía mientras pensabas y tus ojos se llenaban de lágrimas.
— Por favor no llores... eso... verte así me parte el alma... t/n... sé que no es el momento pero quiero hacer algo... — se acercó a tu rostro con delicadeza, por sorpresa no lo detuviste, sus labios estaban demasiado cerca de los tuyos. — Lo siento...— dijo antes de juntar sus labios en un tierno beso.
Por desgracia estabas tan separada de la realidad que no pudiste siquiera reaccionar a aquella acción, que por cierto fue tu primer beso. Después de hacerlo Kazutora se levantó para salir del hospital, su corazón latía demasiado rápido, sentía su rostro caliente, pero al mismo tiempo se sentía patético.
— ¿Por qué no sonrió cuando nos separamos? no tuvo ninguna reacción... mierda... era lo que más anhelaba y se sintió tan insignificante... — Kazutora dejó salir algunas lágrimas.
— Quiero... ver a Takemichi... — hablaste en voz baja mientras te quedabas dormida.
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