Capitulo 21 - Bright

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Me desperté lentamente los sonidos de pitidos flotaban alrededor de la habitación y supe que estaba en el hospital traté de sentarme y me estremecí ante el dolor que golpeaba mi brazo y espalda mi brazo estaba en una especie de cabestrillo y me dolía el costado tiré de la manta con mi brazo bueno y miré hacia mis piernas.

Estaban ahí los diez dedos estaban intactos. Solté un suspiro de alivio y luego los recueros vinieron. Alcancé el botón de llamada y golpeé repetidamente traté de levantarme y fue entonces cuando noté el tubo transparente que salía de debajo de mi bata.

—Oh, diablos no.

La puerta de mi habitación se abrió y una enfermera entró. Lucía más que maniaca.

—¿Qué pasa, sargento?

—¿Dónde está Pawat? Y saca este catéter fuera de mí.

La enfermera sacudió su cabeza.

—No puedo hacer eso hasta que el doctor venga a verte.

—Bueno, ¿dónde está? Quiero esta cosa fuera de mí ¿Y qué diablos está mal con mi brazo?

—Ah, sargento Vachirawit.

Miré por encima de la cabeza de la enfermera para ver a un hombre de bata blanca caminando con un portapapeles.

—Finalmente — suspiré con exasperación —¿Cuándo puedo salir de aquí, Doc? ¿Y dónde está mi amigo, Pawat?

—Una cosa a la vez, sargento —dijo, moviéndose alrededor de la cama.

—Saca este catéter fuera de mí. ¿Y dónde estoy?

—Estás en el centro médico Queen Sirikit Naval Hospital Has recibido un golpe en la cabeza y la metralla entró en tu cuerpo justo debajo de la axila. Te hemos mantenido en coma inducido medicamente para bajar la hinchazón de tu cerebro.

Me congelé.

—¿Qué?

—Estarás meses en rehabilitación.

—¿Qué quieres decir? —pregunté lentamente.

—Has perdido el uso de tu brazo derecho por ahora. Estoy seguro de que no es permanente, pero como dije... estarás un largo tiempo en recuperación tucabeza sólo necesita tiempo para sanar.

—¿Mi cabeza? —Levanté mi mano izquierda y palpé mi cabeza. Mis dedos pasaron sobre la piel lisa y entonces sentí los puntos de sutura.

—Tus padres están aquí. Les dije que podían entrar tan pronto como terminara.

—Tengo que volver, Doc. ¡Tienes que arreglarme!

—Eso no es posible, sargento. No estás en condiciones de pelear.

—¿Dónde está Pawat? —Empujé la manta a un lado y me levanté la habitación pareció alargarse y busqué algo para estabilizarme. El doctor tosió levemente.

—Él... él está...

—No puedo hablar del cuidado de otro paciente, sargento. Sabes eso.

—¡Sólo dime si está vivo y bien! —grité.

—El sargento Pawat está vivo. Eso es todo lo que puedo decirte.

—Dame un espejo.

—Sargento...

—¡Dame un puto espejo!

La enfermera se movió a mi derecha y la miré con los ojos entrecerrados.

—No lo hagas —escupí.

La Guerra Del Corazón- BrightWin (Historia 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora