Capítulo 4

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*en la tarde*

Hermione salió de su trabajo. Estaba muy cansada. Había demasiado papeleo por hacer, ya que la última chica que había trabajado en su puesto dejó todo tirado antes de renunciar.

- ¿Y tú qué haces aquí?

- Vine a recogerte, ¿no se nota?

- Pero, ¿por qué?

- Vivimos en el mismo edificio, uno enfrente de otro, salimos prácticamente a la misma hora y mi trabajo está a cinco minutos del tuyo. ¿Crees que es un sacrificio venir?

- Buen punto. ¿Vendrías a buscarme todos los días? – preguntó ella tentativamente.

- Uhm... puede ser. Pero te pongo dos condiciones.

- Te escucho.

- La primera, que me des algo de dinero para el combustible de la moto. A fin de cuentas, tú también vas a viajar en ella. Y la segunda... quiero dibujarte.

- La primera es lógica, y bueno, la acepto. Y la segunda, ¿qué demonios?

- El dibujo es uno de mis hobbies, y quiero perfeccionar mi técnica.

- No pareces ser alguien a quien le gusta el dibujo.

- Ese no es el punto ahora, mujer, ¿aceptas o no?

- Ya, hombre, ya. Acepto.

- Bien, entonces súbete. – y, para sorpresa de Hermione, el chico sacó otro casco de una bolsa.

- ¿De dónde...?

- Ah, estaba guardado en el almacén del supermercado. Al parecer nadie lo usa, así que lo traje.

- ¿Eso no se llama robar?

- Eso se llama usar lo que otros dejaron tirados. ¿Lo quieres o no?

- A veces eres insufrible. – dijo ella, tomando el caso.

- Me tienes que aguantar, ya que vives frente mío. – y, con esas últimas palabras, encendió la moto y salieron rumbo al edificio donde viven.

- Para aquí – gritó Hermione.

- ¿Qué quieres?

- No pienso llegar a mi casa a cocinar, ni de broma. – dijo la chica, bajándose de la moto – Voy a comprar algo de comer aquí.

- Comida china...

- ¿Quieres algo? – el chico dudó, pero luego asintió – Vale, yo lo pago, tú me invitas la próxima.

- Suena justo – asintió Harry.

EL VECINO DE ENFRENTE - HARMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora