Capítulo 8

814 63 0
                                    

Cinco minutos después, en los que Hermione le había explicado a detalle el diseño de vestido que quería, la dependienta apareció con el vestido que, a vista de ambos, era bastante bueno: sin mangas, color azul noche, con algunos encajes en la parte superior, justo en la rodilla y una falda suelta.

Hermione se probó el vestido, y salió del vestidor.

- ¿Qué tal?

- Te ves... wow.

- Define wow.

- No sé, mujer. Solo te ves muy, muy bien.

- Sí, me gusta cómo se me ve – asintió ella, mirándose en el espejo.

- Dime que ese si lo vas a comprar.

- Sí.

- ¡Al fin!

- Ya, quejica, dame un momento que voy a pagar esto. Y aún faltan los zapatos...

- Voy a la tienda de allá, la de trajes, me alcanzas cuando termines – y salió disparado.

- Se nota que su novio no es muy paciente – rio entre dientes la dependienta.

Hermione la miró, sorprendida.

- Eh... Bueno, él no es mi novio. Es mi...

- ¿Qué, no? – dijo la chica, avergonzada – Lo siento, pero es que hacen muy linda pareja.

Y, con una última sonrisa, la guio hacia donde tenía que pagar.

*una hora y media más tarde*

- Nunca más te acompaño a comprar ropa, que quede clarísimo – refunfuñó Harry.

- ¿Pero por qué? – dijo Hermione, aguantando la risa.

- ¿No es obvio? ¡Si es que me tuviste en el centro comercial casi dos horas! Y encima esa mujer gritándome por preguntarle donde está el baño...

- Pero, hombre, si le baño estaba frente tuyo – la chica hacía un esfuerzo tremendo por no reír.

- ¡Pero no lo vi! No le era difícil decírmelo, sin gritar... ¡No te burles! – dijo él al ver a la chica riendo, sin poder aguantar más, aunque en el rostro del chico también se veía un amago de sonrisa.

- Ay, lo siento, es que fue tan... divertido. Pero mira el lado positivo: compramos todo lo que necesitábamos: yo tengo mi vestido, zapatos y bolso; y tú tienes tu traje, zapatos y corbata. Ya no tenemos que preocuparnos a última hora por nada – dijo, orgullosa.

- Si le quieres ver el lado amable a todo...

- Ser positivo es mejor que ir siempre con cara de amargado. – objetó ella.

- Como sea, ya me voy.

- Te veo mañana – el chico asintió y desapareció tras la puerta del departamento de la chica. 

EL VECINO DE ENFRENTE - HARMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora