EL VECINO DE ENFRENTE - HARMIONE

Epílogo

Estúpida, estúpida, estúpida. No debió soltarle todo eso. Debió irse corriendo, nada más. La había cagado, y muy bien.

Llevaba todo ese sábado vagabundeando por su departamento sin haberse cambiado el pijama, ni haberse si quiera intentado peinar, cuando sonó su teléfono; le estaban haciendo una videollamada. Muy a su pesar, contestó.

- No pensé encontrarte en un estado tan deplorable, Herms – el pelirrojo que se encontraba al otro lado de la pantalla arqueó una ceja.

- Ah, Ron, eres tú – la chica intentó sonreír, pero solo consiguió una mueca.

- Empieza a explicarme qué demonios te pasa.

Justo en ese momento, la puerta de enfrente se abrió, saliendo del departamento Harry. Ella, que había abierto la puerta para refrescarse un momento, lo vio. Ambos se miraron un par de segundos, antes de que el pelinegro se fuera.

- ¿Y ese? – dijo Ron, regresándola a la realidad.

- El vecino idiota de enfrente – musitó ella.

- Uhm, ya. Apuesto cualquier cosa que él es el causante de tu... declive emocional.

- ¿Acaso eres adivino? – dijo Hermione, resignada.

- Tal vez lo sea, cariño. – bromeó el chico, sonriendo con burla.

Una vez hubo charlado largo y tendido con su amigo de toda la vida, y que este le hubiera casi forzado a arreglarse y dejar de parecer 'un alma en pena', se despidieron, y después de haber colgado la videollamada y de estar por cerrar la puerta, apareció Harry.

- Un momento. – dijo, con voz ronca.

- ¿Qué quieres? – preguntó Hermione, tensándose y con un matiz enfadado en la voz.

- ¿Sigues enojada? Joder, quién entiende a las mujeres.

- Si solo me detuviste para decir eso, mejor ya me voy.

- No. ¿Fue enserio todo lo que me dijiste anoche?

Hermione se mordió el labio, y volteó para encararlo, poniendo expresión neutral.

- ¿Por qué tendría que responderte esa pregunta?

- ¡Porque gritaste en plena calle que estabas "malditamente celosa" por haber visto que Cho me susurraba cualquier idiotez al oído!

- ¿Cho? – inquirió la castaña, ladeando la cabeza.

- Sí, Cho Chang – el moreno suspiró – Es una... se puede decir que ella y yo salimos un par de semanas.

- ¡Así que yo tenía razón al pensar en que esa se te estaba insinuando!

- Agh, sí. Pero ella no me interesa hace uf. Si la dejé de ver hace como un año.

- No necesitaba explicaciones, no me las debes.

- ¡Entonces qué demonios quieres, Hermione! – dijo, acercándose hasta estar a menos de un metro de ella.

La castaña estaba por replicar, hasta que notó que era la primera vez que Harry la llamaba por su nombre, y que lo tenía... así de cerca.

- Uhm, ¿qué es lo que quiero? Pregunta compleja de responder, Harry – musitó ella. Sentía la respiración del chico en sus labios. Él también parecía haber notado el hecho de que, en vez de llamarse "hombre" y "mujer", se llamaron por sus nombres.

- Solo respóndela con sinceridad.

- Bueno, si tú me lo pides... - entonces, levantó la cabeza y se puso de puntitas, para rodear el cuello del moreno con sus brazos y besarlo.

El beso fue al principio lento, asimilando el hecho de que se estaban besando, para luego transformarse en uno salvaje y apasionado. Minutos después, al sentir la necesidad de respirar, se separaron.

- Así que esa era la respuesta... - susurró el chico.

- Sí, esa era. Querías sinceridad, te di sinceridad. Te amo, Harry. Esa es la única verdad.

- Ya. Y la verdad pues es que yo también me enamoré de ti.

¿Estaba soñando? ¿Era algún tipo de broma? Al parecer no, los ojos verdes del pelinegro no le mentían. De verdad la amaba. Soltó una risa aliviada, que a los instantes fue contagiada a él.

- Entonces...

- Creo que este es el momento en el que te pregunto si quieres ser mi novia.

- Bueno, estoy esperando – reclamó ella, con una sonrisa juguetona bailándole en los labios.

- ¿Es estrictamente necesario? – dijo él, con un mohín que le pareció de lo más tierno a la castaña.

- Uhm... depende.

- ¿De qué?

- De esto – y de nuevo atacó los labios del chico, que la recibió gustoso.

FIN