Capitulo 2

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Zoro miró con expresión aburrida a los peces de colores que pasaban frente a él en el muro de cristal que separaba la cortina de agua azul de la sala de espera del acuario. Luffy brincaba de un lado a otro no pudiendo contener la emoción que tanto y tan poco le provocaba, molestando en el proceso a sus amigos con la habladuría sin sentido. Nami lo golpeó en la cabeza en orden de mantenerlo tranquilo mientras le gritaba que se calmara, y Usopp se hizo para atrás a fin de prevenir un golpe en su propio rostro por parte de la peliroja. La señorita Robin, sonrió ante la escena.

Zoro continuaba perdiendo su mirada, siguiendo algunos peces de vez en cuando hasta que se desaparecían de su campo de visión, pensando en lo aburrido que era estar ahí. Era fin de semana y normalmente preferiría quedarse en casa jugando videojuegos, entrenar un poco y practicar su kendo o salir con sus amigos a cualquier parte, justo como hacían ahora, lo que sería divertido si tan solo no fuera una excursión escolar. 

Dirigió una mirada muerta y cargada de fastidio al profesor cuándo le gritó al grupo (específicamente a sus nakamas) a fin de reordenarlos en una fila para comenzar el recorrido en el acuario All Blue.  Una bellisima joya en arquitectura y diseño que ponía a disposición de cualquiera con el efectivo para un boleto, la experiencia de ver la gran variedad de peces, especies y ecosistemas que el majestuoso océano (bastante lejos de la ciudad) podía ofrecer. Claro que era apenas una pequeña probada de lo que el verdadero All Blue era, pero seguía siendo un lugar ideal para aprender de éste, y justo en esa temporada, estaban anunciando la preparación de una exposición nueva. Casi una atracción por como la gente reaccionó al anuncio de que estarían exhibiendo en una de éstas salas los restos ahogados del auténtico "Going Merry" 

Por eso estaban ahí ese día, junto a toda la clase de zopencos que llenaban las filas del recorrido. Tendrían un pase especial para ver al Merry antes de que la atracción se abriera al público general, cortesía de la institución escolar, a fin de que los adolescentes aprendieran un poco de historia, viendo en persona al auténtico y primer barco de la tripulación pirata más importante de todos los tiempos.

Al peliverde en realidad, no le interesaba la historia. Había llegado a entusiasmarse por saber sobre armas y espadachines del pasado cuando era un niño, pero la materia no se le daba especialmente bien, y a decir verdad, no era la única. Estaba de mal humor por un examen de matematicas que vendría el lunes próximo y ciertamente, la idea de usar el tiempo perdido en esta estupida excursión para estudiar todas las clases que se había dormido comenzaba a ser atractiva. Pero su padre, el mundo y sus amigos conspiraron para sacarlo un poco de su rutina aburrida y llevarlo casi a fuerza a este paseo guiado. 

Cuando vió al Merry por primera vez, no bastó mas que un vistazo para apartar la mirada en cualquier otro lado, distrayendo su atención a cosas más triviales en una rebelde e inmadura actitud, mirando todo con ojos indiferentes mientras Luffy se derretía de emoción al conocer la primera embarcación del rey de los piratas (tema que lo entusiasmaba particularmente)

Levantó una ceja al ver a Nami y Usopp mirar la carabela con un destello extraño, incluso la señorita Robin, una estudiante de pedagogía arqueológica que estaba de pasante como asistente educativa tenía esta mirada rara, cómo si de pronto todos estuvieran hipnotizados. Extrañado echó otro vistazo a este barco supuestamente especial, bufando al no encontrar nada extraordinario. 

"Voy al baño" Dijo seguro de que nadie notaría su ausencia, inmersos en su estupor por la 'importante' reliquia 

Por mera suerte encontró el baño siguiendo los letreros pegados en cada pared, buscando refrescar su podrida actitud con un poco de agua en el rostro. Estaba molesto, si, pero si tenía que pasar más tiempo ahí, por lo menos quería hacerlo menos pesado de lo que ya estaba siendo. Salió del sanitario sintiendo que las paredes y los pasillos cambiaban de lugar frente a sus ojos, no pudiendo encontrar el camino de regreso  a falta de letreros que lo guiaran. Había sido una muy mala idea irse solo, con nada más que esperanza guiándolo, pero su orgullo siempre ganaba, negando su obvio problema de orientación que siempre lo metía en problemas. 

Una promesa - Zosan AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora