Capitulo 3

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"¿Está todo bien?" Preguntó Gin desde el otro lado de la mesa ladeando un poco la cabeza para encontrar la mirada de Sanji cuándo en medio de su conversación se quedó callado

El ojiazul levantó la vista al captar el llamado como si acabara de despertar de una bruma de pensamientos y le sonrió asintiendo, regañándose a sí mismo por perder la plática tan descortésmente. 

"Lo siento, solo estoy un poco cansado. Me divertí bastante y apenas resiento la pesadez" Admitió. En realidad si estaba bastante cansado a pesar de que él normalmente estaba acostumbrado a estar parado demasiadas horas del día mientras cocinaba, atendía y corría de aquí para allá en el Baratie; Restaurante de su padre y la razón por la que estaba explorando otra ciudad. El viejo le había dicho que estaban probando mejor suerte, pero Sanji sabía de antemano que la anterior les estaba quedando chica. 

"¿Puedo hacerte una pregunta extraña?" Soltó de la nada tomando al moreno por sorpresa, asintiendo torpemente incapaz de quitar los ojos de encima de Sanji luchando contra el nerviosismo tomando su cuerpo. El rubio por supuesto, no lo notó. "¿Alguna vez te has sentido... extraño mirando al Merry?" 

Gin no pudo evitar sentirse un poco decepcionado al estar esperando algo más íntimo, sin embargo se tranquilizó y pudo continuar hablando con normalidad. El chico frente a él lo ponía en muy mal estado desde el día que lo conoció. Llegando con más hambre que dinero al restaurant más cercano en busca de algo barato y urgente después de casi sentirse desvanecer en plena jornada tras saltarse la cena y desayuno del día. Apenas pisó el Baratie después de descartar muchos otros menús demasiado caros, se desmayó. 

"Algo así. Es una carabela hermosa, e incluso quienes no saben nada sobre barcos lo reconocen. Muchos turistas se sienten así por la historia que lleva y las marcas de esta en su madera. La primera vez que lo ví, se sintió como si ya lo conociera. Probablemente debí haberlo visto por ahí en el periódico cuando lo encontraron" Dijo Gin de inmediato dando un sorbo a su café invocando su primer recuerdo del rubio, quien aquella vez, con gesto preocupado había tomado la molestia de llevarlo hasta la oficina del restaurante para dejarlo recuperarse en el sillón de la habitación. Le ofreció comida y agua sin pensarlo dos veces; y con una sonrisa que volcó su corazón lo invitó a regresar cuando quisiera en cuanto tuvo que irse, sin pagar un solo centavo por el cuidado. Sonrió sin poder evitarlo, ante el rubio que asentía pensativo con una mano en la barbilla.

"La exposición está para llorar ¿no? Es muy hermosa" Dijo vagamente el moreno divagando perdido en los ojos de Sanji, quien de pronto palideció pasmado por el comentario. 

"¿T-tu lo viste?" Dijo tartamudeando sin despegar la mirada asustada de Gin que ladeó la cabeza arqueando una ceja 

"¿Ver que?" Contestó relajando a Sanji, quien soltó un suspiro que no sabía que estaba reteniendo. 

"No es nada" Descartó rápidamente moviendo sin cuidado una mano 

"¿Cómo le está yendo al Baratie?" Se apresuró a preguntar, buscando alargar la conversación lo más posible. Sanji bufó despejando un mechón del frente, frunciendo ligeramente el ceño en un gesto que le pareció demasiado encantador.

"Está yendo mejor, supongo. Cada vez hay más gente yendo a conocer y regresando a la semana, pero aún nos falta demasiado personal, lo que me tiene muerto. Normalmente no me quejo del trabajo, pero si ese viejo me pagara, recibiría 4 salarios distintos" Contestó recargándose pesadamente en el respaldo de la silla de la cafetería. "Hasta apenas la semana pasada tuve el tiempo de inscribirme a una escuela, cuando llegamos aquí desde antes que empezara un nuevo ciclo escolar. La remodelación y preparación para la inauguración fue incluso más pesada que esto, así que podré manejarlo"

Una promesa - Zosan AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora