Yo no quiero las Perlas

~1~ Transmigrar

(¿Qué se siente estar abrumada por las emociones y buscar la salida cobarde de lo que sientes, en la muerte? Claramente es un pensamiento que está presente en algunos seres... Pero sin opinión, es la más difícil de tomar. El sentimiento de sentirte solo a pesar de tener compañía, o vacío a pesar de recibir mucho amor no hacen la diferencia cuando tu deseo de morir y escapar es más fuerte que luchar y seguir.
Las circunstancias varían al igual que las personas que se deprimen y se encierran en la negación.
Nunca les digas que cambien.
Nunca les digas que deben sentirse mejor.
Nunca los ignores.
Nunca los reproches por algo que no pueden manejar en sentir.
Si no quieres oírlos o ayudarlos, o simplemente estar en su círculo de personas, solo disculparte y retiraté. Mostrar falso interés solo agravará las cosas y peor cuando está persona te necesite en el momento crítico y tú solo lo ignores.
Nunca sabrás cuando será la última vez que oigas su voz.
Pero si en verdad quieres ayudar a alguien así, solo escúchalo y abrázalo. Te aseguro que eso ayudará a salvarlo en más de una ocasión)

Pamela T.C.

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"...solo soy reemplazable. Eso es seguro"

Temerosa del dolor, sonrió con amargura antes de deslizar el metal afilado de arriba hacia bajo entre la unión del brazo y la muñeca. El sentimiento que temía se hizo presente y llorar también lo fue.

A la edad de 25 años, ella se sentía el peor ser en la tierra. Nunca había asesinado, ni tampoco había robado. Su única dificultad había sido ser insegura e indecisa. Mala para controlar sus emociones y dejarse llevar por lo que decían los demás. Constantemente era atacada por quienes la rodeaban pero tenía un refugio que la mantenía cuerda cuando sentía la desesperación en frenesí.

Sin embargo, estaba segura que esta vez, esa persona no bastaría para evitar la decisión tomada.

-Mamá~ Lo siento mucho -derramo lágrimas por las mejillas, convencida de que moriría. Pidiendo perdón al único ser que le mostro afecto y un infinito amor.

La imagen de este mismo, llorando sobre su cuerpo, se visualizó por la mente y se odio por crearle tal sufrimiento a quien amaba. Pero ya estaba hecho. El impulso le ganó. La conciencia lentamente se desvanecía mientras solo observaba la profundidad de la cortada en las muñecas. Abrazo al dolor como una conocida, mientras le rogaba, en su conciencia, a la muerte como una amiga, que la liberaría de todo el martirio que sufría.

"Lentamente la sensación de vida se apaga. Estar con la muerte es desesperante y a la vez tranquilo. Una mezcla de pensamientos sobre mi madre llorando a mares, divide mi humanidad y mi cordura. Ese mismo escenario imaginado había evitado que hiciera esto desde los 15 años... pero ahora ya no puedo controlarlo. Al final, nadie más puede salvarme. No tengo un destino o un lugar propio. Solo soy un estorbo para mi familia y la sociedad..."

El grito de un niño, seguido de un gran sonido fue lo último que escucho. De inmediato, la sensación de frío le recorrió el cuerpo cuando la vista se apagó en cuestión de segundos. Ya no pudo pensar, ni sentir, ni saber que sería de ella. Solo calló en espiral y dejó de ser quien creía ser.

"¿Así se siente estar muerta?" pregunto cuando recuperó la conciencia.

-"No. La muerte es un reinicio de toda alma. Y tú no eres la exención. Mejor dicho. Serás quien guíe sus caminos desde este punto hasta el final.

"¿Yo que?"

Un horripilante zumbido, acompañado de abundante luz, la impacto causándole dolor y miedo.

Para cuando cesó, se encontró sentada sobre una cama de finas sábanas y almohadas de seda y pluma. Apenas las acarició se asustó de los finos dedos que veía y la vestimenta violeta que portaba. Empezó a mirar el entorno con temor, percatándose que la luz del atardecer ingresaba por los ventanales de cristal y una joven vestida de criada llamaba su atención a lado de la cama.