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— ¿Todavía no lo encuentran? –pregunto una pequeña a sus amigos, quienes negaron, desde la noche anterior an estado buscando a Camilo sin éxito

— ¡¡Camilo!! –su voz estaba llena de angustia y ganas de querer llorar, el día que se reconcilia con su hermano este desaparece, ¡Que bonito!

— ¡¡¡Milo sal!!! Ya –hipeo– ¡Ya no es gracioso! –lloraba la menor de los Madrigal, el chico solía jugar les bromas desapareciendo una hora o dos, pero ya casi eran doce horas desaparecido

— N-no llores Lulu, ven, sigamos buscando –pidio Agustín cargándola para seguir buscando a su sobrino, mientras Julieta y Pepa estaban teniendo una discusión

— ¿¡¡Mi culpa?!! ¡¡Esto es tu culpa y de tu ansiedad!!

— ¡Mira quién habla! La hipócrita que se alejo de su hijo y luego se preocupa por el, ¡¡Lo dejaste cuando más te necesitaba Pepa!!

— ¡Lo que hice ya no importa!

— ¿¡No?! ¡¡Entonces dime porque a Camilo siempre le importo tu opinión!! ¡¡Explícame porqué sin importan cuántas veces lo consolara yo en las noches el buscaba tu atención!!? ¡Te diré porque! ¡¡Porque eres su madre y naturalmente te quiere mucho más que a mí!! –grito, si todavía poseeyera su don Pepa no dudaba que Julieta le hubiera lanzado un rayo

— ¡Mamá por favor ya deja a la tía Pepa! –pidio Isabela, llebava dos horas discutiendo, estaba empezando a hartarse de su discusión

— ¡¡No te metas jovencita esto es entre Pepa y yo!!

— Tu hija tiene razón Jul –fue interrumpida por Julieta, quién tenía lágrimas al borde

— ¡¡No te atrevas a utilizar ese apodo!! –las lágrimas lentamente descendieron por su rostro, finalmente podía liberar las– E-ese era el apodo que me dió Bruno... Y el que Cam utiliza... –fue abrazada por Isabela, preocupada

— Mamá, calma –sobo su espalda como solía hacerlo su padre

— Br-uno utilizaba ese apodo –las lágrimas descendían por su rostro– el día que desapareció, me dijo así...

— Julieta... –puso una de sus manos en sus hombros, tratando de ser un apoyo, Isabela se alejo para ver si escuchaba a Camilo, dejándole privacidad a las hermanas– se que fallé cómo hermana mayor, pero quiero intentar ser mejor hermana –la contraria se limpio algunas lágrimas y la miro sacada de onda

— Pepa... No mames, tenemos cincuenta años –dijo con obviedad pero sonriendo por lo que dijo Pepa, le parecía una tontería– ¿Que quieres intentar reparar? ¿Tus huesos?

— Julieta, se que tenemos cincuenta, se que Camilo quizás nunca me perdone por lo que hice –jugo con sus dedos– y tampoco encontremos a Bruno, pero si se algo. Que yo quiero tratar de mejorar mi relacion con Camilo antes de llegar mi hora

— Jaja –rio sin emoción limpeandose las lágrimas– me recuerdas a Bruno cuando éramos jóvenes, el siempre estaba de obstinado a ir al pueblo a protegerte

— Si... –sonrio nostálgica– el creía que tenía esa obligación por ser el único hombre de la familia

— ¿Recuerdas cuando le presentaste a Félix? Casi lo entierra vivo –empezo a reír un poco por los recuerdos

Camilo, El encanto - ENCANTO AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora