Sentir

Bajo La Lluvia

Bajo la lluvia se encontraba un joven desamparado en una calle solitaria. En sus ojos se podía contemplar una tristeza profunda. Su mirada estaba perdida en el cielo, como si buscara una estrella o algo que iluminara su vida, que lo motivara, algo que pudiera acabar con su miedo y su soledad.

El quería ser importante, aunque sea para una persona.

Perdido en sus pensamientos, el joven elevó su cabeza y cerró los ojos. Las gotas frías de la lluvia no dejaban de deslizarse por cada parte de su delgado cuerpo. Quería marcharse, pero a pesar de las frías ventiscas de la noche y las gotas de agua que bajaban sin cesar, no se movió. Tenía tanto frío, que esperaba que una estrella se acercara lo suficiente para disiparlo todo, y que le brindara protección, seguridad y calor.

De cierta forma, sus plegarias fueron escuchadas.

Una sombra cubrió los párpados del joven y las gotas de agua dejaron de caer sobre él. El miedo le recorrió el cuerpo, pero por alguna razón no salió corriendo sin pensarlo, como lo hacía recurrentemente ante estos momentos de sorpresa.

Él desplegó sus párpados lentamente y vió que lo que lo cubría era un pequeño paraguas. Bajó la cabeza y se volteo temeroso en dirección a la persona que estaba sosteniendo el objeto. Lo que lo dejó atónito no fue el hecho de que la persona era una chica, sino lo que ella le dijo.

---¿Puedo acompañarte?--- preguntó ella con una sonrisa deslumbrante. Ahora ella recibía las gotas frías de la lluvia para resguardarlo a él , y, para al mismo tiempo, acompañarle los sentimientos.

Dos almas solas en una calle desierta, buscando compañía y protección.

Ese momento fue especial para los dos. Para él, porque sintió que una persona se había preocupado por él, se sintió especial.

Y para ella, porque descubrió que no era la única que se sentía como una pieza perdida en un mundo lleno de rompecabezas.