Mary Miller
Estoy en mi habitación, escuchando música y leyendo un libro. Es una forma de llevar mi imaginación al más allá. Me quedo horas imaginando un universo, un mundo, una historia en donde todo sucede como quiero y cuando quiero. En donde tengo el control de absolutamente todo.
Y aquí estoy, imaginando que soy perfecta en todo sentido. En mi imaginación soy la chica que se mira al espejo y se ama tal y como es, que sale y no se compara con las demás chicas, y que no es tan sensible y empática al punto de dejarse usar para no sentirse como la mala de la historia. Esto no es siempre, soy buena, pero no estúpida. Tampoco es que sea tímida ni callada, si puedo ir a fiestas con mis amigos aprovecho, si tengo que decirle a alguien que me molestó lo que hiso o dijo lo hago, y si me golpean yo les devuelvo el golpe. No voy a dejar que me pisoteen.
No les mentiré, he aprendido mucho con el tiempo, pero todavía me falta mucho para superarme y sé que no será fácil, pero no me daré por vencida. Además, tengo el apoyo de mis padres y mis amigos. Gracias a Dios no estoy sola, sino, tal ves me hubiera sumido por completo en la inseguridad y el miedo, que de cierta forma, todavía siguen ahí, aunque no tanto como antes. Incluso hay momentos en el que en las noches me pongo a llorar para sacar aquello que me atormenta, sin saber exactamente que es.
Aún así, como dije antes, voy a ser todo lo posible para salir adelante y cumplir mis sueños.
Amo bailar, sentir la música por todo mi ser y mover mi cuerpo al ritmo de la melodía. No hay mejor sentimiento que ese, aunque puede que haya uno que le llegue de cerca, el amor, otra cosa que me intriga. Sé que muchos diran que soy mu joven para pensar en estas cosas y, es verdad, pero eso no quita el hecho de que quiera sentirlo. Me han llegado a gustar chicos, pero no me he enamorado, siento que es algo mucho más profundo y complejo. Y en estos momentos no creo estar preparada, pero al mismo tiempo quiero estarlo.
Mi madre me llevó con una psicóloga, para que a ambas nos dieran terapia. No es que yo tenga algo grave, pero no me he sentido muy bien estos últimos meses, y no solo eso, he tenido mucho estrés y una cierta "obseción" porque los trabajos y exámenes salgan perfectos, por ser una chica insegura y perfeccionista, y cuando no salían como quería me ponía mal y me daban ganas de llorar, e incluso llegue a bombardear a mis compañeros con llamadas para estar segura de que lo que había hecho estaba bien. Además, tenía muy baja autoestima. Por eso mi madre consideró que es importante que reciba consejos y que me desahogue, y que si no puedo contarle todo a ella, que con un psicólogo puede que sí. En este caso siento que ella lo necesita más. Ella se ha esforzado tanto, y a estado destrozada estos últimos meses, al igual que mi padre. Injustamente a él lo "despidieron" de su trabajo. Trabajaba en una tienda de ropa, y hace un mes, cuando fué al trabajo en la mañana como de costumbre, los dueños de la tienda se habían fugado sin avisarle a mi padre ni a los otros empleados. Eso complica las cosas porque no estamos economicamente bien, de por sí su jefe no le pagaba lo debido. Mi madre trabaja como enfermera, y tampoco gana lo que se supone. Lleva 21 años trabajando en sala de emergencias.
¿Qué demonios le sucede a la gente?, ¿Qué acaso las personas no ven el sacrificio de los demás?
¿Qué les cuesta, si tienen y de sobra?
****
Después de un rato de estar sobreanalizandolo todo, decido bajar para comer algo. Me encamino a la cocina y en ese mismo momento que estoy apunto de entrar me detengo en seco y me escondo detrás de la pared a observar a mi madre, quien se encuentra sentada en la mesa del comedor. Tiene unos papeles en las manos.
La escucho llorar y se me parte el alma.
Papá sale a la luz, se encontraba en la otra esquina del comedor. Se acercó a ella para reconfortarla.
---No se que vamos hacer, han aumentado la tarifa de la luz y el agua y sumando el hecho de que nuestros autos estan dando problemas y que en estos momentos no tenemos suficiente dinero para sufragar los gastos no podremos salir fácil de esta--- expresó mi madre, sollozando.
---Tú misma lo has dicho cariño, no será fácil, pero eso no quiere decir que será imposible. No te preocupes, siempre encontramos la forma de salir adelante, siempre lo hacemos--- dijó mi papá, mientras abrazaba a mi madre.
---Lo sé, pero faltan algunos prestamos por saldar y es que estan injusto, siempre que logramos resolver alguna situación otra peor le viene por detrás, y nos hemos esforzado tanto, lo he intentado todo. Quiero que todo este bien para nosotros, para nuestros hijos, yo los amo tanto--- expresó ella con la voz totalmente quebrada.
---Lo sé, amor, pero ya verás, todo va a mejorar.---
Se me partió el corazón, intento aguantar mis sollozos. Estaba tan sumida en la situación que no me percaté de la presencia de mi hermanita pequeña, quien se encontraba a mi lado abrazando mi cintura. Ella tiene solo 6 años y, aunque no entiende muy bien la situación, está llorando porque ella lo presiente, ella siente que algo malo está sucediendo. Eso me parte el alma, los niños son tan puros, tan suseptibles.
Preguntó en un susurro. ---¿Algo malo está sucediendo, verdad?--- yo solo asentí, no tenía sentido para mí mentirle.
---Dile que no llore, que ya no esté triste, que nosotras la vamos a ayudar. Yo trabajaré por ella, para que así pueda descanzar--- sus lágrimas se deslizaban sin cesar por sus rosadas mejillas.
---Si, se lo diré--- le respondí, intentando formar una sonrisa.
---No finjas, está bien si quieres llorar, yo también quiero--- en ese momento no pude aguantar y comencé a llorar. Subí cuidadosamente las escaleras con mi hermanita. Nos quedamos en la habitación llorando abrazadas.
Luego de como media hora ella se quedó dormida, y aproveché el momento para hacerle una llamada a Susana.
---¿Diga?--- expresó ella con preocupación. Ya sabe que algo malo sucede cuando la llamo a estas horas.
---Hola Susana, espero que te encuentres bien, espero no molestarte.
---Para nada, dime, ¿cómo puedo ayudarte?.
---Necesito que tú madre me deje trabajar en su repostería.
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Sentir
RandomMary Miller, una chica de 15 años que se siente sola estando rodeada de mucha gente, quiere vivir y sentirlo todo, en especial ese amor de película del que muchos hablan. Ella quiere amar y ser amada, ella quiere que las emociones fluyan por cada fi...