Leslie JonesNo esperaba que la chica del paraguas fuera la nueva estudiante. No puedo explicar lo que siento en estos momentos, estoy sorprendido y confundido. Los nervios y la vergüenza me estan consumiendo, no se como mirarla a la cara después de haberla dejado sola sin ninguna explicación.
Creí que no podría estar más sorprendido y confundido, pero me equivoqué. Cuando tomé la valentía de levantar la mirada en dirección a la chica, ella me sonrió y me saludó de una manera muy dulce.
¿Qué rayos?, ¿Acaso está burlandose de mí?, ¿cómo puede estar tan feliz de verme después de lo de ayer?
La verdad no se que pensar, la parte negativa de las personas es la faceta que más conozco, siento que no les queda nada sincero y bueno, me asustan. Por si acaso, tengo claro que no todas las personas son así y que ella tiene una razón para estar molesta conmigo, solo que si lo está, que no lo disfrace, como muchas otras personas.
---Buenos días, me llamo Mary Miller y espero llevarme muy bien con todos ustedes--- expresó ella, pero ahora su sonrisa y compostura de seguridad fue remplazada por un evidente nerviosismo . En ese momento se veía tan vulnerable, que de cierta forma, me pareció tierna.
Para mi suerte o no, la maestra le indicó un asiento disponible frente a mí. Ella caminó con inseguridad hasta su pupitre y se sentó de forma cuidadosa, no sin antes darme una mirada que hiso que yo desviara la mía por los nervios y la pena.
No pude concentrarme bien en la clase, ya que la chica se llevaba toda mi atención. Quería disculparme con ella, porque a pesar de todo, ayer se comportó de buena manera conmigo y siento que fue una falta de respeto haberla dejado de esa forma. Y si lo sigo pensado tanto es porque sé con certeza que llegar a decirle una sola palabra sería complicado, puesto a que estoy seguro de que me pondré muy nervioso y solo meteré la pata aún más. Lo mejor sería alejarme de ella para no hacerla sentir peor o que surja algún malentendido entre nosotros. Aunque...
Tenga el deseo de conocerla más.
.......
Para mi sorpresa las clases pasaron muy rápido, y ya no estaba tan angustiado, pues la chica no tocó conmigo en todas. No me la encontré en el recreo y espero no encontrarmela en la salida, no porque no quiera verla, sino porque no sabría que decirle si nos llegamos a topar.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que no logré evitar lo que venía, cuando me percaté del asunto ya era muy tarde. Una bola me golpeó fuerte en la cabeza, tirándome al suelo. Vi que un chico se acercó pero solo a coger el balón, sabía que esos chicos no se tomarían ni un segundo en ayudarme a levantar, apuesto a que lo hicieron a propósito, aunque la verdad, no me importaba, no les caía muy bien, ni ellos a mí. Los demás solo me observaban como si fuera una rata de laboratorio.
Aún seguía en el suelo, aturdido por el golpe. Claro, eso hasta que alguien se acercó a mi y me extendió su mano.
---¿Estas bien?--- esa voz, la reconocía a la perfección. Mi corazón se aceleró y los nervios y la vergüenza se apoderaron de mi. Además, todos nos estaban observando. Poco a poco levanté la mirada y toda la pena en mí se esfumó al verla de frente. Ella me observaba con preocupación, por alguna razón ella me daba seguridad.
Ella aún seguía con la mano extendida, salí de mi tránce y temblorosamente le tomé la mano. Coloqué mi mano izquierda en el suelo para impulsarme hacia adelante y ella me haló de la otra para hacerlo menos complicado.
---Gracias--- fue lo único que le susurré.
---De nada--- respondió ella con una pequeña sonrisa.
La campana de la escuela sonó y todos los estudiantes empezaron a salir de los salones para ir a sus hogares.
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Sentir
RandomMary Miller, una chica de 15 años que se siente sola estando rodeada de mucha gente, quiere vivir y sentirlo todo, en especial ese amor de película del que muchos hablan. Ella quiere amar y ser amada, ella quiere que las emociones fluyan por cada fi...