𝗜𝗡𝗢𝗖𝗘𝗡𝗧𝗘 ▬▬ TOKYO REVENGERS FANFIC

𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤 ④

Kisaki sonreía con satisfacción, parecía que su plan comenzaba de maravilla. Por mientras ella extraña a su alrededor como siempre, caminaba con felicidad pues Hanma había accedido a comprarle dulces.

Tarareaba una canción infantil mientras abría su quinto caramelo. Cuando por estar distraída se chocó con un chico.

—¡ No ! ¡ Mi caramelo !— sus ojos se cristalizaron, era su favorito, de miel.

—¡ Ayy ! ¡ Lo siento muchísimo ! ¡ Venía distraído y no te Vi ! ¡ De verdad lo siento !— el desconocido se estaba desesperando, en cualquier momento ella comenzaría a llorar.

— Jujūn, deja de hacer el ridículo y apresúrate — Kisaki la llamo, ahora tenía el cabello muy corto y teñido de rubio.

— vo-vo-y... — se limpio los mocos con la manga de su sudadera y se giró al chico desconocido — no se ... Preo-ocupe, fue un accidente. — hizo una reverencia y corrio hacia su menor.

El desconocido se quedó parado al verla. Recordaba esos ojos azules verdosos. Los recordaba muy bien.

— no te le vuelvas a acercar a ese tipo — Kisaki la tomo del antebrazo, obligándola a caminar con rapidez.

—¿ Por qué no ? ¿ Lo conoces ? ¿ Te hizo algo ? ¿ Le pegó ?— ella comenzó a preguntarle con curiosidad y algo de preocupación.

— no te importa, cállate y obedece — él de verdad parecía muy enojado.

Jujūn bajo la mirada con un puchero en el rostro. Dejándose arrastrar por Kisaki.
No le gustaba que la regañaran, eso la hizo sentir mal. ¿ Había hecho algo malo ?

Se quedó sentada en el suelo del gimnasio de la escuela, estaba algo ida, en su casa las cosas no pintaban bien, su madre haría lo posible por llevársela consigo y sobornar a su padre, y parecía que su padre si la quería, y eso esperaba, por qué si no, una vida horrenda en el mundo bajo de Shibuya era lo que la esperaba.

Su vida colgaba de un hilo, si sus padres realmente no la querían sería su fin. Así que por primera vez en mucho tiempo, deseo que sus padres la quisieran, sabía que no lo hacían del todo, pero deseaba que todas las palabras crueles solo se hubieran quedado como eso, palabras.

— Abe — entro al gimnasio, aunque ya le había dicho que quería que saliera de su club ella no le hizo caso y siguió en aquel club de gimnasia.

—... Kisaki... — alzó la cabeza, el lugar ya estaba solo, solo quedaba ella, la encargada de abrir y cerrar el lugar. —¿ Sucedió algo ?— después del regaño le tomo algo de miedo, le había dejado marcada su mano en el antebrazo. Su padre hacia lo mismo.

— creí que ya estarías en la salida, te dije que si no vas a salirte al menos fueras puntual. — se ajusto los lentes, recargado en un tubo de metal.

—... Lo siento... Me iré a cambiar rápido — se levantó y fue a los vestidores. Cuando salió Kisaki jugaba con la llave del gimnasio.

— apúrate, tengo cosas que hacer — le aventó las llaves y salió de ahí.

—¡ Que grosero !— se le salio, y comenzó a llorar —¡ Eres un grosero ! ¡ Un tonto !— y siguió insultandolo mientras comenzaba a llorar. —¡ No me gustas ! ¡ Eres malo ! ¡ Muy malo ! ¡ Ni siquiera me quieres !— siguió gritando soltando lágrimas.

—...¿ De que demonios hablas ?— el solo se quedó observándola sorprendido, no entendía que pasaba. — mejor deja tu drama, se nos está haciendo tarde. Además, tengo una misión para ti, por fin me serás de utilidad. — Kisaki pensó que con eso ella se alegraría.

—¡ No me importa ! ¡ No me quieres ! ¡ Me tratas feo ! ¿ Por qué debería ir contigo ?... No somos amigos...

Kisaki suspiro con fastidió, ¿ Lo que pedía era tan difícil ? Solo quería un peón. Pero lo pensó bien. Si tanto quería acercarse al delincuente juvenil más fuerte debía acercarse por todos lados, ella sería un gran escalón, lo admitía. Era simpática y estaba seguro que generaría algo de curiosidad dentro de aquella pandilla.

— Jujūn... Te lo dije... Dije que haría que tus grandes habilidades no fueran echadas a perder... Te dije que le daría sentido a tu existencia... Haremos grandes cosas Abe, confía en mi — le extendió la mano.

—... ¿ De verdad ?... ¿ Somos amigos ?

—... Serás mi más grande amiga, así que espero entiendas que todo lo que haré de aquí en más es por tu bien. Me importas mucho — tomo sus manos y las apretó, le dió una pequeña sonrisa — vámonos, tenemos cosas que hacer.

Jujūn se limpio las lágrimas. — entonces, ¿ Te preocupas por mi ?

—... Si

—¡ Genial ! ¡ Entonces yo también me preocuparé por ti ! ¡ Debo proteger a mi kohai !— exclamó con emoción tomando su mochila y exteniendole un dulce de fresa con gran emoción.

Kisaki sonrió de manera retorcida, ella no lo noto, estaba algo molesto con tener que soportarla, pero si podía lidiar con eso, todo sería mucho más fácil, solo debía darle una buena propuesta a Mikey y lo demás sería pan comido. Ella haría el resto sin si quiera notarlo.