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Jin•|

Suspiré mientras retrocedía un par de pasos para mirar con mayor detalle el arreglo florar que había terminado después de dos horas. Estaba satisfecha con mi trabajo, las flores rojas estaban perfectamente acomodadas en aquella caja color rojo con detalles dorados.

—¿quieres algo de la cafetería?—preguntó mi compañera de trabajo mientras candaba los arreglos florares en los estantes de exhibición

—no, gracias. Pero supongo que si quieres ir a ver a ese guapo hombre entonces puedes hacerlo, está algo lento el día de hoy.

Las mejillas de mi compañera se tornaron rojas cuando descubrí su verdadero objetivo.

—prometo que solo iré por una galleta de azúcar y regreso.—dijo feliz mientras corría por su bolsa al cuarto de descanso—¿no entiendo como no te gusta? Jin es guapísimo

—no digo que no esté guapo, pero tampoco quiero ser como la mayoría de chicas cerca de esta zona, si fuera el me parecería raro que la misma chica fuera por unas cuantas galletas casi todos los días—comente sonriendo al verla arreglarse rápidamente el cabello

—iré y regresaré en menos de cinco minutos

Era gracioso el ver como mi amiga suspiraba por el dueño de la cafetería que no tenía más de un año en funcionamiento. No mentiré, el hombre si era muy guapo y al parecer es atento con sus clientes, pero en mi caso yo prefiero mantener la distancia de hombres que me pueden poner nerviosa con solo mirarme, a demás de que había algo en el que no me convencía del todo.

Miré el reloj y no pude evitar suspirar al ver que en una hora se terminaba mi turno, podría ir a casa y relajarme un poco. La mayoría de personas tal vez disfruten salir los sábados en la noche a tomar, a cenar o simplemente a pasear por los muchos centros comerciales qué hay en la ciudad, a mi también me gusta hacer esas cosas, pero el trabajo y la universidad me dejaban con poca energía para hacer algo más que ver televisión y limpiar mi pequeño departamento que compartía con mi tía.

Mi amiga tardó exactamente seis minutos en regresar de comprar sus anheladas galletas, aún que no se veía del todo feliz.

—¿ocurrió algo?—pregunte al mismo tiempo que limpiaba mi área

—no estaba el—se dejó caer en la silla derrotada—al parecer es su día libre

—una pena que no hayas podido verlo, pero mañana será otro día. Parece que ese hombre te tiene hechizada

—claro que si—suspiró llevándose su galleta a la boca.

Al terminar mi turno me despedí de mis compañeras y salí de ahí con una actitud más que alegre. Apenas eran las cinco de la tarde y todos mis deberes ya estaban hechos, pensé en mi tía que llegaría de trabajar pronto así que opté por llevarle un café frío como  tanto le gustan.

La cafetería que llevaba por nombre SJni era un local pequeño pero con una decoración minimalista que te hacía sentir cómodo al no tener exceso de colores y luces. Había mesas al interior y exterior de este, por lo que tengo entendido, hay más sucursales de estas por la ciudad, como unas tres más y al parecer les iba bien.

Estaba viendo su menú de bebidas cuando vi al dueño pararse frente a la caja listo para tomar mi orden. Se supone que jin no estaría ahí, de no ser por su pequeña placa con su nombre no sabría quien me tiene nerviosa con su mera existencia. Me preparé y ensayé mi orden para no ponerme nerviosa al pedirla.

—Hola—saludó amablemente cuando me acerqué.

"Que sonrisa tan linda tiene"

—te conozco—aseguró—eres de las chicas que trabaja en la florería ¿cierto?