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— respira profundo, por favor.—

mj todo este tiempo se quedó escondida en el baño, cuando salió de allí me encontró sentada en el piso apoyándome en la puerta.

— no puedo creer las cosas que te dijo.— lo decía en susurro.— pero me alegra saber que al fin le dijiste todo y terminaste con ella.— besó mi frente para luego darme una media sonrisa

— mi mamá estará decepcionada de mi si lauren le llega a contar todo.— tape mi rostro con ambas manos.—

temía por lo que mamá me podría decir, mi relación con ella no era la mejor y no es que sea tan cercana a ella pero sus palabras tenían mucho poder en mí.

las palabras de ella dolían más que cualquier otra cosa.

— ¡imagínate como va a reaccionar su estúpido novio! — el llanto aumento más.—

— mira, te voy a decir algo, andrea.— mj tomo mi mentón haciéndola mirar.— en este momento la única persona por la cual te debes de preocupar es por ti, ni por tu mamá, padrastro, ni lauren, ninguno.— su mirada transmitía preocupación y total amor.— te adoro como no imaginas, no me gusta verte así y si quieres ir a dónde tu madre, ve.—

— ¿y si le disgusta que vaya? —

— aquí estaré esperándote para darte mucho amor, así que.— se paró.— párate de ahí.— extendió su mano, me apoye en ella para igual pararme de allí y quedar frente suyo.— sigue lo que dice tu corazon, cielo.—

limpie mis lágrimas con las mangas de la chaqueta que traía.

— ¿nos vemos mañana?

— nos veremos.— me abrazo fuertemente, el amor que le tenía a mj era inmenso, una de las pocas personas que en verdad se quedaban contigo hasta que te ponías mejor.—

[...]

fui hacia recepción a que me dieran permiso de salida, en el camino me encontré a sebastián, me miro de mala manera sin razón alguna pero lo que estaba pasando ahora era que estaba caminando hacia mí.

— ¡Agosti! nunca pensé que fueras una rompe corazones.— se quedó frente mío dándome una de sus falsas sonrisas, quedé confundida.

¿porqué decía eso?

— emilia fue a mí cuarto diciéndome que le rompiste el corazón.—

no me digas eso.

— y te voy a decir una cosa.— se acercó más señalandome con su dedo meñique.— tú y yo no somos amigos y por ende te digo que cuides muy bien a tu noviecita.—

— ¿porque me estás diciendo esto?

— emilia nunca había llorado por alguien.— su mirada cambió a una preocupada.

al menos se sentía que en verdad le preocupaba la brasileña.

— solo lo había hecho por mi, obvio.

y allí estaba de nuevo, el Sebastián que conocía.

— no me interesa si lloró por ti o no, esto es entre emilia y yo y si ella decide irse contigo no soy nadie para impedirlo.— lo esquivé yendo hacia dirección.—

al llegar allí estaba la secretaria, le dije que no me sentía del todo bien, cosa que dudo antes así que opte por decirle más o menos lo que había pasado claramente sin exponerme

¿no dejarían ir a un estudiante ir a ver a su mamá cuando le rompieron su corazón por primera vez?

— aquí está tu permiso, te queremos mañana a más tardar a las doce de la tarde.— hablo son ninguna expresión.— y agosti.— me miro fijamente, ahora una sonrisa había aparecido en su rostro.— cuídate.

¡se mi novia falsa! endiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora