4. Novio

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Kaz seria el tipo de novio que se pondría sumamente celoso de tu relación con Jesper.

No era una mentira que desde que te uniste a los cuervos, habías formado una muy buena relación con cada uno de ellos

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No era una mentira que desde que te uniste a los cuervos, habías formado una muy buena relación con cada uno de ellos. Inej se había vuelto tu casi hermana, Jesper tu mejor amigo y Kaz... bueno, con Kaz siempre todo era una montaña. Habían tenido momentos donde su relación era solo de trabajo, otros donde parecían hacerse amigos, luego volvían a la frialdad de su trabajo y finamente, se habían dicho cuanto se amaban en un ataque de ira mientras discutían.
Desde ese momento, parecia que se empezaban a estabilizar. El único problema, era la reticencia al tacto de Kaz. Era muy difícil para ambos poder llevar un noviazgo así, donde Kaz sólo te podía dar unas caricias en tu espalda, tomarte la mano o peinarte el cabello. No es que fueras egoísta y querías que el olvidase sus problemas, pero claro era muy difícil a veces necesitar de un abrazo y no poder recibirlo.
Por suerte, Jesper estaba ahí para ocupar ese hueco. Quizás no de la misma forma a como lo haría tú novio, pero al menos estaba. Y muchas veces lo necesitaba. Además, su relación de amistad era super cariñosa: se cubrían las espaldas, se ayudaban el uno al otro, y se reconfortaban cuando tenían algún problema.
Verlos tan juntos, pasándose los brazos por los hombros, haciéndose cosquillas y abrazándose enterneceria a cualquiera. Menos a Kaz.
Kaz odiaba ver como Jesper podía y el no. Como su amigo tenia la facilidad de tocar al amor de su vida y el, por más que lo intentase, no podía. Entendía que ambos se necesitaban el uno a otro. Tu para tener lo que el no te podía dar, y Jesper para estar más tranquilo y controlado. Pero igual le dolía, y habían tenido varias discusiones por ello.
Pero la peor ocurrió un viernes por la noche.
Estabas dejando las últimas copas en la barra del club Cuervo. Tu turno había terminado y Anika ya se estaba colocando el delantal para ocupar tu puesto. En una de esas, Jesper te asusta al abrazarte por detrás, poniendo sus manos en tus caderas y haciéndote cosquillas. La proximidad de sus cuerpos le daba el espacio perfecto a tu amigo para que te susurrara algo al oído. Tu negaste ante tal ocurrencia, pero él insistio. Se despego de ti y deslizó sus dedos por tu brazo hasta tomar tu mano. Empezó a jalarte fuera del Club mientras se reía y asentia, insistiendo con su propuesta. Terminaron por desaparecer por la puerta, sin darse cuenta que cierto bastardo del barril los había estado mirando todo este tiempo.
La rabia hervía en el cuerpo de Kaz. Sus mejillas se habían puesto rojas, sus ojos sus ojos sumamente negros y sus puños se habían cerrado muy apretadamente. Entró a la oficina, cerrando la puerta de un golpe e intento distraerse haciendo las cuentas del dinero que le había entrado ese mes. Pero nada de lo que intentase le servía para quitarse las imágenes que su cabeza comenzó a imaginar.

Tu besando a Jesper.

Jesper acariciandote cada parte de tu cuerpo.

Tu en su cama.

Ambos riéndose de Kaz por creer que alguien como tu podía estar con alguien como el.

Jesper besandote de nuevo.

No podía más. Se levantó y recogió algunas de sus cosas y se dirigió al Listón para ver si los encontraba allí.
No estaban. Kaz entonces subió las enormes escaleras hasta su cuarto y se tiro en su cama, intentando dormir.
Al cabo de un rato escucho ruidos provenir de abajo: risas, charla, movimientos de sillas y un jarrón roto.

-¡Jesper nos vas a matar!- le decías entre risas intentando bajarte de su espalda.

-¡Que no! ¡Que no nos ocurrira nada!-

Borrachos intentaban subir las escaleras, un intento muy torpe.

-¡Jesper!- reíste mientras se caía encima tuyo y ti te agarrabas de la barandilla- creo que debes irte a la cama-

-Yo creo lo mismo linda. ¿Me acompañas?-

Lo golpeaste levemente y lo ayudaste a llegar a su cuarto. Cuando lo viste entrar sano y salvo, seguiste subiendo, pues habían pasado por el Club Cuervo y Specht les había dicho que Kaz ya se había ido, y tu borracha cabeza quería ver a su novio.

-¡Kazzzz!- le gritaste mientras entrabas en su habitación -hola bebe-

Tu colgaste tu abrigo en su perchero y fuiste hasta su escritorio donde el estaba haciendo cuentas. Pasaste tus manos por su espalda, queriendo llamarle la atención, pero no lo lograste. Generalmente ese era tu herramienta para que Kaz abandonase el trabajo, pero parecía que esta vez incluso se concentraba aún más.

-Kaz, cielo-

Lo llamaste pero tampoco hubo respuesta.

-Kaz, ¿que pasa?-

-A mi nada, ¿y a ti?-

-Nada...-

-Pues entonces vuelve con Jesper y déjame trabajar. Estoy seguro que te esta esperando listo para que lo arropes en la noche- te dijo sarcásticamente.

-¡Kaz!- no entendías porque te trataba así - ¿De qué carajos hablas?-

-De ti y tu nuevo amor-

-¿nuevo amor? ¿Qué? ¿Estás así porque salí con Jesper?-

-¿Cómo me tendría que poner si lo veo siempre pegado a ti, coqueteandote? ¡Y encima tu te dejas! Sabes ____, lamento no poder ser yo el que este asi contigo, pero si lo quieres dejar solo tienes que decirlo-

-¡KAZ BREKKER DIME QUE NO ACABAS DE INSINUAR LO QUE CREO QUE HAS DICHO-

-PUES SI-

-PUES SI SOY TAN FACIL COMO DICES, ¿PORQUÉ NO ME DEJAS?-

-PUES QUIZAS DEBERIA-

-DILO, KAZ- el bajo ma mirada y tu golpeaste su escritorio- Mírame a los putos ojos y dime que quieres que lo nuestro acabe-

Te sostuvo la mirada unos segundos, pensando que es lo que realmente quería. Finalmente pronunció esas palabras. A ambos les dolieron, uno no pudo resistir escucharlas y el otro no pudo aceptar que las había dicho.
Todo por celos.


Kaz Brekker is the type of...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora