Kaz es el tipo de novio que no sabe pedir disculpas. De hecho, es terriblemente malo en ello.
(N/A: este capítulo es una continuación del 2, el cual ya está subido. Igual, lo pueden leer sin necesidad del otro)
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Llevaban semanas sin hablarse, o bueno, llevabas. Después de su gran discusión, habían terminado y por tal, tu dejaste de hablarle, mirarle y escucharlo. Solo prestabas atención a sus planes, y eso solo porque era tu trabajo. Kaz había intentado llamar tu atencion varias veces. Cada tanto tiraba alguna indirecta hacia ti, intentando que rieras, que le gritases, o que simplemente lo miraras. Pero tu nada, no querías saber de nada con el. Y, aunque le costaba reconocerlo, te extrañaba. A la par, tu te juntabas más con Jesper. Era una persona con la que simplemente te sentías cómoda y era tu mejor amigo. Aparte, ayudaba a darle celos a Kaz. Prácticamente, luego de cada reunión, se habían hecho la costumbre de irse a tomar una o dos copas juntos, y verlos irse juntos a tu ex pareja le ponía de pelos. Cuanto más pasaba el tiempo, más se enfriaba contigo. De hecho, pasó de darte las mejores misiones a no darte ninguna, claramente esperando a que protestaras, aunque no sirvió de mucho. Tu seguías inmersa en no hablarle, y empezaste a no asistir a ningun llamado que el hiciera. No importaba si era por trabajo, por el Club Cuervo, por el Quinto Puerto... ya nada te interesaba de él, o eso intentabas hacer aparentar. Un día Kaz explotó. No sabía lo que hacía, ni si lo hacía para que volvieras con él o porque simplemente lo miraste. Tocó tu puerta y tu, sin saber quien era, abriste. Su cara estaba mezclada de enojo y tristeza, pero sus ojos reflejaban algo de maravillado. Y te volvieron a hipnotizar.
-¿Qué quieres?- le preguntaste.
-¿Por qué no fuiste al Club Cuervo hoy? Tenias trabajo-
-Estaba cansada-
-¿Esa es tu excusa para faltar al trabajo?-
-Pues será que si. Si solo me das dos hora de sueño entre turno y turno, bueno mucho no puedo hacer-
-Yo he dormido menos que dos horas y nunca dejé mi trabajo-
-Créeme que lo se- le respondiste haciendo referencia a todas esas veces que Kaz volvía sumamente tarde del club y apenas si tenía tiempo para ti -¿Necesitas algo más o solo viniste a regañarme?-
El miró hacia el suelo, levantó la mirada hacia ti y la devolvió al piso. Queria decir que sentía lo que había dicho aquella noche, pero no podía. ERA KAZ BREKKER, POR EL AMOR DE DIOS. Solo tomó su bastón y se fue hacia la puerta.
-¿Ni siquiera eres capaz de mirarme a los ojos, verdad?- le dijiste - Sabes bien que la has cagado, Kaz Brekker. Solo disculpate y podras dormir por la noche sin el cargo de conciencia-
- No tengo nada de que disculparme ____-
- Te conozco demasiado, y se reconocer cuando te arrepientes. ¿O crees que pasé por alto tus indirectas, tus bromas o tu decisión de no darme ningún trabajo importante para descargar tu enojo?-
-Pues no me conoces bien entonces. Yo no me arrepiento-
- Eres un niño-
-Creelo si quieres-
-Como te duele el puto orgullo cada vez que tengo razon-
-¿QUÉ QUIERES QUE TE DIGA, ____? ¿QUE LO LAMENTO? ¿QUE QUIERO QUE ME VUELVAS A HABLAR? ¡PUES BIEN! TE LO ESTOY DICIENDO AHORA Y SE QUE ESO NO CAMBIARA NADA, PORQUE SI YO SOY ORGULLOSO TU ME GANAS EL DOBLE!- te gritó.
-Vete al carajo- dijiste yendo a la puerta y abrirla -vete-
-¿Qué?-
-Kaz, ¿tu no entiendes absolutamente nada? ¿Qué quieres que haga? ¿Qué vuelva a tus brazos si no haces más que gritarme? Quiero que te vayas-
