7. ¿Quién dijo vergüenza?

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-Mm, son celosillas, eh -comenta Javi una vez termino de contar la historia.

-Son unas falsas -dice Nathan aparentemente molesto.

Suelto una risa irónica.

-Por lo menos antes tenía con quién estar -hablo.

-¿Qué pasa, que ahora no? -pregunta Leo.

-No -niego convencida.

Los chicos se miran entre ellos unos segundos, antes de volver a fijar la mirada en mí.

-Puedes venir con nosotros cuando quieras -habla Ángel.

-Exacto -reafirma Nathan.

Me quedo mirándolos un rato confusa.

-Es que... No lo entiendo -digo-. Es decir, tenéis como a todo el instituto a vuestros pies, ¿y me decís a mí que esté con vosotros?

-Si fueras como todas las demás ya hubieras más que aceptado -repone Leo.

-Es que esto me huele a gato encerrado, en serio. Ya he escuchado muchas veces lo perros que sois con algunas niñas, y las bromitas que les gastáis.

Todos sueltan una carcajada, pero acto seguido se vuelven serios de nuevo.

-¿Qué podemos hacer para que veas que de verdad no tramamos nada contra ti? -cuestiona Carlos, el más callado de todos.

-Simplemente no me dejéis en ridículo delante de nadie. Ya bastante tengo con ser considerada un bicho raro por parte de algunas personas.

-Pues mira, aparte de no dejarte en ridículo, nosotros vamos a hacer que dejen de verte como nada raro -dice el americano.

(...)

Nathan The Best te añadió al grupo LOS AMOS.

689263547: Bienvenida!

675676789 cambió el asunto a LOS AMOS y Andrea

Yo: Hola jajaja

Nathan The Best: Ya estás dentro, siéntete orgullosa

689263547: Eres la primera chica que entra en este grupo

Yo: Vaya... Me decís quién es cada uno?

689263547: Leo, pero guárdame con algún nombre bonito, eh

675676789: Javi

671236901: Ángel

682736111: Carlooooos!

Yo: Vale jajajaja

Leo Feo: Este sábado juega Javi, vendrás a verlo, ¿no?

Carlos Rollosofi: Esoooo, tienes que venir. Además, seguro que vienen tus ex amigas.

Yo: No creo, la verdad. Paso de malos rollos con nadie.

Nathan The Best: No va a haber ningún mal rollo, si no me pongo a repartir hostias. La última vez me quedé solo JAJAJA

Javi Guapetón: JAJAJAJAJA

Angelito: Madre mía, mejor no recordar eso...

(...)

Estiro la mano, dando justo en el blanco. Maldigo instantes después cuando el despertador cae al suelo y suena estrepitosamente. Me incorporo y repito la rutina de todos los días: abro el armario, cojo, en este caso, unos vaqueros rotos y una camiseta verde ancha, bajo a desayunar, me echo la mochila al hombro y salgo a la calle camino a la cárcel.

Gracias a dios y a la virgen que no me he topado con Elsa, porque me acaba de bajar la regla y tengo ganas de matar a alguien. Si pudiera, le reventaría la cabeza a cualquiera.

Llego justo cuando la sirena suena, así que sin hablar con nadie, me dirijo hasta el aula de Física. El año pasado me gustaba la asignatura, pero este año, es puro asco lo que le tengo. Me siento en tercera fila, y observo como entran, uno por uno, e incluyendo a Sofía y Silvia, todos los niños de mi clase. ¿Por qué soy tan desgraciada?

Después de una hora hablando de dinámica, el timbre vuelve a sonar y mi clase se mueve al aula de inglés. Si la profesora no fuese tan cansina, la asignatura me apasionaría.

Los segundos se me pasan como minutos, y al final llega la hora del recreo tras la lección de matemáticas. Recuerdo a los chicos, y a su propuesta de irme con ellos, pero me da algo de vergüenza acercarme así como si nada, así que paso por su lado silenciosamente.

-Eh, eh, eh. Tú -escucho la voz del americano, y me giro lentamente.

Leo me hace un gesto con la mano, indicándome que me siente con ellos. Alguna gente cuchichea, y noto cómo se me suben los colores ligeramente. Antes de que llamen más la atención, me acerco y me siento justo al lado de Javi.

-¿No puedo estar sola o qué? -susurro, avergonzada por las miradas celosas de algunas chicas.

-¿No te gusta llamar la atención? -me pregunta Ángel.

-Lo odio... -murmuro.

Sólo eso basta para que el más moreno de todos se levante y me coja en volandas. Comienzo a chillar ipso facto, ahora sí provocando que todo el patio me mire.

-Por favor, suéltame -ahogó un grito.

-¿Vas a dejar de avergonzarte por estar con nosotros? -inquiere.

-Sí, ¡sí!

Cuando me suelta, mis mejillas arden de la vergüenza, y mis pelos se han soltado de las horquillas. Inspiro y suspiro enrabiada.

-Os dije que no me dejarais en ridículo delante de nadie, y es justo lo primero que hacéis -mascullo.

Todos miran a Leo reprimiendo la risa.

-¡No me hace gracia! -exclamo.

-Andrea, tranquilízate. Parece que tienes miedo escénico o algo de eso. Tú déjanos a nosotros, se te van a quitar las tonterías en dos días -habla Ángel, mirándome con sus grandes ojos azul cielo.

Le pongo mi cara de pocos amigos y aparto la mirada. Es demasiado intimidante. Pero, entonces, dos figuras se aproximan caminando hacia nosotros, que no tardo en reconocer.

Sofi delante; Silvia, pisándole los talones.

Ella es uno másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora