CAPITULO 29

960 40 0
                                    


Nunca antes había presenciado al Sr. Wood en un estado de vulnerabilidad tan profunda. Sus lágrimas, su arrepentimiento, todo eso lo hacía parecer una persona completamente diferente de la que recordaba.

—Claro que sí, y sé que tu esposa estaría feliz de que formaras parte de la vida de Adam y tu nieto.

—Gracias, Allison. —dijo, abrazándome con fuerza.

—No hay de qué.

—Disculpa, perdona por esta escena. Ver a un viejo llorar así es absurdo, pero de verdad me has hecho muy feliz con la noticia. ¿Y sabes qué? —preguntó emocionado.

—No, en realidad, tengo que retomar mis citas con el médico.

—No te preocupes, mañana mismo llamaré al mejor médico para que venga a verte. Mi nieto estará en buenas manos. —dijo orgulloso—.

—Está bien, pero no quiero que exageres. Entre menos personas lo sepan, mejor. ¿Está bien?

—Como tú digas. —respondió con una sonrisa—. Bueno, ahora te dejaré descansar. Supongo que debes estar cansada.

—Está bien, gracias por todo.

El Sr. Wood se marchó, dejándome sola con mis pensamientos. Me recosté en la cama, tratando de procesar todo lo que había sucedido. Parecía que el cambio de actitud de Wood estaba relacionado con mi embarazo. Me volví hacia mi vientre y acaricié suavemente mi barriga, pensando en cómo este pequeño ser estaba afectando las vidas de tanta gente.

Después de un rato

La tarde pasó en mi habitación mientras repasaba los documentos relacionados con el caso de Adam. Gracias a Susan, teníamos más posibilidades de ganar. El cansancio comenzó a pesar sobre mí, así que me dejé caer sobre la cama y continué leyendo.

Un suave golpe resonó en la puerta, interrumpiendo mi concentración.

—Toc, toc... —una voz llamó desde afuera.

—Pasa. —invité, levantando la vista.

Alex entró, con una expresión sorprendida en el rostro.

—Hola, ¿cómo estás? —me saludó.

—Bien, ¿y tú?

—Bastante sorprendida por este cambio de actitud del viejo. —dijo, todavía asimilando lo ocurrido—. ¿Puedes creerlo?

Una risa escapó de mis labios.

—Sí, me sorprendió también. Parece que está tratando de hacer las paces.

—¿En serio? —parece que todos se están poniendo sentimentales por aquí debido al embarazo. —Aprovechó la situación para bromear—.

—Lo sé. Parece que este bebé está teniendo un efecto inesperado en las personas.

—¿Y qué estás haciendo aquí? —preguntó, mirando los documentos en mis manos.

—Estoy revisando los expedientes del caso de Adam. Tengo anotados algunos detalles sobre el testimonio de Susan.

—¿Por qué no descansas? Has estado bajo mucha presión estos días, eso no le hace bien al bebé.

—Necesito hacer esto, Alex. Necesito que Adam regrese a mi lado. Verlos a ti y a Riki juntos me hizo recordar cuánto amo a Adam. Pasar todo este tiempo sin él me ha hecho valorar cada momento que compartimos. ¿Me entiendes?

—Sí, lo entiendo. Y te tengo una sorpresa.

—¿Qué es? —inquirí, curiosa.

—Cierra los ojos y extiende la mano. —indicó.

DEFENDIENDO A UN CRIMINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora