CAPITULO 21

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Fui hasta la habitación de Susan y toqué la puerta.

—Hola, solo quería saber si necesitaban algo.

—Estamos bien, todo está perfecto, gracias, Allison.

—Genial, entonces descansen.

—Allison espera.

—Si?

—Quería pedirte una disculpa por mi comportamiento en el hospital, se que te hice correr mucho y en tu estado es muy delicado. Lo siento.

—No te preocupes, no lo sabias.

—Espero que Adam pueda perdonarme.

—Estoy segura que, si lo hará, eres su familia y él quiere mucho a la pequeña Susan. No te preocupes, mañana todo saldrá bien.

—Gracias, que descanses. –se despide—.

—Hasta mañana.

Camino de regreso a mi habitación cuando escucho a Riki y Alex en el cuarto. Me asomé en silencio y los vi besándose. Me aparté rápidamente y me fui al sofá de la sala.

—Bueno hijo, nos tocara dormir en el sofá esta noche. —le conversaba mi barriga—.

Acomodé la almohada y me acosté en el sofá hasta que me quedé dormida.


ADAM WOOD

Estaba durmiendo cuando escucho un murmuro, oigo que se abre a la puerta y se lo que esta por venirse.

Unos imbéciles entraron a mi celda.

Me baje de la cama y quede frente a ellos. Ambos se sorprendieron y fue cuando uno de ellos me ataco primero.

Tenían un cuchillo, uno de ellos rosó mi hombro e intentó apuñalarme. Lo sujete fuerte y lo estrellé contra el camarote. Él otro se dejo venir, pero mi compañero de celda lo golpeó en la espalda. Se inclinó y sacó un arma, en ese momento escuchamos a los guardias correr hacia nosotros, las luces se encendieron y pude verle bien la cara al tipo.

—¡Baja el arma! —grita uno de los guardias—.

Nos estaban apuntando a ambos.

—¡Ponla en el suelo y levanten las manos! —ordena

Levanté las manos y veo como el tipo frente a mi coloca el arma en el piso.

—¡Cabeza a la pared, ahora!

Los oficiales entraron y nos pusieron las esposas, se llevaron al imbécil y a mi me llevaron a la enfermería.

—Esta vez te salvaste Wood, pero la próxima no será así—me advierte mientras se lo llevan—.

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ALLISON MILLER

Me desperté oliendo el aroma a tocino. Me levanté del sofá y fui directo a la cocina, pero no había nadie. Supuse que el aroma se había colado por debajo de la puerta, algún vecino estaba preparando el desayuno.

Fui al baño principal y tomé una ducha rápida, Sali de allí me puse una bata de baño. Tenía mucha hambre así que fui a prepararme algo para desayunar.

Ya tenia la mesa lista, prepare huevos revueltos con tostadas, un poco de fruta y jugo de naranja natural.

Se me hizo extraño que nadie se levantara aún. Fui a la habitación de Susan y toqué la puerta.

—Susan.... –susurre—. No quería despertar a nadie, pero ya eran las 10 am y no había señal de ellas.

Volví a tocar y la llamé varias veces y nadie contesto, así que abrí la puerta y no las vi. No estaba ninguna de las tres, ni Susan, ni su madre, ni la niña.

DEFENDIENDO A UN CRIMINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora