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Mierda, mierda y más mierda. Se repetía una y otra vez Skye, sabia que la punzada nunca fallaba, y esta vez no era la excepción. Se miró rápidamente, cerciorándose de que todo estuviera en su lugar y que ninguna extremidad le faltara. Cuando termino su pequeña revisión soltó todo el aire que sus pulmones estaban reteniendo y sonrío.

-Lo bueno es que no me falta una pierna o un ojo - dijo con un volumen algo alto, por lo que cuando una señora pasó a su lado se le quedo viendo raro, como si estuviera loca, Skye lo dejo pasar, tenia cosas mas importantes con las que lidiar justo ahora.

Cuando se entere su madre de esto sin duda estará furiosa, al punto en que su melena roja podría convertirse en llamas, exagerada habló la consciencia de la pelirroja. Miró por todos lados para ubicarse un poco, estaba en Nueva York, pero no lucia como el NY que ella conocía.

Sacudió su cabeza esperando que todo esto fuera un mal sueño y que en cualquier momento iba a despertar gracias a su alarma o a los gritos de su madre pero no funciono, ni pellizcándose logro despertar.

-Bien, esto no es un sueño - cerro los ojos para pensar claramente, ¿a dónde tenia que ir? ¿buscar a su madre? sinceramente no sabia que hacer y eso la empezaba a preocupar.

Sin esperar un segundo más decidió caminar, tal vez sus pies sean más inteligentes que ella y la lleven a algún lugar seguro. Después de unos minutos, los cuales se le hicieron eternamente lentos, la pelirroja llegó a la estatua de la libertad, la cual al parecer estaba en remodelación, podía observar que le estaban colocando un gran escudo, confundida decidió preguntarle a una chica que pasaba casualmente por ahí.

-Hola, disculpa -se acerco a la chica - ¿por qué le están poniendo ese escudo? - señalo a la gran estatua-

-Debes ser extranjera - la desconocida le sonrío amablemente - Es por el Capitán America, nuestro salvador - y sin más que agregar la desconocida siguió con su camino.

-¿Capitán America? - se preguntó a sí misma Skye - ¿Quién es ese y cuándo nos salvo? - la chica se encogió de hombros y siguió caminando, sin duda no estaba en su Nueva York.

Sus pies empezaban a doler, una parte de ella quería ponerse su traje y seguir su búsqueda columpiándose por los edificios, pero la otra, y quien era la mas razonable, creía que era una muy mala idea, de seguro pensarían que es un monstruo o una ladrona. Vaya que tenia un caos en su cabeza. Aunque agradecía internamente a Reed Richards y su gran cerebro, gracias a él su traje se activaba con solo dar un leve toque en su pecho, sino seria muy incomodo para ella usar su traje siempre debajo de su ropa.

Una cosa llego a la otra y Stephen Strange apareció en sus pensamientos, ese maldito hechicero que tanto quería, el podría ayudarla, se dio cuenta que estaba bastante lejos del Sanctum Sanctorum, así que no tenia de otra, o tomaba un taxi que no sabia como pagarlo porque no llevaba su cartera o se iba columpiando, Skye sabia que la opción mas acertada era la segunda, no quería convertirse en una prófuga de la justicia por no pagar un taxi y huir.

Caminó hacia un callejón lo menos habitado posible para poder activar su traje, se colocó su capucha y su mascara, la cual solo le cubría la mitad de su rostro, y dejaba a la vista sus enormes y brillantes ojos azules, sin más subió al edificio y empezó su viaje, edificio tras edificio se columpiaba, le gustaba la sensación del aire frio golpear su rostro, se sentía libre.

Estaba a tan solo unas calles de llegar a su destino, pero varios gritos interrumpieron su camino, ella y su maldita necesidad de querer ayudar a todo el mundo hizo que fuera a investigar el caos que se estaba causando. Gente y más gente corría de un lado a otro, quiso preguntarle a alguien que estaba pasando pero nadie, absolutamente nadie le pudo explicar algo lógico.

PAUSADA TEMPORALMENTE---𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐍𝐔𝐌𝐁𝐄𝐑 || 𝗦𝗽𝗶𝗱𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻: 𝗡𝗼 𝘄𝗮𝘆 𝗵𝗼𝗺𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora