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El único sonido que se podía escuchar eran los pasos de Stephen por toda la habitación, se maldecía mentalmente por no tener un botiquín a la mano y estar caminando como idiota en busca de alcohol y de algodón. Su capa roja le ayudaba en su búsqueda, la pelirroja tan solo lo miraba, de vez en cuando sonreía cuando lo escuchaba maldecir o hablar en voz baja, apenas perceptible para su oido arácnido, le parecía sumamente curioso la forma en la que la capa roja imitaba los movimientos del hechicero.

-¿Necesitas ayuda? - pregunto Skye amablemente al hechicero, el cual negó suavemente mientras se acercaba a ella.

-Ya encontré todo lo que necesito - le enseño las cosas en sus manos - Bien, primero tu - le indico con la cabeza que se sentara en uno de los sillones en la sala, la vista de la chica se enfoco en la chimenea, la cual daba una atmósfera bastante cálida, y eso era de mucha ayuda contando que había nieve por todos lados - Tal vez te arda un poco - mojó un algodón con alcohol -

-Tranquilo, tu hazlo - cuando el algodón estuvo al contacto con su piel, un ardor le recorrió todo el cuerpo, inevitablemente mordió su labio para enfocar su cerebro en otra cosa y no en el dolor que empezaba a sentir-

-Prometo no tardar mucho - hablo un sereno Strange, la pelirroja aprovecho la cercanía de ambos y decidió contemplar sus facciones, tenia unos hermosos ojos azules con unas pequeñas pestañas rizadas que los acompañaban, tenia un gran perfil, su nariz ni tan ancha o recta, era un hombre muy atractivo, aun con los rasguños que tenia sabia que nunca se cansaría de ver su rostro.

Por su parte Strange podía sentir en las yemas de sus dedos la suavidad de la piel de Skye, tenia unas cuantas pecas esparcidas por todas sus mejillas, un tono durazno le daba vida a sus carnosos labios, su nariz respingada le daba ese toque angelical que tanto le llamaba la atención, ¿será tan inocente como aparenta ser?, se pregunto Stephen.

-¿Te da miedo la sangre? - pregunto sin más Strange, sentía curiosidad por lo que había pasado momentos antes, y lo pálida que se había puesto.

-¿Qué? - lo miro confundida, hasta que capto a que se refería el hombre - No - aparto la mirada - Digamos que la sangre y yo no tenemos buenos recuerdos - el mago noto como sus ojos azules se apagaban, intentando transmitir toda la tristeza que llevaba guardada-

Strange al ver que la chica se quedo callada no quiso preguntar más, no quería invadir su privacidad y que pensara que era un chismoso, y es que esto era lo ultimo que pensaba Skye, no podía hablar de las muertes por las cuales se sentía sumamente culpable.

-Bien, he limpiado todas tus heridas - el hechicero rompió con la cercanía al alejarse de ella, empezó a caminar en dirección a las escaleras, cosa que confundió a la pelirroja, por lo que sin dudarlo tomo la mano del hombre, este la miro confundido - ¿Qué haces? - le pregunto mientras veía la delgada mano de Skye tomar la suya, la sensación era agradable, pero no iba a admitirlo, no por ahora.

-Me toca limpiar tus heridas - dijo como si fuera lo mas obvio del mundo-

-No tienes que, yo puedo hacerlo ¿se te olvida que soy doctor? - sus manos seguían juntas, y ninguno parecía tener la iniciativa de soltar la mano del otro.

-Por tu gran ego no se me olvidara nunca - le siguió el juego, cosa que a Strange le gusto mucho, no tenia miedo de decirle sus verdades - Vamos, no me hagas rogarte -

-Quisiera ver eso - se acerco peligrosamente a la chica, pero esta no se inmuto, solo le sonrío como solía hacerlo.

-No quieras jugar con fuego porque te terminaras quemando, Strange - lo dijo con una seguridad que le causo escalofríos al hombre, por lo que solo pudo sonreírle.

PAUSADA TEMPORALMENTE---𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 𝐍𝐔𝐌𝐁𝐄𝐑 || 𝗦𝗽𝗶𝗱𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻: 𝗡𝗼 𝘄𝗮𝘆 𝗵𝗼𝗺𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora