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La confianza que sentía con Trunks era única, poder hablar de cualquier cosa con él le daba una dicha que jamás pensó podría tener. La pequeña y disfuncional familia que eran cada día se iba fortaleciendo más tal y como la sociedad en esa línea de tiempo, sin embargo Pan tenía aún asuntos pendientes que resolver con su maestra.

Algo que el chico no sabía.

Frente a ella se extendía una blancura cegadora, parecía ser una habitación infinita pero la sensación cálida que sentía no le daba temor. 

Caminó, no supo si mucho o poco solamente lo hacía esperando toparse con algo que buscaba, no sabía que buscaba pero sí que pronto lo encontraría. 

-Hola 

Se giró con una sonrisa sincera.

-Maestra 

Rápidamente corrió a sus brazos, su maestra la estrechó gratamente.

-¿Se encuentra bien? - preguntó Pan.

-Si, y lamento tener que buscarte pero necesito que vengas a verme tú sola 

-¿Qué sucede?

-Yo estoy bien - la anciana la tomó de las mejillas - pero mi sociedad está fracturada, se encuentra debilitada por una cosecha de frutos que dejó Tarles en mis tierras

Pan la miró sin comprender. 

-Verás, mi mundo, en donde estuviste entrenando - la mujer movió su mano llevándolas a su hogar - esta tierra que pisas está directamente vinculada a la tierra de los hechiceros y Tarles dejó caer una fruta, esta fruta dejó caer sus semillas y de ella salió una gran cosecha que consumieron mis hermanos hechiceros, ha causado que la magia se debilite. Adverso al poder que le otorgaba a Tarles 

Pan no podía creerlo -¿En que puedo ayudarles yo?

-Tu combinación genética es única, sumamente rara y creo firmemente que me puedes ayudar a resolver este problema 

-Aún no sé en qué puedo ayudarte 

-Quiero que trabajes conmigo en mi laboratorio buscando una solución, quiero que tu inteligencia terrícola y saiyayin me ayuden 

-Se un poco de tecnología terrícola pero saiyayin no

-Yo haré que obtengas esos conocimientos, pero por favor - la mirada era suplicante - ruego por tu ayuda 

-Esta bien 

-Sin embargo sólo puedes venir tú, al saber de magia la barrera de la tierra de hechiceros no te hará daño

-Comprendo 

Pan quería llevarse a Trunks y ella lo sabía.

-Todo saldrá bien, volverás a verlo

-Lo sé- desvío la mirada avergonzada.

-Cuando el sol se oculte iré por ti 

La pelinegra asintió. 

Abrió los ojos dudando si el sueño era real o no. Se sentó en medio de la cama y encontró una hoja de papel viejo en donde había una lista de objetos y plantas, al final de la hoja estaba el nombre de su maestra.

-Fue real 

.-.

Despertó tarde y cansada, la noticia nocturna le había dejado en que pensar y en cómo pensar en decirle a todos que tenía que viajar. Pensó en irse sin decir nada pero su padre desaprobaria esa acción y su abuelito estaría decepcionado aún cuando él haría algo similar.

Forjando nuestro camino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora