Me puse un poco de un perfume fino que se llamaba "Or", mi padre lo trajo para mi cuando fue a Francia a ver los circos de ese país, pero me dio una orden que aún retumbé mi cabeza.
Solo debes ponértelo cuando estemos en días de Carnaval...
Aproximadamente los días de Carnaval son siete días, pero este va a ser una edición especial por la coronación de la heredera a la corona, Génesis, que duraría un año, así que estaré veinticuatro siete poniendo en acción unos de los misterios que se me dio, el misterio de la magia, aunque parezca ridículo y algo infantil, tengo magia.
Creo ilusiones por doquier, hago realidad deseos, creo realidades para todos, saco polvo de estrellas de mis manos. Me gustaba cuando era pequeña, pero mi madre me decía si alguien de mi escuela supiera ese don, posiblemente me llevan a un psiquiátrico, y los psiquiátricos no son un buen lugar que digamos.
Terminé de ponerme ese caro perfume y me paré, me puse mi típica capa con capucha, me abroché el broche cobrizo que estaba en el centro que era una estrella de quince estrellas con una gota colgando, era el símbolo del Carnaval, era una capa de color azul marino y tenía un poco de escarcha, a pesar de que éramos un poco pobres, teníamos atuendos de valor.Las risas de personas se oyen, estaban llegando a "Carpa Magum", esa carpa era la carpa principal, por lo tanto, la más grande, y esas risas me indicaban que el show ya estaba por comenzar. Me agaché para abrocharme bien las botas cafés que me llegaban un poco abajo de la rodilla, tenían un poco de tacón, por lo que me gustaba el sonido que hacían cuando caminaba en cerámica o en madera.
Salí de la pequeña habitación que era mi camarín, saludé un par de personas que estaban caminando hacia la misma parte donde iba. Todo iba bien hasta que llegué donde mis padres. Mi padre estaba con su típico pantalón negro, chaleco azul marino, camisa blanquecina con un corbatín del mismo color que su chaleco, sus zapatos negros bien lustrados, un abrigo tan largo como la noche que estamos despiertos y su famoso sombrero negro de copa, ¿Mi madre? Ella iba en conjunto con él, un hermoso vestido azul marino, pero a diferencia, tenía perlas por donde sea que la hacían verse como el mar.
—Recuerda, postura firme, pero no lo fuerces tanto. —dijo mi madre obligándome a ponerme recta.
—A menos que no quieras que pase lo que pasó antes, ¿O no? —mi padre me miró con una sonrisa falsa.
—No...
—Perfecto, —miró a mi madre y le dio su brazo para que se enganchasen— ven querida, es hora de hacer realidad los sueños de todos...
Salieron al "escenario" con todos sus intérpretes, yo esperaba mi turno, ya que la mayoría venía por mí, por mi magia. Habían lanzado confeti, otros brillantina, y algunos flores... pero yo tenía una señal, tenían que disparar una flecha hacía un globo donde un polvo dorado, o a veces plateado, ahí aparecía "de la nada", aunque yo pueda hacer eso, pero, yo lo hago para sentirme como alguien que no tiene esos poderes, yo lo hago para sentirme como alguien normal...
Las lamparás de gas se pusieron tenues para que solo un farol de gas apuntase a alguien que sostenía un arco y posicionaba una flecha, era mi señal...
La tensión marcaba, esa intérprete lazó la flecha, haciendo que llegase al globo y una mezcla de confeti, brillantina dorada y plateada caían como estrellas fugaces. En ese entonces, yo ya estaba en el centro.
Cuando las farolas de gas regresaban a su luz normal, la gente gritaba, cantaba y chillaba al verme, otros me daban sus manos para agarrarlos para que quieren que los lleve al espacio y recoger una estrella. Todos giraban a mi alrededor, parecía un ritual, toda esa escena para mi estaba en cámara lenta, veía a todo el público, como tenían una sonrisa de oreja a oreja, como otros llegaban hasta desmayarse, pero, unos chasquidos me hicieron volver a la realidad, era una intérprete que tenía el pelo rosado chillón con un poco de brillantina, me había quedado en mi mundo. Seguimos en la introducción de nuestros actos...
🎪
Estaba sentada, tenía cansancio, uno que otro intérprete me felicitaba por el juego que hice, y solo fueron "adivina los siete acertijos", no eran gran cosa. Estaba desabrochando mis botas, aunque me gustase el sonido que causan, dan un dolor de pie...
El sonido de la puerta se escuchó acompañado de unos sonidos de unos zapatos, eran mis padres...
—Lo hiciste bien, hija... —mi madre me vio con su cara de tristeza y sus ojeras que antes no se veían por el maquillaje.
—¿Solo bien? ¿Nada más?
—Juliette, debiste haberte mejorar tu sonrisa, parecía que odiabas el lugar. —comentó mi padre.
—¡Pero si odio este lugar!
—Empezó su discurso... —dijo un tanto fastidiado mi padre.
—¡No tuve una infancia feliz, por ellos! ¡Tengo que fingir una sonrisa cuando ni si quiera estoy feliz! ¡Tengo muchas cosas en la mente! ¡Estoy estresada!
—¡Yo debería estar estresado! ¡Tú eres joven! ¡Ni si quieras sabes cómo es la vida!
—¡Ni tú lo sabes! ¡Para saber que es la vida debes morir, debes ya completar tus metas! ¡Y no solo el hecho que sea joven no puedo estresarme! —grité con enfado, me dolía la cabeza y tenía un fuerte dolor de cabeza, cada noche me acuesto con un dolor de cabeza.
El ambiente se puso tenso, mi padre se acercó lentamente hacia mí. Mi postura era recta, como si estaba preparada para atacar.
Cuando menos lo esperaba, un impacto contra mi mejilla se sintió, mi padre me dio una cachetada. Sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca, lo escupí enseguida.
—Cada noche lo mismo, —se giró— cada noche le haces enojar y de una forma llegas a tener un castigo, sea eso o lograr dormir con los leones. —me miró con furia en sus ojos— Será mejor que te limpies eso lo más rápido posible, a menos que tengas verdaderas razones para que te vayas del Carnaval, ¿Sabes qué pasa con ellos?
—Los matas... —dije con rencor.
—Bien, —su sonrisa falsa apareció de la nada— ¡Que tengas una bonita noche! —salió del camarín.
Mi madre me miraba seriamente, no decía nada, ni una sola palabra.
Pensaba que iba regañarme, pero ni abría su boca pintada de colores de fantasía para hacer una expresión.
—¿Qué? —intenté levantarme del duro y frío piso.
—No debiste responderle así a tu padre, Juliette. —se dirigió a la puerta.
Al ya estar parada, casi pierdo el equilibrio, pero pude parame bien.
—No es mi culpa que te haga daño, Juliette, es tu culpa, por provocar su enojo. —dijo con una pizca de tristeza.
—¿Yo? ¿Culpable? ¡¿Sabes cómo se siente estar explotada por tus mismos padres?! ¡¿Sabes lo que se siente sonreír falsamente por horas y horas?! ¡Algunas veces ni tengo un descanso digno! —la miré, pero me caí por el cansancio— ¡Tú eres sumisa a lo que dice mi padre! ¡Te puede golpear y no dices nada! ¡Me puede hasta matar y no dirás nada! ¡Ni si quiera siento que son mis verdaderos padres! —lo último que dije la hizo girar con ira, mucha ira, me agarró el cabello y me hizo mirarla. Mis ojos estaban con lágrimas por el dolor.
—Compórtate, ¡Tu no eras así cuando pequeña! ¡Harás lo que diga tu padre y listo! ¡Si tienes que mejorar tu carácter! ¡Mejóralo! —soltó mi cabello y se fue sin decir nada más.
Las sonrisas, las risas, los bailes que hacía para el público eran falsos, muchas veces quería suicidarme, pero no lo lograba, una vez me pillaron en el acto y me quedé casi cuatro noches seguidas en la jaula de los elefantes.
Desde que supe que me explotaban, intentaba darle la razón, ellos creen que solo por ser adultos siempre tienen la razón, pero a veces, yo tengo razón...
Y desde esa noche entendí todo...
Que los niños y niñas siempre deben tener padres, pero no todos los adultos pueden tener hijos o hijas...
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Circus
FantasyMi adaptación de la obra de William Shakespeare, "Romeo y Julieta" con una pizca del libro de Stephanie Garber, "Caraval". Juliette Capuleto, miembro de la familia Capuleto e intérprete del "El Carnaval de la Familia Capuleto" cuenta su historia, el...