...𝑵𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒓....

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Narro y0. . .

Pasaron los días con tranquilidad, para Chifuyu nada había cambiado desde aquel día, es más, a veces llegaba a hacer bromas del tipo: "¿Quieres que nos despidamos con otro beso?" Kazutora no podía negar que aquella pregunta obviamente sarcástica no le causaba deseo, con el simple hecho de imaginarse besando los dulces y tiernos labios del azabache su mente se llenaba de miles de escenas, algunas de ellas explícitas, algunas llegando al punto de querer imaginarse como serían sus gemidos, o incluso, sus expresiones aunque con cada día que pasaba sentía que algo más entre ellos jamás podría llegar a pasar, ya que Chifuyu no daba ninguna señal de enamorarse de Hanemiya.

Que decir, no pasaba nada realmente interesante, el trabajo ajetreado, las salidas casuales y una que otra broma o más bien, indirecta por parte de Hanemiya siendo respondida de forma sarcástica por Matsuno, hasta un día, ese día, confundió más a Matsuno.

Eh de decir que el suele salir vestido con su típico traje, pero desde comenzó a salir con Hanemiya se viste de forma más parecida a el, no hay razón, su estilo le gusta y esa es razón suficiente, las facciones y curvas de Matsuno son parecidas a las de una mujer, una cintura bien marcada acompañada de unas caderas no muy grandes, después, unos muslos gruesos, sin llegar a ser deformes, más bien de piel suave y blancos, y su cara, tenía la cara simétrica, sus grandes ojos celestes y sus carnosos pero no tan grandes labios carmesí, sus mejillas que, gracias a su blanca piel, fácilmente se pintaban de un rojo vivo, todo aquello era bien visto por muchos, incluyendo hombres, algunos miraban de lejos, unos muy poco disimulaban, pero habían unos, un grupo que se pasaba de la raya, cuando Matsuno vestía con blusas de tirantes o pantalones ajustados no faltaban los que tiraban "piropos" que más bien eran insultos a ojos de Matsuno.

Un día, mientras salía a la calle vestido de manera normal y hasta superficial, llevaba una blusa blanca y unos pantalones negros algo flojos, los cuales tenían unos tirantes que llevaba en los hombros y una chaqueta negra, la cual llevaba caída hasta los hombros.

No se veía provocativo, pero aún así la gente llega a sobrepasar sus límites, y querer logras sus propósitos a toda costa sin importan a quien dañen en el camino, y ese fue el caso de un chico, desde hace tiempo puso su vista en Matsuno, vivían relativamente cerca, y siempre lo molestaba, pero el de iris celestes no le prestaba la más mínima atención, y eso le daba en el ego.
Puso en marcha un plan, un plan que, lejos de ser dócil o con el propósito de enamorar, se centraba en saciar su ser ganoso de carne, sin importarle consecuencias, ya que Matsuno no le llamo por su personalidad amable, que, aunque lo rechazaba, nunca llegó a decirle una mala palabra o alzarle la voz, lo que hacía que el mayor supiera que lo que Chifuyu sentía hacía el no era más que indiferencia.

Llegó el día de ejecutar el plan, estaba todo listo, el auto estaba listo, los chicos estaban listos, el estaba listo, y Matsuno, Matsuno estaba más que perfecto.

Ese día había quedado con Hanemiya de ir al parque de diversiones, día que Hanemiya decidió hacer un acercamiento más...¿Íntimo? eso le parecía a el, sentía que sería un roce demasiado, hasta dudo en hacerlo, aunque solo tenía planeado tomar su mano, aunque sea por unos segundos, quizá, llegar a hacer la locura de atreverse a abrazarlo, quizá sin necesidad, quizá sin ser la despedida, solo abrazarlo, abrazar a ese pequeño ser, oler su perfume, que esconde el echo de que se pone aceite para bebé, Kazutora al enterarse de ello se burló un poco, aunque Matsuno le dijo que era solo para "humectar su piel", eso al de iris miel le parecía muy tierno, no podía esperar más, habían quedado a las 5:00pm.

5:10pm

"Quizá se le hizo un poco tarde..."

5:30pm.

𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒓𝒂𝒛𝒐̄𝒏. || 𝐾𝑎𝑧𝑢𝐹𝑢𝑦𝑢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora