Ernest Swadford se encontraba caminando solo hasta la salida de la escuela, como todos los días era el último en. No solo porque no le gustaba que el trabajo se le acumulase, también porque no tenía motivos para regresar temprano a casa, no había nadie esperándolo.
Llevaba puesto un abrigo negro con una bufanda en el cuello, el invierno estaba a punto de iniciar en Big Tree, un sitio muy friolento, por lo que tenía que abrigarse bien para no resfriarse. Muy pronto empezarían los primeros copos de nieve, quería marcharse antes de que eso sucediese.
—Bien, hora de irse —se dijo a sí mismo. Su objetivo era avanzar lo más rápido posible, por suerte no vivía muy lejos. Para su sorpresa no consiguió su objetivo, una persona apareció para bloquearle el camino.
Era una joven de cabellos largos ondulados con un broche adornándolos, usaba al igual que él un abrigo negro, debajo una saya larga y unas botas marronas por el clima.
— ¿Por qué nunca contesto a mis llamadas? —la chica parecía estar molesta.
—Clara —Swadford la había reconocido, no podía creer que ella estuviese allí, pensaba que se mantenía alejado de ella lo olvidaría, pero al parecer no fue así.
—Bueno, no importa —Clara se sereno —Lo prometido es deuda. Ya no soy más su estudiante —expresó alegre —He ganado la apuesta y quiero mi recompensa —la joven había triunfado y a Ernest no le quedaba más remedio que darse por vencido, al fin y al cabo una apuesta es una apuesta.
Clara fue rápida, sin darle tiempo a reaccionar lo beso en el acto. Fue un beso dulce y apasionado, que fue del agrado del profesor. Esa chica de veras lo amaba, ya no podía utilizar la excusa de ser su maestro y tampoco existían motivos para hacerlo. Puede que nunca le dio esperanzas, pero desde ese aquel día en el que hicieron la apuesta Ernest se mantuvo soltero, lo mismo que ella.
—Te amo, Ernest—dijo tras separarse de sus labios.
—Y yo a ti, Clara —le devolvió el beso con mucha más pasión. Este sería el comienzo de un nuevo capítulo en sus vidas, esta vez lo empezarían juntos. Sabían que a partir de ahora las cosas no serían fáciles, pero se tenían el uno al otro, y eso era lo importante. Todavía le quedaban muchas cosas por experimentar a Swadford, porque la vida es como un salón de clases, a pesar de los años, nunca dejas de aprender.
THE END
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Romances en Big Tree
Teen FictionEl colegio de Big Tree es un lugar donde no ocurren cosas interesantes, pero eso cambia con la llegada de un nuevo profesor, Ernest Swadford. Un hombre serio e indiferente, al que parece no importarle sus estudiantes, centrado en el orden y la respo...