~Sweet Cherry~ [JotaKak] (HAITUS)

⭐Encuentro

Nunca imagino que al regresar a su oficina después de haber ido a comer, encontraría el maletín que le dejo a ese joven en su oficina. Al preguntarle a su secretaria, está le contesto que lo habían mandado desde el hotel en el que se había hospedado la noche anterior.

Su sorpresa fue aún más cuando al abrirlo, encontró el dinero casi intacto. Al contarlo se percató que falta a una mínima cantidad. Junto con todo el dinero, había también una nota por parte de su compañero nocturno.

"Le agradezco enormemente por los regalos, no era necesaria tanta molestia.
Tomé la decisión de regresarle todo este dinero, no puedo aceptarlo, ya que eso sería aprovecharme de usted. Solo tomé una pequeña cantidad.
Me la pasé muy bien anoche
Atte: K."

Una leve sonrisa se formó en su rostro al recordarlo. No negaba que ese chico era bastante lindo, como también era educado; demasiado como para trabajar en un lugar tan lúgubre.

Guardo la nota en su saco, cerrando el maletín sin importarle nada de su contenido.

Las cosas no habían salido tan mal como lo imaginó, incluso se sentía bien que el joven pelirrojo la haya pasado igual de bien que él. Extrañamente se sentía feliz por eso.

Caminó hasta los grandes ventanales de su oficina para contemplar pacíficamente la hermosa vista que tenía de la ciudad. Rememorando el aspecto del joven; la suave y tersa piel, el cabello rojizo brillante, esos hermosos ojos amatistas, sus dulces labios, el sonrojo que iluminaba su rostro y la esbelta figura que se movía sensualmente sobre las sábanas.

Admitía que era atractivo físicamente. Pero se sentía confundido con el mar de sensación por las que pasaba al recordarlo; creyó que todo eso se iría al complacer su deseo carnal, no fue así, incluso creía que se había vuelto más fuerte ese deseo irracional.

Aflojó un poco el nudo de su corbata para relajarse. Ese problema y las responsabilidades de la empresa y la fundación con las que cargaba, lo tensaban enormemente.

Sacudió la cabeza para ahuyentar todos los pensamientos que lo aturdían.

Había que ser más razonable, tal vez lo que tenía era solo curiosidad y nada más, sería tonto decir que se había enamorado a primera vista de ese chico; nada de eso era real, solo eran habladurías para hacer parecer el amor como un cuento de hadas. Lo suyo solo había sido calentura, por más vulgar que se oyera.

Debía dejar ese tema en paz. No podía andar con ese tipo de aventuras, por suerte nadie sabía sobre esto así que esto se quedaría como su pequeño secreto. Si, eso sería lo mejor para su reputación y para el honor de la empresa.

Durante toda la jornada mantuvo su mente enfocada únicamente en su trabajo; por suerte esto funcionó bastante, tanto que final del día había olvidado casi por completo este tema. Evadir problemas era más fácil que enfrentarlos.