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Era el comienzo de un nuevo día. Los pajaritos felices cantaban y revoloteaban por el cielo y los árboles, el sol brillaba intensamente apesar de las tempranas horas que eran, no calentaba tanto como para sentir mucho calor o quemarse, pero sí desprendía demasiada luz como para penetrar en las ventanas de las casas, avisando a los residentes que un nuevo día laboral estaba comenzando.

Brillaba lo suficiente como para molestar a cierto chico peliburdeos que muy en el fondo de su razonamiento añoraba de que ese brillo y cántico solo fuera producto de su imaginación. De verdad no se quería levantar, estaba muy feliz y relajado en su cama, y además, la alarma que tenía programada no había emitido sonido alguno. Lo cual era extraño.

Algo adormilado, nuestro protagonista se dispuso a revisar la hora en el celular que tenía en la mesita de noche.

Tremendo respingón hizo al ver la hora.

Mierda, iba una hora de retraso.

Salió corriendo de la cama, enrredándose en el proceso con sus propias sábanas y pies, por poco y el pobrecillo se nos vuela.

Lo primero que hizo fué buscar los materiales que usaría ese día, realmente no sabía donde chuchas se habían metido si lo había preparado todo ayer. Ni él sabe donde estaba todo, pero de que lo encontró, lo confirmo.

Maldecía y maldecía, a tal punto de que las maldiciones parecían gritos, gritos que de seguro asustarían a sus vecinos, pero nah, poco le importaba. De todas maneras, vivía solo en esa casa. Familia tenía, sí, pero presente en este momento no. La tuvo que dejar si quería ayudarles a seguir adelante. Tenía que ingresar a Kimetsu si quería ganar dinero...

En fin, el y su mala suerte.

Deberas que tenía que llegar temprano a la academia, lo tenía que hacer.

Era su primer día.

En una academía nueva, con profesores nuevos y compañeros nuevos.

La academia Kimetsu.

La más prestigiosa de todo Japón.

¡Y él se quedaba dormido!.

¡Mierda!

Já, más mierda se tenía que ver si le dijeran que iba con una hora de sobra, no de retraso.

Había revisado mal la hora por estar sonmoliento.

Sí, él y su mala suerte.

☄️☄️


Iba con paso apresurado hacia la academia cuando escuchó gritos provenientes de algún lugar cercano a él. Redujo el paso y empezó a analizar su entorno, su agudo sentido del olfato lo orilló a llevar su vista hasta cierto punto de la calle. Sorpresa y confusión se reflejaron en sus ojos al ver al causante de dicho alboroto.

-¡AHH! ¡quítate cerdo cochino, y abróchate la camisa, que asustas a los niños, tarado!-

Un chico rubio gritaba a todo pulmón en la calle, rió ante eso, tal parece que no le importaba que lo llamaran loco, ya se imaginaba como se pudo haber visto en la mañana después de despertarse.

¿En que momento pasó? [AllxTanjiro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora