Studio Ghibli ٩(˘◡˘)۶

23- One shot (2)

Tipo: "One shot"
Película: "La princesa Mononoke"
Personaje: Ashitaka 

Era un día como cualquier otro en la aldea, te encontrabas haciendo tus tareas diarias sin mucho animo, ya que siempre eran lo mismo y eran bastante aburridas. 

Pasó un rato y cuando terminaste, fuiste de vuelta a tu casa (cabaña) a recostarte un rato. 
Justo después de recostarte en tu cama alguien tocó la puerta. 
Con pereza te levantaste y al abrir la puerta, notaste que era Ashitaka.

Ashitaka y tú se habían hecho amigos por razones del destino y te venía a visitar casi todos los días a tu casa (cabaña) y era algo que te encantaba (y a él también, por supuesto).
Él parecía estar entusiasmado por algo, por lo que cuando preguntaste que sucedía; recibiste una respuesta casi inmediata. 
Él comentó que tenía un lugar que mostrarte.

Rápidamente, salieron de tu casa y te sostuvo de la cintura ayudándote a subir a su ciervo rojo. A continuación él también subió y se encaminaron al lugar que quería mostrarte. 

Al llegar, notaste que era un gran campo de flores. Podías ver desde rosales hasta tulipanes de todos los colores. Era precioso.
Ashitaka te hablaba sobre  los tipos de flores de aquel lindo campo así como de sus formas, colores, usos, etc.
Como si de magia se tratara, Ashitaka y tú en un campo de flores precioso, hizo que tu día hartamente aburrido, pasara a ser uno de los más bonitos que hayas tenido en toda tu vida. 

Después de estar un rato sentados hablando, Ashitaka notó aquellos semi círculos debajo de tus ojos, no mencionó nada por el momento. Él ya sabía que estabas algo cansad@ debido a la rutina diaria que llevabas. 
Él se movió un poco para sentarse cómodamente en el blando pasto y con varias palmadas en el piso te indicó que te sentaras junto a él. 

Hiciste eso y rápidamente, Ashitaka sostuvo tu cabeza con su mano izquierda y con la suavidad y fragilidad con la que tocarías a un bebe, la recostó en su hombro.
Él te dijo con aquella voz suave que siempre usaba -Puedes relajarte, estoy aquí para ti -
Decidiste relajarte (ya que si no lo hacías, prácticamente te iba a obligar). Era como si hubiera visto a través de ti. Era impresionante.

Pasó el tiempo y sin darte cuenta, te habías dormido.
Para cuando despertaste, estabas recostad@ en su regazo con él acariciando tu cabeza al mismo tiempo que hacía círculos con su pulgar en tu mejilla. 

Te levantaste lentamente (o intentaste) ya que inmediatamente te recostó de nuevo en donde estabas antes para decirte con un poco de seriedad en su voz (pero nunca sin amabilidad) - Recuéstate de nuevo, mereces descansar - dijo esto ultimo con una pequeña sonrisa. 

No podías pedir más. Amabas a aquel hombre y los campos de flores, era como estar en el paraíso. 

*Parte corregida y revisada*

¡Gracias por leer!