Capitulo 8

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-Estoy cansada, Elionor. -Dijo mi nombre completo.-
-Relájate, estoy igual pero no tanto de emocionada que tú. Tú eres el extremo... -Miró el reloj de su muñeca- Tengo mucho sueño, ¿te parece si mañana vengo por ti Jade y vamos a desayunar contigo? -Claro, te recibiré con mis brazos abiertos. -Sonreí- No te vaya a tocar mucho tráfico. -
Bromee-

Rio, pero seguía sin notar feliz a Jade. Algo me decía que ella realmente no estaba tan ansiosa como yo, de hecho, puedo asegurar que hay algo que no quiere mencionar. La acompañé a la puerta para ver el número de mi habitación y ver el de ella. Que de la emoción ni lo recuerdo. Me abrazó fuertemente como casi nunca lo hacía, y se fue. Me deseó buenas noches pero aún sonaba distinta. Ella estaba en la habitación diez y yo en la nueve. Estábamos hasta arriba porque los chicos que nos acompañaban temían a tanta altura. Claramente, por la ventana desde el tercer piso podría lanzarse alguien y aún vivir, pero son demasiado llorones. Cuando cerré mi habitación, no recordaba si había agradecido por la habitación. Sólo recuerdo que abrieron la puerta y desapareció todo para mí. Mañana temprano lo haré. Me fui a dormir con tantas ganas de que fuese otro día que tardé en conciliar el sueño. Me hacía tan feliz el hecho de que mañana se hacía la inauguración. La alarma de mi teléfono sonó y comencé a hacer mi rutina que sería la misma hasta finalizar el año, que es:
Levantarme, ducharme, arreglarme, desayunar y reunirme en las escaleras con mis compañeros. Caminábamos por la banqueta junto a Jade, quien iba un poco mejor que ayer. El día estaba templado, algo húmedo como si estuviese a punto de llover. Dimos la vuelta en la esquina y nos encontramos con un colorido callejón. El piso era de piedra que simulaban flores o algo parecido, a unos tres locales de cosas curiosas ahí estaba, el gran restaurante y tan esperado "Franco's"

-Llegamos... -suspiró Johan.

El restaurante era igual, casi idéntico al otro. Sólo que este contaba con un ventanal más grande y muchísimo más espacio, sin olvidar que muchísimo más nuevo.

-No sé porque pero estoy nerviosa -Admitió Jade.
-No tienes por qué estarlo, será sencillo -Animé.
-Lo único que me preocupa es que me pueda equivocar al momento y decir alguna palabra en español, me daría mucha vergüenza - rio Johan. No había pensado en eso.
-Nos verán sorprendidos, seremos importantes -Bromeé arqueando mis cejas en forma bromista.

Mis compañeros rieron para después escuchar cómo soltaban un suspiro y sus rostros cambiaban. Ciertamente estaban nerviosos. Yo, podría decir que lo estaba un poco, pero aún tenía la emoción a flor de piel que, si lo estaba, no lo sentía tanto.

-Vamos... -Animé y pronto entramos por aquella puerta de vidrio, que decía exactamente "EMPUJE" dónde recuerdo, el padre de Jade contrataría a alguien que abriera y cerrara las puertas, para que las personas al salir no ensuciaran el vidrio y se creyeran reyes siendo atendidos. Claro, sin olvidar un adiós o un hola de cortesía.

Fuimos recibidos por una Joven, quizás de nuestra edad. Alta, piel blanca pero cabello oscuro con unos ojos muy claros. Una sonrisa radiante. Era linda, muy evidente.

-Buenos Días... deben ser mis Nuevos compañeros -Dijo ella al recibirnos. Nosotros asentimos, mientras contemplaba su pronunciación tan perfecta y clara.
-Un placer, mi nombre es Danielle, pero pueden llamarme Dani -Estrechó su mano cordialmente mientras la aceptábamos gustosos.
-Hola Dani, yo me llamo Elionor pero dime Eli- Me presenté alegremente, la chica no dejaba de sonreír. Era como si nunca hubiese visto individuos en toda su vida, y estaba feliz por no ser la única chica en el mundo.
-Yo soy Jade -se presentó con una sonrisa.
-Es bueno conocerte por fin, me han hablado mucho de ti -respondió Dani.
-Yo soy Johan -dijo el chico rápidamente, sonreí ante aquel acto.
-Bueno seremos compañeros de trabajo, yo también soy nueva en esto, espero llevarnos muy bien -aclaró Anne.
-Claro que si -Sonreí mientras miraba su uniforme. Era un tanto distinto al que teníamos antes. Pues este tenía una blusa de manga larga tipo de vestir color roja, con el perfecto logo del restaurante del lado derecho y del izquierdo un espacio para poner su nombre el cual ya estaba ocupado por "Dani".
El pantalón seguía siendo color Negro un tanto ajustado, pero ella no llevaba Tenis, si no unos lindos zapatos de piso color negros, pero que de cierta forma me aterré, yo no sabía ni gustaba usar de ellos y no llevaba Mandil por delante.

-¿Cambiaron el uniforme? -pregunté al notar aquella diferencia.
-Oh... No lo sé, me habían informado que el que tenía eran con blusa o camisa blanca, pero esta vez será Beige y ustedes podrán traer tenis blancos -sonrió.

«¿Y entonces porque traes blusa roja y zapatos?» -Dije para mis adentros.
Creo que ella lo notó y rio.

-Me contrataron como guía de mesa, y creo que llevo distinto uniforme -dijo un tanto apenada por la situación. Parecía ser una chica muy dulce y linda, y nunca dejaba de sonreír, algo que también era un poquito aterrador. Pero igual ya había concluido porque le habían dado aquel puesto.

-Oh, ya comprendo -Reí.
-¡Hola! -Escuchamos la voz de un Hombre la cual nos interrumpió de nuestra plática.
-Ya llegaron, Ben -dijo Dani.
-Mucho gusto soy Ben, su nuevo gerente -se presentó aquel hombre de edad media, unos 40 años suponía yo. Alto, cabellera clara y ojos claros. Labios marcados y cuerpo... no tanto.

Por detrás vimos salir al padre de Jade el cual nos sonrió.

-Buenos días Chicos, fueron puntuales -halagó- Ya se presentó, pero él es Ben. Será su nuevo gerente en este lugar. El será quién me mantendrá informado sobre todo lo que pase aquí -Publicó el padre de Jade.
-Un placer -se escuchó al unísono.
-También ya conocieron a Dani, ella nos ayudará en recibir a los clientes y llevarlos a una mesa disponible, dejándolos después a su cargo -Incluyó -Ya saben la técnica y la forma de trabajo, es prácticamente lo mismo, pero no se confíen. Háganlo todo con orden y decentemente- Pidió mientras sonreía- Los cité a esta hora para que se prepararan un momento, en una hora y media será la inauguración del restaurante. Veremos cómo nos va hoy -completó entusiasmado.
-Muy bien, cuente con ello -dijo Johan.
-Así se habla muchacho -Sonrió -Les entregaré sus nuevos uniformes, sólo cambiará el color, pero lo demás sigue exactamente igual -Nos avisó entregándonos aquellas blusas con una tonalidad beige claro.
-Bien... Vayan a prepararse -dijo inquieto, mientras juntaba sus manos un tanto nervioso, pero sonriente.
-Gracias... con permiso -dije amablemente y caminé por detrás de Dani la cual nos enseñaría un poco del nuevo restaurante. Esperé a Jade pero miré que hablaba con su padre así que no la llame para no interrumpir aquella conversación.
-Este será tu Casillero -Dijo Dani mostrándome uno pequeño, al entrar por una puerta cerca de los baños, con un letrero de gran tamaño el cual decía "Sólo personal autorizado".

«¡Interesante! Tenemos casilleros» -Pensé con un tanto de impresión.

-Aquí podrás dejar tus cosas, y esta es tu llave -Me dio una pequeña, a la cuál le pondría un listón o algo llamativo después, para descartar la idea de que se perdiera.
-Gracias -Saqué la blusa de su envoltura transparente, para poder uniformarme como se debía.
-Yo esperaré afuera -dijo Dani amablemente.

No tardé más de cinco minutos y ya me encontraba afuera, con mi nuevo uniforme, dejando mis cosas en donde me habían indicado.
Nos reunimos todos con Dani, al parecer tenía mucho conocimiento del lugar a pesar de que apenas había sido contratada.
Nos mostró el orden de las mesas para poder enumerarlas mentalmente y así facilitar la entrega de las órdenes de los clientes.
Dimos un pequeño recorrido por la cocina, al igual que la caja en dónde habíamos de ir para hacer la cuenta total. Todo era exactamente una réplica del otro restaurante.
-Creo que ya no se me olvida nada... -dijo pensativa al hacer aquel recorrido de suma importancia -¡Oh! También deben avisarme cuando una mesa esté vacía para poder ocuparla -Sonrió al comentar.
-De acuerdo -Sonreí suspirando, llena de energías pero también un poco de nervios.

Volví a admirar el restaurante. Era increíble como habían logrado que todo estuviese igual. Y yo que pensaba en tener un gran cambio pero no, lo único que diferenciaba a éste del otro eran los retratos. Aquí eran muchísimo más artísticos, ¿O será que estoy prefiriendo San Diego? Aquí se encontraban figuras, pinturas y dibujos nuevos, que en algún momento de mi tiempo libre, me pondría a contemplar con atención.
Me quedé admirando uno de ellos donde tenía un bonito barco donde había pescadores sobre él, tal vez pescando... pero no pescaban lo que normalmente, estaban cargando en una red puras flores rojas. Era un dibujo con significados abstractos.
Me interrumpió mi admiración un ruido extraño, como si el restaurante estuviese siendo inaugurado por fin...

-N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora