Capitulo 6

48 2 0
                                    

-Yo no sé... -Suspiró- ¿Dónde vivirán? ¿Quién te pagará el boleto? -Aparte no tienes papeles vigentes... -Dijo mi padre-
-Pero, se pueden sacar... -Respondí sin que me siguieran preguntando- Los abuelos de Jade viven allá, tienen un edificio de habitaciones, porque a eso se dedicaba el abuelo de Jade. Ya saben, rentaba cuartos y ese tipo de cosas. Los padres de Jade están dispuestos a hablar con ustedes por tienen alguna otra duda. El boleto lo pagaré yo, aunque no debería ser solo yo... si tan sólo tuviera unos padres que gustasen por donar a la caridad -Insinué que ellos debían pagármelo-
-¿Cuándo piensan irse? -Pregunto mi padre, aún sin mostrar confianza en decirme que sí.
-La próxima semana. Ya terminaron de construir en San Diego, y el primer día del mes que viene lo inauguran... puedo ir mañana por los papeles, si es que ustedes me dejasen ir.
-¿Segura que quieres ir? -Preguntó mi madre un tanto desconfiada a mí propuesta.
-¡Claro que quiero ir! -Fingí mucho entusiasmo.

Realmente me agradaba la idea de irme, sentirme por primera vez sola e independiente. Pero realmente no sé si esté siendo tan expresiva que hasta duden en si quiero ir.

-¿Qué piensas tú? -Le preguntó mi madre a mi padre, mirándolo con cierta incertidumbre. -Pienso que cómo ella quiera. -Respondió.

¿Están diciendo que si acaso?

-Pues... si ella desea sentirse independiente, debemos permitírselo. -Escuché decirle a mi padre- si desde un comienzo le permitimos trabajar... no entiendo porque no podamos permitirle seguir haciéndolo donde ella quiere.

Sonreí. Mi madre tenía razón, tanta que era capaz de grabarla para cuando se arrepintiera de haberme dejado ir, la escuchase y le reclamara que eso no fue lo que a mí me dijo esta noche.

-Bien. -Respondió mi padre- Me gustaría hablar con los padres de Jade -Se dirigió a mí- pero aún así es un sí.
-Gracias. -Sonreí- En serio muchísimas gracias. -Me levanté e intenté fingir un poco más de emoción. Estando así de cansada apenas podía sostener mi sonrisa en mis mejillas.

Al día siguiente era nuestro día libre, pues habían tenido consideración en permitirnos ir a arreglar nuestros papeles a aquellos que no los tuviésemos o estuviesen vencidos. Por desgracia yo era una de ellas, sólo pedía que no fuese algo tan tedioso de hacer.
Jade iría conmigo, pues ella tenía que renovarlos al igual que yo. Según los papeles, hace ocho años que no lo renovaba por no usarlos.
Al llegar y tomarnos algunas fotos, entregamos unos papeles que eran importantes para el trámite de aquello; Jade y yo conversábamos de algunas cosas, ciertamente se notaba nuestra emoción, y no sólo por el hecho de trabajar en San Diego, sino que, en mi caso, sería por fin una persona independiente y eso causaba una grande conmoción en mí.

-¿Quieres que vayamos a comer algo? -Preguntó Jade mientras aguardábamos sentadas, esperando a que el trámite llegara a su fin. Pero a vistas de que no sucedía nada, decidimos salir a comer algo rápido para luego volver.
No tardamos ni quince minutos y regresamos a nuestro lugar anterior. Nos fueron llamando conforme los segundos pasaban y ya sentía una grande felicidad al tener mi pasaporte y mi VISA para poder viajar.

-¡Sólo falta arreglar nuestras cosas! -Dije emocionada al salir de ahí.
-¡Lo sé! Nos vamos mañana en la noche, todo debe estar listo y perfecto - Dijo casi saltando de la emoción, nunca había visto a Jade de esa manera.
-De acuerdo... ¿Debemos ir al restaurante por algo?
-Si... mañana ya no trabajaremos, pero debemos ir a las tres de la tarde, ahí nos entregarán los boletos y nos darán indicaciones -Me informó- También nos dirán quienes vendrán con nosotros...
-De acuerdo, entonces ahí nos veremos. Mientras iré preparando algunas cosas -Me despedí, para pronto subir al autobús que me llevaría cerca de mi casa.

Llegué a mi casa cansada y atiborrada por la gente tramitando al mismo tiempo que yo. Mi madre me esperaba en la sala, mientras leía una de sus revistas de cocina.

-¡Hija! ¿Cómo te fue? ¿Todo listo? -A pesar de que me iba a ir de la casa, mi madre estaba muy emocionada de igual manera, tanto que cerró su revista. Desde un principio no quise demostrar ante ellos mi euforia, ya que no quería que se sintieran como si los estuviese dejando y pronto me olvidase de ellos. No. Pero mi Madre demostraba aquella emoción, tal pareciera que le agradaba la idea de que me fuera.
-Muy bien, ya todo está listo -Sonreí- Mamá... ¿Puedo preguntarte algo? -No quería quedarme con aquella duda, ella me miró expectante.
-Claro dime... -Se acercó a mí con reserva.
-¿Estas feliz de que me vaya? -Pregunté sintiéndome como una niña de diez años a la cuál mandan a un campamento o algo por el estilo. Mi Madre soltó una pequeña risita ante mi comentario y me hizo un espacio en el sofá para después sujetar mi mano y hacerme imitar su acto.
-Claro que no... Estoy feliz porque harás algo que desde hace mucho tiempo querías hacer, pero lo que si se es que te voy a extrañar hija -Admitió.
-Es que luces muy feliz -Fruncí el ceño, y ella no evitó el sonreír.
-Quiero que te sientas feliz al dejarnos felices, y no triste por saber que nos dejas tristes ¿Me explico? -Trató de explicar y realmente comprendí la situación.
-Está bien -Reí -¿Quieres ayudarme a empacar? -Pregunté ansiosa.
-¡Claro que sí! Quiero hacerlo por última vez... -Dijo con un poco de nostalgia para después sonreírme.

Ya había dejado algunas cosas acomodadas para mi facilidad de seguir empacando. Mi madre sacó algunas de las valijas grandes que estaban guardadas, para poder acomodar mis cosas mejor.
Primero guardaría lo esencial, y ya después me preocuparía por recuerdos y cosas de vicio junto con las personales.
Mi madre me estaría ayudando a terminar de empacar mis cosas, pues la noche había llegado y debía dormir para prepararme el día de mañana.

Al día siguiente....

Había quedado con Jade en llegar a las dos y media al restaurante y nos encontramos con algunos compañeros, entre ellos: Charlie.

-¡Hola! -saludé vehemente.
-¡Hola Elionor! - Saludó divertido.

También estaba emocionado, y algo me decía que el sería uno de los que nos acompañaría. Pedía en mi mente por ello, pues era buen amigo y sería bueno, seguir teniéndolo cerca. ¿O no?

Nos reunieron a todos en la cocina, dónde nos entregarían los boletos de avión.
«¡No puedo creerlo! ¡Ya tengo el mis boletos!» -Pensé eufórica al ver que nos entregaban nuestros boleto. No estaba dispuesta a gritar ahí mismo.

-El día de hoy, nos reuniremos a las diez de la noche en el Aeropuerto, el vuelo sale a las diez con veinte minutos... -Informó el gerente del lugar.
-¿Usted vendrá con nosotros a San Diego? -Cuestionó Charlie.

«¡No Por Favor!» -Me dije aturdida para mis adentros. No quisiera estar de nuevo bajo las reglas de aquel hombre.

-Para su buena suerte no -Dijo sarcástico soltando un suspiro- El Padre de Jade irá con ustedes, me informó que aprovecharía para ir a ver a sus padres y ya en aquel lugar les presentará a su nuevo Jefe -Informó.
-Sí, mis padres vendrán con nosotros -Confirmó Jade.
-Bueno, lo único que puedo decirles es... Buena suerte a todos -Dijo aquel hombre con sinceridad para después darnos una despedida con nuestras palmas y pronto salir de aquel lugar.
-Lo bueno es que aprendí inglés, si no, no sé qué hubiese hecho -Dijo Charlie suspirando al salir de ahí.
-Igual yo... Mi Carrera para estudiar me lo pedía y tuve que dominar el Idioma -Informé.
-¿Qué estudiarás? -Preguntó curioso.
-Pues si entro a la universidad para aquel entonces... Será Turismo -Reí con algo de nostalgia, al recordar mi derrota en aquel examen.
-Vaya, suena interesante -me sonrió.
-Algo... -Levanté mis hombros indispuesta, pero sonreí.

No nos despedimos en ese momento, pues nos veríamos dentro de algunas horas en el Aeropuerto. Llegué corriendo a mi casa para terminar de ajustar los últimos detalles y mi padre ya estaba ahí, pues me acompañarían para despedirse de mí.
No había sentido tantos nervios en mi vida, tal vez cuando hice el examen, pero ahora era demasiado, de hecho, hasta que puse un pie en aquel azulejo del aeropuerto sentí que realmente estaba viajando prácticamente sola. Caminaba con mis maletas hasta el punto de reunión, escuchando los constantes anuncios de que un vuelo estaba por salir.
Hasta ahora me ponía a pensar y a descifrar el cambio que mi vida vas a tener.
Nueva vida, nuevos amigos, quizás nuevas aventuras que podrían ser extremas y nuevas personas por conocer...

-N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora