Capitulo 5

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-Aquí tiene sus bebidas -Entregué aquellas bebidas, lo mejor posible pero al final todo resultó bien. O al menos... eso creí.
-¿Qué crees que estás haciendo? -Sentí la voz de Charlie cerca de mí, lo cual hizo que me sobresaltara, y más al ver que estaba frente a mí.
-¿De qué hablas? -Indagué confundida.

«Sabes de qué habla. No te hagas la inocente» -Me dije mientras seguía fingiendo desconcierto.

-No puedes llevar la charola así. Es descortés -Trató de corregirme, con un tono firme pero tratando de que sus palabras no se escucharan demasiado mientras miraba para ambos lados. Era claro que buscaba asegurarse de que nadie hubiese visto mi acción errónea. Bueno en especial el gerente del restaurante. Fue algo muy lindo de su parte.
-Es que... entré en un momento de desesperación y tuve que hacerlo -Reí.
-Pero no vuelvas a hacerlo, te reprenderán si alguien más te ve. Además es informal llevarla de esa manera -Explicó un tanto asustado, pero sin dejar su autoridad de un lado.
-Oye tranquilo...- traté de calmar ya que se veía algo asustado, creí que me reprendería aún más.
-Me dijeron que estuviera a tu cargo y me regañarán a mí si algo sale mal -Se notaba su inseguridad a distancia. Sólo por su reacción me sentí culpable.
-Oh, bueno, lo siento. No vuelve a ocurrir, tratare de hacerlo mejor -Consolé.
-Gracias, mientras sigamos practicando -se tranquilizó un poco más. Pude mirar como tomaba enserio su trabajo, me sentí una persona irresponsable por arriesgar algo que creí que era tonto, pero ahora veo que no. Literalmente casi le saco el corazón a Charlie.

Conforme iban pasando las horas, la multitud de personas llegaban al restaurante cada vez más. Sólo veía como mis compañeros y a Charlie, que iban de un lado a otro. Era notorio que aún no sabía bien lo que debía hacer, pero Charlie me prestaba algunas de sus mesas para atender en lo más sencillo. Me sentí victoriosa al ver su felicitación, al parecer lo estaba comenzando a hacer bien.
No me di cuenta que la luna ya había salido, tan solo hace unos momentos veía el sol pero ahora ya estaba oscuro. Miré mi teléfono y eran las nueve con trece minutos y al parecer mi turno terminaba a las diez.

-Nada mal para tu primer día -Dijo Jade llegando hasta mí al ver que no había muchos clientes por atender.
-Siento que mi cuerpo barrió todo el restaurante... -Me quejé, mientras de alguna forma u otra intentaba flexionar mi espalda.
-Por poco y se me olvidaba que eras más floja que un gato -Rio -Pero tranquila, es normal que te sientas cansada, en unos días estarás mejor -Me dijo tan fresca como una lechuga. Claro, ella está acostumbrada a esto porque es algo de familia, en cambio, yo no lo estoy-Bueno eso espero porque también estoy cansada -Reímos. Realmente no le creía que estuviese tan agotada, pero al menos si no era cierto, lo fingía muy bien.

El lugar estaba cerrando por fin. Era mi primer día y estaba tan acabada que si alguien me viera, pensaría que eh estado trabajando desde que aprendí a caminar.

«Eres tan exagerada cuándo estás cansada» -Me recriminé.

-Mi padre vendrá por mi ¿Quieres que te lleve a tu casa? -Preguntó Jade mientras quitaba el mandil de mi cintura.

Dudé un poco, jamás me había gustado ser dependiente de alguien, mucho menos pedir ayuda si no era necesario. Eso implica no causar molestias, pero estaba tan cansada que ni lo pensé dos veces y dije que sí.

-Hasta luego Charlie, nos vemos mañana -Me despedí con un beso y lo miré unos segundos ya que igual se preparaba para salir.
-¡Nos vemos mañana Elionor! -Se despidió con una sonrisa.

«Por fin a dormir» -Pensé con cansancio al subir por las escaleras de mi casa. Sentía que venía durmiendo con el movimiento del auto.

-¡Hija! ¿Cómo te fue? -Escuché la voz de mi Madre. Con somnolencia la miré y le regalé una sonrisa, pero ella me la devolvió más contrastada- ¿Qué se siente trabajar? -Cómo todas las madres, no había necesidad de decirles "Estoy cansada", "Me siento mal"... Por inercia lo sabían.

Me veía entrar a mi habitación recargada en el marco de la puerta, y entonces recordé que extrañaba estar entre los brazos de mi madre, como cuando era chica y lloraba hasta dormir por el miedo que me causaba el dormir sola. Me acostaba en la cama sintiendo como acariciaba mi cabello. Presenciando y escuchando sus palabras de aliento, diciéndome que todo iba a estar bien.

«¿Quieres ser Independiente, no? Ahora asumes la responsabilidad» -Por mi mente pasó tan "Consuelo" pero por ningún motivo dejaría esta oportunidad sólo por el cansancio.

-Que feo es trabajar... -Dije con somnolencia.
-Después te gustará ya verás -Alentó, preparándose para entrar de nuevo a su habitación- Descansa -Me sonrió.
-Igualmente -Solté un largo suspiro de alivio, mientras caminaba arrastrando mis pies, enfatizando que estaba sumamente cansada.

No recuerdo cómo había dormido esa noche hasta que de nuevo sonó mi despertador. Jamás había odiado aquel sonido tintineante que busca meterse a como dé lugar dentro de tus tímpanos. Me iba dando cuenta con el paso de los días que la teoría de mi Madre era cierta. Los días se me hacían menos cansados, pero mi martirio era tratar de salir de la cama a tiempo.
Claro está que detestaba despertar a las personas, es un crimen total. Pero ahora, sabía que no podría hacer nada con aquella alarma, sería absurdo, mucho menos con la responsabilidad de ir a trabajar.
Mis días en el restaurante cada día eran mejores. Mis conocimientos iban aumentando más, gracias a mis compañeros de trabajo, sin olvidarme de Charlie, quien ha sido buen instructor de ignorantes en esta cuestión, al igual que un amigo y realmente lo aprecio mucho. Ciertamente podría decir que sin él no hubiese conservado este empleo, podría haber hecho alguna locura y me hubiesen echado de ahí.
Si mis cálculos no me fallaban, llevaba más de dos semanas trabajando para "Franco's Restaurant" aun no habría paga, pero podíamos quedarnos con nuestras propinas, pues desde un principio había comenzado una especia de "Donación" a un puerquito de barro macizo, claro sin hoyo en la parte de abajo, pues me conocía y sabía que podía sacar el dinero sin problema, así que opté por abstenerme a cualquier forma para sacarle a aquella alcancía cualquier cifra de dinero.

Todos los días nos recordábamos Jade y yo, que iríamos a San Diego, pero para ello había un gasto incluido, es por eso que habíamos comenzado a ahorrar. Por ello había hecho que el mismo detalle que en el restaurante. Compré mi propio cerdito de barro y comencé por echar las propinas generosas y las que no tanto; a aquel cerdito.
La última semana del mes, y la cual me hacía cumplir el primer mes de trabajo, me llené de valor para decirles a mis padres la situación de San Diego. Era claro que no temía a un no por respuesta, más bien, temía a que si me decían que no, yo actuara de una forma tan imprudente que me haga arrepentirme de ser como soy. Miré el reloj y ya eran casi las once de la noche, acababa de salir de trabajar y los encontré terminando de cenar. Al verme, ambos me saludaros y preguntaron cómo me había ido, considerando que estaba cansada sólo dije un corto y seco "BIEN". Me senté junto a ellos y lo solté, como si realmente no supiera lo que estoy haciendo.

-Los papás de Jade, ya saben... los dueños del restaurante en donde trabajo y soy feliz. -Adornaba cada que hablaba- abrirán un restaurante en San Diego. Ya saben, la bonita ciudad. -Sonreí, ellos me miraban ansiosos de saber qué es lo tan esperado que les estoy alargando- Y bueno... -Soy tan directa, que me gusta que estén tan acostumbrado a ello, que ansíen lo que diré y estén a punto de gritarme que lo suelte- Me han pedido que vaya a San Diego para apoyarles junto a Jade y algunos compañeros de trabajo. La paga aumentaría y sería en dólares... y realmente me conviene bastante -Solté al fin-

Mis padres hicieron un silencio realmente incómodo. Me desesperaba muchísimo su silencio que parecía un rotundo NO. Mi papá miró a mi madre y ella le correspondió. Entre sus miradas podía entender que algo estaba sucediendo, y eso que sucedía no me daba una buena sensación. No sé si estaba tan nerviosa por la respuesta o realmente me había hecho daño el pollo que había comido esta tarde...

-Entonces, ¿Qué piensan? -Les pregunté, presionándoles a darme respuesta-
....

-N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora