9. Beber antes de las doce

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Chifuyu abrió los ojos, la alarma aún no había sonado, pero, a juzgar por la luz que se filtraba por la ventana no tardaría en hacerlo. Se giró en la cama para darle la espalda a la luz para darse de bruces con Baji, haciendo que se sobresaltara. Ya no recordaba que había pasado la noche con el guitarrista, de hecho, el día anterior parecía tan surrealista que había llegado a pensar que todo había sido un sueño, pero no, ahí estaba en carne y hueso. Su semblante imponente había desaparecido dejando paso a uno que pedía que lo abrazasen y cuidasen, Chifuyu no pudo evitar compararlo en su cabeza con los lobos que había visto en los documentales de la tele; dormidos eran como perritos en busca de cariño, pero una vez despiertos todo eso desaparecía. El pensamiento de cuanta gente antes que él habría podido disfrutar de esa escena rondó su cabeza pero lo hizo desaparecer de golpe, porque ahora era él quien estaba ahí contemplándolo. Paso la mano por su mejilla queriendo notar su piel pero con miedo a despertarle. Baji empujó la cara contra su mano buscando profundizar la caricia. De golpe esos ojos amielados le miraron, no con cansancio o imponencia, como creía Chifuyu que lo iban a hacer, sino con deseo.

- Buenos días, Chifuyu. – dijo con una voz más ronca de lo habitual, manteniendo su rostro contra la mano del contrario. - ¿Ya es hora de levantarnos?

- La alarma no ha sonado, no creo que falte mucho pero si quieres puedes seguir durmiendo.

- No quiero. – dijo mientras acariciaba con el dorso de la mano el lateral del cuerpo de Chifuyu, notando como este se estremecía al tacto. – Nada de lo que pueda soñar será mejor que esto.

Chifuyu acercó sus labios a los de Baji con un beso tímido, pero Baji le cogió de la nuca y lo beso con pasión. Aunque Chifuyu era un poco maniático con el aliento mañanero y lavarse los dientes nada más despertar, poco le importó en ese momento como oliera su aliento, solo quería sentir a Baji. Se puso encima de su regazo y siguieron besándose mientras el más alto sujetaba la cadera de Chifuyu que hacía movimientos lentos y, aparentemente inconscientes sobre su entrepierna. Baji pensó que está si era una buena manera de darle los buenos días, pero justo cuando iba a meter la mano por debajo de la camiseta del cuerpo perfecto que se movía sobre él, un sonido estruendoso le sacó del trance instantáneamente.

- Mierda. – susurró Chifuyu separándose de Baji y bajándose de sus caderas para poder apagar la alarma.

- ¿Cómo puedes levantarte de buen humor escuchando ese ruido? – dijo Baji bufando y poniéndose de lado. Buscó las caderas de Chifuyu y las arrimó hacia el susurrándole al oído. – Bueno, ¿por dónde íbamos?

- Por el momento en el que me pongo a hacer el desayuno. – dijo dándole un beso y levantándose de la cama. – Me levanto con el tiempo justo, no puedo hacerme el remolón, ya te avisé.

- Cinco minutos, va. Que te acerco con la moto.

- Por mucho que me acerques con la moto si me meto contigo en esa cama otra vez se de sobras que no van a ser solo cinco minutos.

Baji hizo un puchero que rápidamente se convirtió en una sonrisa de malicia cuando vio el estado debajo de los pantalones de Chifuyu.

- ¿Seguro que no quieres que te ayude con eso? – dijo Baji señalando la entrepierna de Chifuyu. – Podemos hacernos cargo de ese problema para que puedas trabajar más concentrado.

- El café se encargará de ello. – Chifuyu no podía negar que pese a ese despertar tan bueno, las mañanas, la alarma y el tener que trabajar para poder comer le ponía de mal humor. – Si tienes el mismo problema que yo y lo quieres resolver ya sabes dónde está el baño.

Forever and Always [BajiFuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora