NENSHAMA

Quizás las duchas sean portales a una salvación

ALEX
Me encontraba jugueteando con el papel que Jenna me había dado con su numero, planteándome sí llamarla y decirle sí le apetecía salir a dar una vuelta o sí esperar a que fuese ella la que me llamase.
Lo tenia un poco crudo sí esperaba que ella me llamase, no le había dado mi teléfono, ósea, mi numero, no mi teléfono como tal.

Seguía tirado en la cama, dándole vueltas a si debería marcar su número y esperara a que atendiese la llamada, aún que quizás mi llamada no le interesase ni un mínimo y solo fuese un número más en su bandeja de llamadas pérdidas.

Quizás todo el mundo se haya sentido de esta forma alguna vez, quizás no soy el único al cual le abarcaban diezmil dudas cada vez que era el momento de conocer a alguien nuevo. O quizás, solo era un raro inadaptado que había salvado a alguien por una vez en su vida.

Fuese lo que fuese me decidí, mis dedos pulsaron aquel número el cual se encontraba agregado como Jenna :) y esperaron a escuchar los pitidos insoportables los cuales quizás, dejarían mucho que desear.
PIII
Mi corazón se aceleró al primer pitido.
PIII
Empecé a sentir que me sudaban las manos y el aire comenzaba a fallar.
PIII
Escuché como alguien descolgaba desde la otra línea, y escuché su angelical voz al otro lado.
-Hola?-Dijo Jenna de el otro lado de el teléfono.
-Emm esto si hola Jenna, soy Alex el chico de esta mañana- mis manos sudaban demasiado y estaba empezando a perder el control de el teléfono- me preguntaba si esto emm te gustaría ir a dar una vuelta esta tarde, conozco una buena heladería por aquí cerca- cerré los ojos esperando una respuesta con ansia.
-Oh, si claro, me encantaría- dijo ella con su bonita voz.
-Genial, entonces paso por ti a las 5-dije un poco más tranquilo quizás.
-Perfecto! Nos vemos.-y colgó la llamada.
Me tire en la cama y respire hondo y sonreí para mis adentros, lo había conseguido.
Miré el reloj, vi que debía estar en menos de 45 minutos en la casa de Jenna.

Me dirigí al baño, saqué mi ropa de mi cuerpo y me quedé observando mi anatomía en el gran espejo de mi baño.
No era guapo, tampoco feo, quizás muy feo para los guapos pero muy guapo para aquellos de facciones no muy bonitas.
Decidí no mirarme más y introducirme en la ducha, si no quería perder más tiempo y llegar medianamente puntual a mi primer encuentro oficial con Jenna.

Abrí el agua, poniéndola en una temperatura más que templada. Me deslicé por el suelo de la ducha hasta situar mi cuerpo desnudo bajo aquellos chorros humectantes los cuáles en cuanto entraron en contacto con mi oscura piel comenzaron a arder, pero no me moví para enfriar quizás un poco el agua, simplemente, dejé que mi cuerpo se acostumbrase.

Eché mi cabeza hacia atrás y dejé que el agua corriese por mi cara.

Miles de pensamientos azotaban cada lado de mi cabeza,  pero todos ellos con un tema en común:

Jenna.

Intenté alejar todos aquellos pensamientos de mi cabeza, sin éxito ninguno, mientras el agua brotaba del techo de la ducha.

¿Estaría comenzando a enamorarme de Jenna?