- ¿Cuánto puedes amarla?
- Mais do que nada.
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- ¿Cuánto puedes amarlo?
- Más que a mi economía.
- Tu economía se fue al re carajo.
- Bue, más que... Más que a mí beibi
Bailaban al compás de la música, no había nada ni nadie que los detuviera, su error, aquel hombre con el que bailaba la abofeteo por haberlo pisado.
— Te dije que tuvieses más cuidado.
Ella se mordió su labio inferior y alzó la vista hasta aquellos ojos celestes los cuales la miraban con asco, suspiro tomo el celular y se levantó.
— Perdón.
— Te perdono princesa.
Beso aquellos labios y le entrego su brazo él cuál fue agarrado gustoso con dos manos y apricionandolos.
— ¿A dónde nos dirigimos mi amor?
Dijo con aquella voz tan angelical.
— A casa.
¿Desde cuándo le llamaban casa a aquel lugar? Tal vez desde ahora.
Iban caminando con tanta tranquilidad que no sabía que alguien los acechaba, ¿Pero quién acecharia a un alfa con su predestinada? Bueno, eso le hizo creer a auella pobre joven.
Ella detuvo su caminar haciendo enojar a quel hombre.
— ¿Que te sucede?
Ella se acercó y olfateo las ropas de aquel hombre y luego estornudo.
— Perdón es que sentí un olor raro, creía que eras vos.
— Ejem!
— Perdón! No debí hablar de esa forma tan maleducada!
— Shh...
Ella se callo en un instante. Aquel hombre se volteo sintió aquel olor y lo vio entre las sombras, ya sabía quién era, alzó a aquella Omega como una princesa y empezó a correr sin mirar hacia atrás, tenía que perder a aquel alfa.
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Estaba en aquel callejón tan apretados, ambos se miraron fijo a los ojos.
— ¿Qué demonios haces para atraerme con tus ojos simplemente?
Ella se ruborizó.
— No lo sé.
Sintió esa manos bajandola con lentitud.
— ¿Vamos a casa?
— Si.
Ella salió primero de ese callejón y luego aquel hombre alto y fornido, le entrego el brazo y ella lo agarro. Volvieron a caminar hacia su hogar con tranquilidad.
— Odio a ese estúpido que te persigue.
— Lo se.
— Honey~
Se le erizo la piel a auella joven.
— Si cariño?
Se miraron, claro jamás espero aquel hombre recibir un puñetazo de alguien más esbelto y fornido que el, ella se asustó y empezó a correr, tenía la oportunidad de huir de aquel alfa que la tenía apricionada, logró esconderse en una tienda pero eso no limita que otro alfa más fuerte que su predestido no la esté buscando.
— Señorita?
Ella dió un pequeño salto por el susto.
— Disculpe en serio pero alguien me persigue y-
— Shh, mantén la calma.
Fue por un banquito y la sentó.
— ¿Quiere agua?
Ella reconoció al instante aquel rostro.
— No.
Dijo, empujó a aquel hombre y salió corriendo de allí, el ayudó a aquel inglés a alejarla de su padre. Al salir de la tienda chocó con aquel hombre que la estuvo persiguiendo.
— Te encontré.
Soltó en un gruñido asustado a la Omega la cuál lo "empujó" si pues solo lo movió unos sentimetros de ella y corrió. Aquel alfa soltó una ligera carcajada.
— Si te extrañe fofura~
Volvió a correr pero está vez con una sonrisa boba, está vez no iba a asustarla.
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La había perdido. ¿A dónde había ido? Ya había sido difícil buscarla y ella huye.
— Fofura!~
Grito. Ella reconoció aquella voz miro de reojo ¡Era el! ¡Volvió por ella como lo prometió! Ella salió de su escondite y salto encima de él.
— ¡Si volviste!
Lo abrazo desde el cuello.
— Si tuviera que buscarte por todo el mundo créeme que lo haría~
Ella sonrió.
— Ya lo sé.
Ella se bajó lentamente hasta que sus pies tocaron el piso.
— ¿A dónde querés ir?
— A dónde tú quieras.
Al finalizar aquella palabra el brasileño le tomo la mano y empezaron a caminar.
Tanto tardo en encontrarla, ese maldito inglés la había marcado, si lo volvía a ver lo asesinaría por tocas a su Omega.
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