Cuando nadie ve 👨‍❤️‍👨

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Narrador Omníciente:

Bakugou Katsuki y Jomei Takuma eran mejores amigos desde que ambos tenían memoria, mejores amigos dos palabras que atormentó sus corazones durante años, dos palabras que los describían pero ahora usaban como una cortina de humo para ocultar la verdad.

El cenizo se encontraba al otro lado de la cafetería viendo directamente a Jo, tenía sus manos hechas puños a la vez que humo salía de estás y apretaba los dientes tan fuerte que Kirishima a su lado podía jurar oír sus dientes rechinar, la razón del porque estaba furico era sencilla, Jomei está al lado de una chica.

No cualquier chica, Momo Yayurozo, sabía que esa chica tenía intenciones con el de mechones morados, se le notaba en el como le sonreía, como tocaba su brazo y como se reía haciéndola parecer una tonta adolecente enamorada, tenía tantas ganas de ir hacia la chica y explotarle la cara hasta que se alejara del ojimorado.

El Takuma tenía dinero y era de una familia bastante poderosa así que conocía a la contraria por aquella razón, una cena en la que los habían presentado poco antes de entrar a la academia de héroes, en realidad la cena era más que para que fueran amigos, era para que sus padres vieran si se llevaban bien con la idea de comprometerlos, cuando vieron que se parecían llevar bastante bien les soltaron la bomba.

_Señores Yayurozo sin duda su hija es muy buen partido para el nuestro no lo crees Jomei?, Es linda, inteligente, con buen cuerpo, amable, con un quirk excepcional, un sueño para cualquier chico_ menciono la madre del pelinegro mientras esté casi se ahogaba, asintio al sentir la mano de su madre justo en su cicatriz, es un sueño para un chico al que le gusten las chicas, pensó el más alto mientras hecha a salsa picante a su comida.

Habito que había adquirido de su pareja, si porque Jomei Takuma en realidad tenía novio y ese era el rubio explosivo que tenía ganas de matar a la mesa de crafteo como le decía el, vivían enamorados desde que tuvieron uso de razón pero algo evitaba que su linda historia de amor fuera conocida por todos, familias homofóbicas y eso era decir poco, tóxicas.

Todos notaban la actitud diferente que tenían ambos con el otro, veían sus miradas y sonrisas llenas de brillo hacía el otro, sus celos, pero nadie decía nada y en realidad nadie se lo creía.

Ambos tenían la mala suerte de tener amigos demasiado chismosos, cáncer los planes que tenían con ellos de último minuto no era algo que alguno de los dos hiciera, por lo que habían decidido seguirlos encontrándose con que ambos entraron en la casa del más bajo, bueno en la mansión del más bajo.

Se asomaron discretamente por la ventana encontrándose con la imagen de ambos adolecentes simplemente comiendo, se sorprendieron al ver cómo el cenizo veía con una sonrisa al pelinegro que creían que alababa su comida y segundos después paso lo que ninguno esperaba, se besaron.

El pelinegro más alto rio y se paró para poner música en su celular, ambos comenzaron a bailar sonriendo a ritmo de esta mientras cantaban a todo pulmón en realidad sintiendo aquella canción.

En un momento mientras el ojimorado le daba vueltas al otro este noto algo en la ventana, un montón de cabezas con diferentes cabelleras, alarmado quitó a su pareja que la sostenía de la cintura, furioso se dirigió a la puerta y encontró a los otros en medio de su fuga.

A la fuerza los hiso pasar mientras Jomei comenzaba a caminar en círculos por la habitación maldiciendo, el ojirubi fue hacia el y le sonrió tratando de calmarlo, acaricio su cabello y el otro comenzó a respirar de manera lenta.

_Tranquilo Jo, ellos no dirán nada, cierto malditos extras?!_ gruño primero en un tono dulce y después como amenaza haciendo una explosión frente a la cara de los otros, estos negaron rápidamente pero una pelirosa se paró y abrazo a ambos por el cuello.

_Porque lo ocultan, ustedes hacen una muy linda pareja no chicos, el amor es muy bonito para tenerlo oculto y se ahorrarían muchas celos_ hablo emocionada Mina a lo que ambos tuvieron reacciones diferentes, mientras uno sonrió triste y miro al suelo el otro se enojo y empujó a la chica lejos, todos se les quedaron viendo mientras suspiraban, que ingenuos pensaron ambos a la vez que la que consideraban su canción seguía sonando de fondo.

_Nos queremos cuando nadie ve, las balas perdidas de este amor prefiero no verlas en mi piel_ canto Jomei a la vez que la música y bajo un poco su camisa, haciendo que se viera una gran cicatriz como la de una apuñalada justo a centímetros de dónde debía estar su corazón.

Todos se quedor confundidos viendo al chico, Katsuki suspiro y alzó su camisa mostrando una cicatriz parecida pero en su abdomen, todos tragaron duro con una idea del porque tenían aquello.

_Es nuestro castigo, finguir que somos amigos y cuando no haya testigos, mi vida entera te dare, cuando nadie ve_ volvió a cantar el ojimorado para después abrazar por atrás al cenizo, este trato de alejarlo pero acepto su demostración de cariño como si fuera un gatito.

Ochaco preocupada pregunto quién les había hecho eso y porque sus padres no lo habían detenido, a los que ambos chicos soltaron una pequeña risa ironica.

_Nuestros padres son quienes no creen que el amor sea muy bonito, al contrario creen que es repugnante y si pudieran acabar con el lo harian_ murmuró molesto Katsuki apuntando se a ambos a lo que el más alto soltó el aire y volvió a sonreír, estaba triste no eran sus típicas sonrisas.

_Si lo demostramos ellos nos matarán y si seguimos como ahora yo al final terminaré casado con Yayurozo, así que disfrutamos mientras podemos_ murmuró a lo que sus amigos asintieron entendiendo, aunque mencionaron que eso no era justo para la chica, que debían decirle.

Al final no tomo mucho tiempo para que los dos adolecentes aceptarán contarle a Momo lo que en realidad sucedía después de que los padres de ambos los comprometieran, después de explicarle ambos afirmaron que aún así todo seguiría como lo planeado y ellos dejarían de verse aunque la pelinegra negó, si bien el chico de mechones morados le gustaba y bastante, a ella nunca la iba a tratar como trataba al ojirojo eso era algo obvio y les propuso una nueva idea a los otros dos.

Al final ambos adolecentes se casaron, sin embargo el único contacto que los recién casados habian tenido era solo el beso el día de su boda en el altar, sin embargo atrás de las puertas la pelinegra tenía una relación con un bicolor que aceptaba formar parte de todo aquel plan, además el héroe número uno y el número cuatro del top seguían juntos, amándose cuando nadie ve.

La pareja de BakugouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora