Prólogo.

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La prueba de embarazo frente suyo no podía ser su mayor miedo al lanzar una respuesta positiva; Ella realmente se encontraba embarazada y no sabía como reaccionar ante ello. 

Era una adulta, o el intento de una, apenas había conseguido su propio condominio a base de sus ahorros, había concluido no hace mucho su carrera universitaria y estaba postulándose en buenas empresas que se interesarían en sus dones en el ámbito laboral; Su novio seguía estudiando al querer llegar al punto máximo de sus estudios y trabajaba medio tiempo, se veían en cada ocasión en la que coincidían y no había problema alguno.

Hasta que tuvieron un descuido la última vez. 

Masie recargó su rostro entre sus manos y se tragó un sollozo, y es que ella si quería una familia, pero lo sentía apresurado al aún no estar totalmente establecida, necesitaba tiempo para acoplarse a su nueva vida y ahora se sentía desprotegida de todo y de todos. 

Las palabras de su novio en aquella noche se repitieron en su mente, y es que él había afirmado no querer un bebé por el momento, no mientras estuviera estudiando y sin tiempo para poder pasar durante el proceso por el estudio y el trabajo, quería hacer las cosas bien y para eso tomaría un par de años más. 

¿Cómo podría decirle que se encontraba esperando un bebé sin destruir sus sueños? No quería desilusionarlo, pero tampoco se sentía lista para decirle y esperar su peor reacción, ¿Ocultarlo? Sería imposible porque era cuestión de semanas cuando se notara su pequeño vientre abultado y no podía excusarse por mucho tiempo. 

Pero, ¿Era realmente buena para estar con un hombre como él? Era perfecto a simple vista, con las mejores notas de toda la universidad, un chico encantador y trabajador, próspero en todo lo que se proponía y era el tipo de chico que toda persona quisiera su lado, era el hombre perfecto y Masie se sentía afortunada cada día que pasaba al tenerlo a su lado.

Pero ahora no se sentía así. Él no merecía eso, que sus sueños fueran arrebatados por un descuido. E igual Masie no comprendía del todo que el descuido no solo había sido de una sola persona, sino de los dos por igual pero sentía que la culpa recaía sobre sus hombros, que debió de haber hecho algo más. 

Y cuando una idea cruzó por su mente, se aferró a ella aunque doliera y probablemente fuera lo más absurdo que podría hacer. ¿Anhelaba tener ese bebé? Sin duda alguna, ella no podía solo deshacerse de él, no podía siquiera imaginarlo, pero temía que se pudiera pensar que ella tuvo que ver al quedar embarazada, por lo que se levantó del suelo y caminó a su habitación, agarrando la primera bolsa donde pudiera guardar su ropa. 

¿Era la mejor idea? No.

¿Tenía otras opciones? Sí, pero se negaba a realizar cualquiera de ellas. 

Pero mientras guardaba sus cosas y terminaba de empacar lo esencial, comprendió que no estaría dispuesta a dejar su primer plan, y cuando cerró la puerta del departamento detrás suyo, no entendió que solo era el principio de un mar de problemas que se avecinarían en su futuro.

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