Masie se encontraba recostada sobre el pecho de Cayden, ambos observando el techo mientras él jugaba con su cabello y hacía patrones sin sentido sobre la piel expuesta. A ese punto de sus vidas se sentían completos, todo marchaba bien para los dos de tal manera que lo habían planeado, no consideraban que nada les hacía falta porque estaban perfectamente de esa manera.
Pero desde hace semanas una pregunta merodeaba por la mente de Masie, por lo que en medio de la penumbra de la habitación y con la incertidumbre a tope, no dudó en preguntar.
—Cay, ¿Te gustaría formar una familia?—Cuando surgió el silencio, se giró para poder mirarlo.—Pero no me refiero justo ahora, sino en un futuro, ¿Te miras teniendo una familia... conmigo?
Cuando conectó con su mirada, sonrió.—¿Por qué esa pregunta tan repentina?
—Bueno, ahora que tenemos nuestro propio lugar, nos hemos graduado aunque tú hayas seguido con un grado superior y trabajando, me cuestioné si en algún punto avanzaríamos otro paso, ¿Suena apresurado, no?—Se arrepintió de preguntar, cubriendo su rostro contra sus manos.
—No, cariño, eso está bien.—Apartó las manos de su rostro con cuidado.—Solo me tomaste desprevenido. La verdad solo puedo verme a tu lado, solo me gustaría poder hacer todo aquello cuando ya estemos bien asentados. Apenas estamos viviendo lejos de nuestros padres luego de graduarnos, y como dices, yo estoy siguiendo con un grado superior de mi carrera y luego he conseguido un buen empleo, aún tenemos varias cosas por disfrutar antes de continuar con un paso más. Pero, solo me veo haciendo todo ello a tu lado.
—Entonces, cuando ya nos sintamos preparados, ¿Lo vamos a decir, verdad? Cuando yo tenga el deseo de dar el siguiente paso y tú de igual manera, lo tenemos que discutir, y si alguno no lo está, podemos llegar a un acuerdo.
Cayden asintió, sonriendo.—Cualquier cosa que te moleste o quieras decirme, hazlo. Mi prioridad siempre será que estés bien, que estemos bien.
Pero cuando las últimas palabras fueron recitadas, Masie ya estaba en medio de la nubla de los sueños, reposando su rostro contra su pecho mientras solo era consciente de las caricias proporcionadas en su piel.
(...)
La hora de salida se había marcado en el reloj, haciendo que Cayden recogiera todas sus cosas y se despidiera de sus compañeros de trabajo antes de salir del edificio y agarrar un taxi, no podía esperar para llegar al departamento y contarle las buenas nuevas a Masie.Lo habían ascendido en poco tiempo por recomendación de sus propios compañeros de trabajo, algo que le sorprendió porque era un buen puesto y temía no dar el ancho, pero después de meditarlo y hablarlo con sus conocidos del área, le aseguraron que estaría bien con ello. Tenía la capacidad de llevarse bien con las demás personas, por lo que eso le había sumado puntos al ser considerado para el oficio más sus destrezas al momento de trabajar.
La emoción no cabía en su cuerpo, por lo que bajó rápidamente del taxi después de pagar y desearle un buen día. Saludó al portero del edificio y subió por las escaleras cuando el ascensor no bajó lo suficientemente rápido, buscando las llaves en su trayecto para abrir la puerta, encontrándolas con éxito.
—¿Masie, cariño? ¡Ya llegué! ¿Estás en casa?—Gritó tan pronto como abrió la puerta, desprendiéndose de todas sus pertenencias mientras divagaba por el lugar.—¿Cariño?
El silencio fue quien lo recibió, sintiendo una extraña soledad por todo el lugar, dando un aspecto solitario. Se encaminó directamente a la habitación con la intención de encontrar a Masie, pero como el resto del departamento, también se encontraba solo. Al mismo tiempo que sacó su celular para buscar su contacto, vió como el armario donde se suponía que guardaban sus pertenencias se encontraba removido, por lo que se dirigió hasta ahí.
Abrió las puertas y observó los ganchos sin ropa, removidos con brusquedad y los pequeños compartimentos fuera de su lugar; ninguna de las prendas de Masie se encontraba en su lugar y eso lo preocupó, volviéndose hasta el siguiente tocador donde debían de reposar el resto de sus pertenencias, pero nada se encontraba en él.
Siguió su camino al baño, pero igual que en la habitación las gavetas estaban abandonadas y no había un solo rastro de lo que estaba ocurriendo. Salió hasta la sala con su celular en la mano, marcando el número de Masie y tratando de encontrar alguna pista, lo cual había sido inútil ya que el número no estaba disponible ni encontró siquiera una nota ante su desaparición.
No perdió el tiempo, salió del departamento y bajó hasta donde se encontraba el portero que anteriormente había saludado leyendo el periódico.
—Disculpe, ¿De casualidad usted no vió a Masie saliendo en algún momento del día?
El señor lo pensó.—Cuando estaba haciendo cambio de turno con mi compañero se me afiguró salir con una maleta, pero no iba sola sino con una mujer mayor. Probablemente con su madre, aún no identifico a quienes los visitan sino mi compañero.
—¿Y en qué momento fue eso?
—Alrededor de una hora antes de que llegaras, sino es que mucho antes. Mi turno inició hace un rato, llegué unos minutos antes porque mi compañero tenía que irse más temprano.
Procesó la información y asintió.—Gracias, tengo que salir pero le encargo si mira a Masie o a cualquier persona preguntando por nuestro departamento me lo notifique, por favor.
El señor asintió y lo vió marcharse, corriendo hasta la avenida para agarrar de nueva forma un taxi que lo llevara hasta la casa de los padres de Masie. ¿A dónde era que se dirigía y por qué no le había avisado? ¿Se había molestado con él? Solo quería encontrarla y saber lo que había sucedido, buscando respuestas.
Pero cuando llegó al vecindario y se dirigió hasta la casa, por más que el timbre sonó y sus golpes desesperados a la puerta se hicieron presentes, ninguna persona salió a atenderlo. Desconcertado, recargó la frente contra la puerta y pensó cual otra alternativa tenía, ¿En dónde podía buscar?
—Disculpa, muchacho, ¿A quién buscas?—Cuando una voz cuestionó a su lado, se sobresaltó.
—Oh, las personas que viven aquí son los padres de mi novia, ¿De casualidad sabe en dónde se encuentran?
La señora casi lo miró con pena.—¿No te lo dijeron? Ellos subieron sus cosas y se fueron tan pronto como llegaron acompañados de la muchacha. No dieron explicación, pero solo se llevaron lo esencial, supongo que salieron por este fin de semana juntos, ¿Necesitabas algo?
La miró con sorpresa, ¿Ellos también habían empacado?—Yo necesitaba encontrarla y preguntarle algo, ¿Cree que vuelvan entonces?
Asintió convencida.—Ellos no llevaban muchas cosas, probablemente dos o tres bolsas de ropa, yo digo que te des una vuelta en unos días más cuando vuelvan.
Pero cuando Cayden acató la orden de la señora y volvió a los días, aunque estos resultaran para él un infierno eterno, no había indicios de que volvieran, la casa seguía desolada y ningún movimiento había en ella. Los días transcurrían, la vida continuaba y sus obligaciones lo llamaban, no podía dejarlas a un lado y seguir en su búsqueda, porque cuando menos imaginó, la idea de ser dejado sin explicaciones se había instalado en su mente, nublándolo de todo juicio racional. Viviendo en la soledad del departamento mientras era consumido por los sentimientos negativos, sin saber que hacer ni que decir, aislándose de todo lo que consideró en alguna ocasión bueno para él.
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➵ Love never felt so good ✓
Teen FictionPorque la idea de alejarse y no revelar su embarazo parecía mucho menos complicado que confesarlo y esperar una reacción negativa. Inicio: 10/Sep/2022. Fin: 15/Oct/2022.