➵ Love never felt so good ✓

Capítulo 5.

Los primeros días habían sido llenos de tensión y silencios incómodos, aún no se sentían con la capacidad suficiente para poder entablar una conversación sin obtener represalías por el otro o que tomara un rumbo en el que los comprometiera. Pero después de la tercera semana cuando habían establecido la base del proyecto y ya se sentían más relajados al tener algo sólido, algo en ellos se había aligerado.

Aunque en el fondo aún se sintieran un tanto confundidos sin saber como actuar, parecían dos adolescentes sin saber que decir y a ese punto solo se encontraban tonteando.

Era tarde cuando salieron de la oficina, Masie estaba un poco preocupada porque Mandy no le contestaba el celular para ver si Lucas ya se había dormido, pero solo pensó que podría haber olvidado su celular o no lo tenía a la mano por el momento. Pero como si la hubiera invocado, su celular vibró y la pantalla se alumbró con su nombre.

—Oh, Mandy ¿Ya se durmió...?—Fue interrumpida por un sollozo al otro lado de la línea.

—L-lucas, él... Oh, señora Masie, cuánto lo siento.—Su tono quebradizo logró sacarle un susto y detuvo su andar, haciendo que Cayden se detuviera de igual forma.

—¿Qué ocurrió? ¿Dónde está Lucas? ¿Le pasó algo?

—E-estamos en el hospital, él comió un poco de f-fresas sin que y-yo me diera cuenta.

—¡¿Cómo que comió fresas?! ¿En qué hospital están?—Miró preocupada hacía todos lados, la parada de autobuses donde podría agarrar uno de los camiones hacía el hospital se encontraba retirada, haría mucho tiempo y por la zona rara vez transitaban taxis, le urgía llegar a donde se encontraba su hijo.

Escuchó la dirección y colgó la llamada, mientras que con manos temblorosas se aferraba a su bolsa y trataba de sujetarla sobre su hombro.

—¿Qué pasó?—Cuestionó con gesto preocupado.

—Lo siento, no podemos trabajar el día de hoy, tengo que ir al hospital en este momento porque Lucas se puso mal... yo necesito llegar hasta donde él está, me necesita.—Susurró con la mirada desenfocada, sin saber de dónde ni de quién aferrarse, todo parecía distorsionarse a su alrededor ante el colapso que estaba sufriendo.

—¿Quieres que te lleve? Llegarás más rápido, no puedes ir en autobus desde aquí ¿No?

—No quiero causarte problemas.

Negó en un gesto.—Está bien, así puedes lograr calmarte mientras vamos, solo dime dónde queda.

Asintió y se dirigieron al automóvil, dándole indicaciones de dónde se encontraba el hospital y tratando de calmarse mientras apretaba sus puños contra su regazo. El camino pareció extrañamente largo, y en cuanto el auto se detuvo en la zona de descargue, Masie no desaprovechó para salir mientras Cayden encontraba un lugar para estacionarse.

Atravesó las puertas y cuando iba hacía recepción para que le dieran informes de Lucas, fue cuando se encontró con Mandy en un gesto preocupado y con signos de que había llorado demasiado.

—¡Mandy? ¿Dónde está Lucas? ¿Te han dicho algo de él?

—Parece que salió de peligro, le suministraron medicamente a tiempo, solo que no puedo pasar a verlo porque se requiere de un familiar directo. Puede ir con la enfermera de recepción para que pueda entrar a verle, el doctor dijo que estaba muy asustado y quería verla a usted.

No esperó más, llegó con la enfermera al mismo tiempo que Cayden la encontró y se detuvieron al mismo tiempo para verificar el estado de su hijo.

—Necesito que llene este formulario antes de dejarla pasar. Si bien el horario de visita ya pasó, la dejaremos pasar por la insistencia del pequeño y porque entendemos la situación, solo uno de los padres puede pasar.—La enfermera dirigió la mirada hacía los dos adultos y estos se miraron con sorpresa.