día 2 : flores y pétalos [+18]

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"Twenty-five Roses".

one-shot.



—¿Y usted qué va a hacer para el 14, Volkov? — la pelirroja le preguntó con entusiasmo, acicalando su cabello lacio en la esperanza de atraer a su jefe.


Sinceramente ya sabía que la chica quería hacer avances románticos desde hace tiempo, la única forma que se dio cuenta fue porque su mejor amigo le seguía insistiendo en que se dejara llevar.



 No lo haría ni en un millón de años. Porque nunca le había dicho a nadie que ni si quiera, le gustaban las mujeres



—Voy a estar con mi familia ese día. — en realidad no tenía nada preparado, pero no era de la incumbencia de la chica.


—¿De verdad, y no va a pasarse por la oficina ese día? — estaba tomando unos pasos para acercarse más a él.


—No, mire señorita Sloan, sin ánimos de de ofender —lo dijo en mucha ofensa de hecho— no estoy interesado en celebrar esa efeméride la verdad, me parece un gran desperdicio de dinero.


—¿Por qué, no cree que vale la pena gastar dinero en sus seres queridos? —tenía que inventar una excusa, viendo su reloj y con su habilidad innata de parecer apurado por llegar a algún lugar.


—Mire, ya se me ha hecho tarde. Hasta luego. — el temple frío y serio, procedió a dar las largas zancadas hasta las escaleras, para evitar tener más encuentros incómodos con la mujer.




En realidad, Volkov era el tipo de hombre que leía novelas de Jane Austen, un secreto que solo sus amigos más allegados sabían, o cómo adoraba ver la cara de sorpresa en su hermanito menor cuando le regaló un hot-wheels nuevo, también adoraba comer helado en un día frío, porque tenía la creencia que el frío en su paladar le haría sentir más calor corporal.


Y a pesar de todo esto, seguía sin estar interesado en el día de San Valentín o del amor y la amistad. Porque pensaba que era una estrategia de marketing, otra forma de sacarle dinero a la clase proletaria y engañarlos en el capitalismo —no enteramente gracias al comunismo en el que fue criado—, si no porque él pensaba que las muestras afecto valían más en actos, que en palabras o regalos.




Por eso, no esperaba los pétalos rojos en su escritorio. 


Una rosa roja, con una nota: "Usted siempre sabe cómo hacerme reír".


Se preguntaba por qué alguien pondría algo así, mientras tenía consciencia nunca se sintió interesado por ese tipo de regalos. Lo más notable fue un sencillo dibujo de una mariposa.

♡ volkacio loving month ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora