Primera parte de "Una historia a través de cartas".
Sin importar el tiempo que pase, no podrás avanzar si no enfrentas tu pasado. Pero ¿Qué sucede si el recuerdo de tu primer gran amor no te permite continuar?
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Moscú, 05 de febrero del 2022
Querido Jack:
Revivir el pasado es un sentimiento agridulce. Por un lado, todos los bellos recuerdos reaparecen, las personas y momentos especiales se hacen espacio en tu mente, los sueños y deseos de la juventud te rememoran a tu yo más joven pero ingenuo. Sin embargo, tus luchas, lágrimas, decepciones y desamores también piden atención, cada uno de esos momentos que te hicieron pensar que ya no podías seguir aparecen.
Han pasado cuatro días desde la primera carta que te escribí. Había decidido que era mejor para mí dejarte en el pasado, donde has estado desde hace mucho tiempo. Para lograrlo, solo me enfoqué en mi trabajo, salir con amigos, estudiar o hacer algo que me mantuviera ocupado y no me permitiera volver a revivir nuestra historia. A pesar de todos mis esfuerzos, fracasé, como puedes ver, estoy escribiéndote una vez más.
No disfruté aquel fin de año, no me era posible hacerlo luego de que dejaras de escribirme o ignoraras mis llamadas. ¿Sabes? Las lágrimas junto al miedo y el autodesprecio fueron mis fieles compañeras en las noches de invierno; la necesidad de disculparme era desgarradora, a pesar de que no fue mi culpa; el repudio hacia mis sentimientos me sumergía en un miedo asfixiante, no quería sentirme de esa manera, deseé no quererte.
Ahora que lo pienso, nunca te conté esto: No sabría decirte un tiempo exacto, pero sin previo aviso, mi corazón palpitaba cada vez que me abrazabas o con solo acercarte, mis mejillas ardían cuando me lanzabas algún cumplido inconscientemente, tu cuerpo lograba hacer que el mío reaccionara como nunca imaginé que podría. ¿Acaso era amor? Dime, Jack, ¿ya me había enamorado de ti?
Intenté convencerme por mucho tiempo de que estaba confundiendo mis sentimientos, que no te quería de esa manera, ni mucho menos que mis ojos se iluminaban al verte. Juro que intenté de todo para dejar de sentirme así por ti, por eso comencé a salir con aquella pelirroja que no te agradaba, y también por esa razón, mi primera vez fue con ella. Me arrepiento de ello, me obligué a acostarme con alguien que no me hacía sentir nada solo para ser "normal". Esa noche, ya estando en casa, lloré hasta quedarme dormido. Pero no es tu culpa, en lo absoluto, pues yo decidí tomar esa decisión por un arrebato, aunque haya sido luego de verte besarla, ese error recae solo en mí.
Dicen que después de la tormenta viene la calma, lo que es completamente cierto, pero por desgracia, no sabemos cuánto demorará en caer otra tormenta y cuán desbastadora será.
Mi calma llegó en la primera semana de enero, venía de la mano contigo. Ni siquiera me regresaste a ver durante las siguientes tres semanas, pero saber que estabas allí era más que suficiente para mí. Yo era feliz si tú también lo eras, Jack.
