El carroñero (Planta baja)

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Si bien dije que lo mío no era ir directo al peligro y prefería huir, bueno, esto no me hace ser un hipócrita ni el trauma me hizo volverme lo suficientemente insensible como no importarme el qué hacer, únicamente siento que, si no fuera por Rick, hubiera muerto y no se cuanto tiempo me ayudará Rick, ni si él sobrevivirá o controlará la infección, aún siento cierta desconfianza, es como que en cualquier momento puede atacarme. Han pasado unos minutos y me siento extrañamente tranquilo, tengo todo bajo control, pero no tengo miedo a hacer un movimiento en falso y provocar una oleada de carnosos queriendo vaciarme internamente, es extraño, de todas maneras, esto de revisar lo que hay en armarios no está mal, pero pensar que tal vez tenga que revisar en algunos cadáveres me introduce una sensación de asco, están podridos y llenos de baba, pero pueden tener buenos objetos, es realmente tentador y asqueroso al mismo tiempo, de todas formas, he de hacerlo, si por algún motivo me llegan a hace una película, no quiero quedar cual delicado, aunque si soy yo el único que ve todo esto ¿Cómo le contaría yo a alguién que hice esto? ¿Porqué me dejaría mal a mi mismo? Sería realmente estúpido de mi parte. Dije que si me paraba a pensar me volvería loco y aquí estoy, pensando en que decir si me entrevistan para una película, increíble… Por suerte, puedo encontrar antibiótico, calmantes, vendas, pinzas, un bisturí; esto puede servirnos por si nos atacan y sobrevivimos, eso ya sería un logro sobrevivir a un ataque. También tengo agua oxigenada, solo encontré como dos botes cerrados y de agua pura, apenas medio, desinfectante y tiritas. Cómo no hay nada para defenderme, decido pasar al otro lado del piso, y ¿Adivinen qué? Yo pensando que tenía suerte, pero esto es terrible, he mirado la puerta principal y estaba totalmente tapada por el muro, pero ¿Cual es el problema? Que no están los guardias y esos si tienen ojos, veamos, no hay que ser negativos, tal vez simplemente volvieron a formar parte del muro, pero a lo mejor el muro los estaba creando y estaban esperando a ser completados. He dejado de pensar en ello al escuchar una puerta ser arrancada y lanzada, me escondo y me giró a ver que pasa, los dos guardias han roto la puerta de la sala blanca, donde estaba Rick, pero él no está igual, a saltado hacia los guardias y le está mordiendo el rostro a estos, a ellos no les importa, le han cogido del cuello, lo han apretado y con esa fuerza han desgarrado su cuello y han separado su cabeza del cuerpo, la columna vertebral sigue ahí, bailando libremente, justo antes de que lanzaran el cuerpo y lo aplastaran contra la puerta, dios santo, no puedo dejar de tiritar, pero debo mantenerme quieto, nos estaban siguiendo con la mirada, así que por eso sabían que estaríamos ahí, pero no saben donde estoy yo ahora ¿No? No, se van a otro lado, así que aprovecho para correr lo mas silencioso posible hacia las otras salas, me he encerrado en una y no he podido evitar lagrimear, me había protegido, ayudado y cuando a él lo atacaron, lo último que pudo ver fue la soledad, antes de la pérdida de cordura al transformarse finalmente en un carnoso, soy horrible, debí quedarme con él, no debí dejarlo solo, ahora soy yo quien vuelve a estar solo en este infierno.

Han pasado ya unos minutos, me he tranquilizado, estoy acojonado, más que antes, no me he movido y la sala donde me encuentro es una especie de almacén de limpieza, ahí aprovecho para limpiarme la herida del pie y cambiarme las vendas, también me cambio de ropa y me pongo un uniforme de limpiador, es más cómodo para esto y puedo así taparme la cara para no ser salpicado por nada. Me acerco a la puerta decidido, la abro para dejar una pequeña rejilla donde poder ver a través  de esta y al ver que no había nadie, voy a abrir un poco más la puerta y justo algo la cierra de golpe, asustado obviamente me escondo, la sala es pequeña así que puedo hacerlo casi instantáneamente, algo abre la puerta de golpe, es uno de los guardias, el cual entra repentinamente, me he podido esconder, por suerte. Bueno, siempre tengo suerte, eso parece, pero porque no cuento las veces que me he tropezado o me he estampado contra una pared o me he clavado algo sin querer, solo cuento lo que me interesa contar, siempre es así y siempre lo será. Ahora ese monstruo, ese "guardia" me está buscando, está tirando todo, incluso las pequeñas estanterías llena de químicos, uno de esos se abrió y le empezó a quemar la piel, los productos de limpieza dan más miedo que una aguja, al menos a mí parecer, pero claro, no es cierto. Se acercó a mí e impulsivamente, tomé algún tipo de amoníaco y se lo tiré a los ojos, esto es curioso, al no tener piel que los proteja, parecen ser más sensibles a algunas cosas, el amoníaco empezó a hacer efecto, más del que me imaginaba, empezó a atacar como una bestia, aproveché su ceguera temporal o permanente para huír, a decir verdad, al haber averiguado aquello, podría haberme quedado el bote, pero lo embarré del químico y me da cosa tocarlo ahora, es asqueroso y creo que le cogí miedo ¿Cómo le explico a alguien que no limpio porque me dan miedo los químicos tras ver el resultado de lanzarselo a un monstruo gigante que quería matarme en un hospital? Dudo que alguien me crea… Nadie lo hará, ni yo lo haría.

Tras minutos corriendo, me vuelven a perseguir todos menos el corredor carnoso, por suerte casi todos son más lentos que yo, todos menos ese hijo de puta, un carnoso que parece no ser más que una masa de carne que se mueve de manera asquerosa y que ni siquiera camina sino que se arrastra por el suelo, pero, parece haberse fusionado de alguna manera con electricidad y le da unas descargas que le hacen dar una especie de pequeño impulso de velocidad, además de que, por su baba y la sangre que suelta la parte en contacto al suelo al estar desgarrándose constantemente, forma un rastro electrificado. Bien, como un ciempiés debo mantenerme recto, sereno, firme ante cualquier momento difícil, y este, es un momento difícil.

Según he descubierto, ese carnoso bola (Aún no se como lo llamaré) se desgasta, pero parece diferente a los demás, no es humanoide ¿Qué es? Cada vez me da más curiosidad y ganas de investigar sobre ello. Quitándole importancia a eso, sigo corriendo y la bola carnosa ha perdido gran parte de su masa, ahora es más pequeña y, curiosamente, lenta, por si acaso, todo lo recuerdo y todo debería probarlo. Encontré por suerte una zona segura, pero deberé distraerlos antes de nada, por precaución tomé un tubo de metal que estaba clavado en un montón de sobras de aquellos monstruos, como si una bestia carnosa se hubiera derretido o vomitado, no se, pero es asqueroso y eso lo odio porque siento que voy a vomitar yo también y eso me retendría y me podrían pillar, eso no es un buen plan para sobrevivir ni para morir… Acabo de girar a la derecha para dar una vuelta y volver al mismo lugar pero entreteniendo a los carnosos, el problema está en que no se como hacerlo y el corredor no me debe ni oler, si es que puede hacer eso, claro. Bien, lo que se, esque no parece tener buen oído, así que me arriesgaré y lo hice, me he puesto a tirar armarios abrir las puertas de los que están pegados a la pared, estoy moviendo al centro todas las mesas auxiliares o les lanzo cualquier cosa que veo, ellos solo chillan, no me es molesto, ya me acostumbré, a lo que no me acostumbré es a correr tanto y ya me estoy cansando, pero algo me hace seguir corriendo, la adrenalina por culpa del miedo ¿Porqué ahora si antes estaba tranquilo? Fácil, lo escuché gritar, ese chillido tan humano pero terrorífico solo puede ser suyo, me está persiguiendo, miro de reojo hacia atrás y lo veo, saltando por los armarios o mesas, corriendo por las paredes mientras babeaba y gritaba como un demente, no sabía que hacer ya, le tiraba cosas y las esquivaba, solo me quedaba el tubo de metal, el cual, si no se acercaba no podría usar y que se acercara me daba mas miedo aún ¿Y si me paralizo del terror? Ahg odio esas respuestas involuntarias del cuerpo humano, tampoco es que entienda porqué sucede, a lo mejor antes nos servía para sobrevivir, ni idea, la verdad. Ahora que me he conseguido centrar, aprieto bien el tubo para que no se me resbale, me giro sin dudarlo y lo veo de cara, aquel monstruo salta hacia mi, y, a pesar de las ansias de querer correr o de sentir que ya moría, muevo el tubo contra él, golpeándolo y estampandolo contra una pared, tras eso, no se si es por la fusión de la rabia y el miedo o del sentimiento de odio y de querer acabar con todo, pero, tras abatirlo momentáneamente, empiezo a golpearlo más y más y más, hasta que deja de moverse.

Mukade: El hospitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora